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Por José Miguel Silva @jomisilvamerino

En esta época del Twitter y el Facebook, para algunos esto simboliza la destrucción del lenguaje en sí. La poesía de César Vallejo quizás sirva para alejarnos de esta realidad. ¿Cómo lo ve usted?

Tienes razón. Estos nuevos medios son extraordinarios, pero el ideal sería aprovechar todo lo que tiene de desarrollo pero no perder lo que tenemos. Hay una tendencia, probablemente estimulada por esta sociedad de consumo, en tener gente poco pensante, gente adormilada, que consume, o gente manejable. Les conviene estimular un tipo de uso. La televisión en sí misma ha cambiado las reglas de vida de la familia. Ahora sale este espacio virtual para que la gente encuentre un espectáculo superficial, frívolo. En el caso del espacio virtual te acostumbras a tener relaciones bastante falsas, que no nacen de un conocimiento directo. La persona ahora ve casi simultáneamente todas las ventanas posibles. Te acostumbras a un ‘fogueo’ múltiple, como si estuvieras viendo una súper producción de Hollywood.

Todo parece negativo…

Esto crea ciertas habilidades de conexión y desarrollo pero no favorece la concentración y la reflexión. Estamos en una sociedad que no medita, que está ‘bombardeada’ por efectos visuales. Si no reflexionamos, hay poca vida interior. Hay mucha cosa psicosomática, práctica, de acción. Frente a esto, el idioma sigue siendo el primer medio que un bebito aprende para relacionarse con los hombres. Desde que existe el ser humano hay lenguaje y nos sirve para todo, para expresar informaciones, deseos, sueños. Este medio (el lenguaje), al ser introducido a esquemas audiovisuales, muchas veces genera una gran pobreza de vocabulario. Todo se dice con pocos elementos porque se complementa con imágenes. Así se echa a perder todas las posibilidades que hay en el idioma.

Lo que no pasa con una obra literaria…

Cuando uno se enfrenta con una obra literaria, esta te muestra cómo hasta dónde el usar un lenguaje variado y rico saca todo lo que uno tiene dentro. Es una cosa humanizador’, algo que yo me debo a mí mismo. Es como si una persona que pudiera comer lo más rico decide elegir basura. O una persona que puede ver a un campeón que salta dos metros cuarenta, cree que por saltar uno y medio es suficiente. Creo que (los cambios generados por la Internet) impiden usar todo el potencial de los seres humanos. No me considero una persona negativa. Siempre los cambios son por algo y la Internet tiene cosas buenas, pero suele haber un costo. ¿Cómo acostumbrarse a esa especie de ‘semi-lectura’ o ‘pobre-lectura’ que es chatear? O al espectáculo de la televisión, que te cuenta la vida de gente del momento, del espectáculo. ¿Qué puede darte eso en comparación con leer la vida de grandes hombres, ver una gran película o escuchar una sinfonía?

Muchas personas no leen a Vallejo porque dicen simplemente no entenderlo…

Muchos me dicen “no entiendo a Vallejo, es muy difícil” y yo les digo, el problema no es Vallejo, el problema eres tú. Tú debes poner en actividad capacidades tuyas, que cuando las activas te das cuenta de que Vallejo te gratifica mucho. Una persona que no puede gozar con Mozart, que está metido con el reggaetón, le falta algo pues.

Por naturaleza, la poesía no es un arte masivo…

Hay un elemento de la poesía que sí es muy masivo, que lo explota la canción, la música. Fíjate que los conciertos sí son muy populares, pero la letra no suele ser gran cosa. El elemento rítmico es esencial. Cando la poesía dejó de ser oral, se volvió un acto silencioso de lectura, perdió el público. El público se aburre leyendo poemas y antes, cuando los poemas se acompañaban de música era otra cosa. Jim Morrison escribía poemas y no lo leía ni su familia. Así decidió escribir canciones. La poesía silenciosa, para leer, sin dibujitos, sin nada, en esta sociedad acostumbrada a los dibujos, exige mucha concentración. Esto nos obliga a ayudar a la sociedad (a leerla). Mira, Vallejo escribía para todos. Para el analfabeto, para los marginados, para los que sufren. Cuando tú explicas a Vallejo, te das cuenta que su mensaje es compartible. Es como una película que te emociona. Me parece que la poesía es el medio de comunicación más profundo, el que está menos manejado por la comercialización. No es negocio hacerla, incluso hasta una novela lo es. El poeta no vende, solo escribe lo que le nace.

En las publicaciones de PetroPerú, usted menciona cuatro etapas en la vida de César Vallejo. ¿Cuál cree usted que influyó más en su consolidación como protagonista esencial de la literatura peruana?

Inicialmente la gran fama de Vallejo empieza con Poemas Humanos, porque hay una gran capacidad de mostrar el dolor humano y la solidaridad. Muchos ahí empezaron a imitarlo. Por ahí entra la universalidad de Vallejo, pero poco a poco se fue viendo en él muchas más cosas. Descubrir que es un gran revolucionario del lenguaje, que fue un mago del lenguaje. En los 50 se estudió mucho Trilce por su ruptura del lenguaje. Es engañoso creer que no hay una gran revolución del lenguaje en Poemas Humanos, por eso yo explico cómo crea un ritmo dialéctico. Creo que Vallejo creó dos grandes lenguajes poéticos. El de Trilce y el de Poemas Humanos.

La impresión que dejan las fotografías más conocidas de Vallejo es que era una persona triste y melancólica. ¿Qué tan cierta es esta imagen que tenemos de él?

Mira Vallejo era una persona muy reservada cuando no estaba con gente de confianza. No era un poeta ‘entrador’. No es Rubén Darío, García Lorca o Chocano. Nunca buscaba ser el centro de atención de las reuniones. No obstante, la mayoría de testimonios dicen que cuando ya entraba en confianza, era muy gracioso, muy travieso. Si tú lees los testimonios de sus amigos, te encuentras con una persona llena de humor. El poema Espergesia, el último de Los Heraldos Negros, está dirigido a quienes lo conocen en su apariencia externa (a quienes lo ven alegre). O sea al contrario, más bien intenta aclararles (a sus cercanos) de que es una persona triste. Es cierto que luego se le dio bastante importancia a las fotografías, al dolor y al sufrimiento en sus poemas, se omite que Vallejo nunca perdió el humor. En Trilce, por ejemplo, hay un humor burlón. “Hubo un día tan riiiico, el año pasado, que ya no sé qué hacer con él”, dice, por ejemplo. El humor de Vallejo se hace más obvio cuando sales de su poesía. En sus trabajos de teatro o en sus artículos ves muchas cosas cómicas, mucha burla.

Entonces, ¿el mensaje de Vallejo es positivo o negativo?

Yo soy de los vallejistas que creen que su mensaje es más positivo que negativo. En lugar de querer deprimirnos quiere crearnos esperanza. Él tiene la utopía de cómo los seres humanos, unidos, podemos vencer a los Heraldos Negros. Su mensaje es afirmativo, no fatalista. Es una persona que se revela. Más que un alma decadente es un alma matinal, como diría José Carlos Mariátegui. Por eso es bueno ver también las fotos en donde sale riéndose, tomando. Descubrirlo con sus travesuras, porque él hizo muchas cosas pícaras.

¿Hasta dónde llegó el activismo político de César Vallejo?

Él siempre se interesó por los problemas políticos desde que se involucró con ‘La Bohemia de Trujillo’, donde estaba Antenor Orrego y Haya de la Torre. Su generación era una generación con mucha preocupación social. Antes de que Vallejo vaya a Europa había participado de una manera muy moderada, con sus amigos, en ciertas actividades políticas. Es en París que, con algunos latinoamericanos, estudia en profundidad el marxismo. Ahí decide conocer la Unión Soviética. Observa que a pesar de los errores, se vienen dando grandes cambios. En 1928 se inscribe en el partido Socialista de Mariátegui. Luego, ya en España, pasa al Partido Comunista. Entre el 28 y comienzos de los 30 es el período en que Vallejo más se politizó. Luego ya en 1932 para adelante no es tan claro su activismo. Salvo claro, cuando se desata la guerra española (36-37). Ahí escribe y quiere convocar a la conciencia mundial para apoyar a la República española.

Usted como crítico literario ha visto pasar miles de libros por sus manos. ¿Por qué nadie ha llegado a mostrar esa capacidad literaria de César Vallejo? ¿Es que acaso se necesita de un contexto social lleno de pobreza para poder escribir así?

Sigue habiendo injusticias, pero de otro tipo. Pueden quizás variar las formas. Me parece que el escritor, el creador es producto de una serie de fuerzas sociales, culturales, pero también del talento. El escritor más genial es el que habla a nombre de todos. El que solo expresa sus dramas personales es un escritor menor. Si tú lees El Quijote, te sientes expresado por él a pesar de los años. Un escritor se empapa de su pueblo, de su época. Vallejo incluso fue más allá, se interesó por España, por la Unión Soviética. Le encanta el cine, es una persona empapada de su tiempo, que sigue su tiempo. Son las raíces andinas, el pasado peruano, pero la curiosidad siempre abierta. El gran escritor tiene el talento de profundizar sus vivencias para decir cosas perdurables. Claro, en toda sociedad siempre hay dolor e injusticia. Siempre hay una cuota de insatisfacción. Muchos dicen que la literatura existe como una manera de cubrir las carencias de la vida real.

Esta idea de que siempre la dama que acompaña al genio, o bien te opaca o bien te ayuda a brillar con más fuerza. En el caso de Georgette Vallejo, ¿qué tanto influyó ella en el gran poeta que fue César Vallejo?

Eso es complicado. Ambos eran complejos muy complejos, muy neuróticos. Habrá que ver si a ella le convino Vallejo también ¿no. Lo que no me cabe duda es que ella fue su gran amor. Tras enamorarse de ella hay como un amanecer en él. Lo acompañó, participó en sus sueños de cambio, me parece que, en lo esencial, lo ayudó. Cuando muere el padre de Vallejo, él casi se muere, se desesperó. Su amor con Georgette fue fundamental. Ahora, Juan Larrea es bien duro para decir que ella no lo comprendía de verdad. Dicen también que Vallejo se dedicó a escribir más géneros que generaban más plata, dejando de lado la poesía. Mira yo tengo miedo de hacer especulaciones. Ella fue su compañera, y a pesar de sus defectos, se dedicó a difundir la obra de Vallejo luego de su muerte. Buscó aclarar cosas que le parecían falsas, quizás de forma muy agresiva, pero lo hizo. Se dedicó con pasión al tema de Vallejo. Yo la respeto mucho a pesar de que no era una persona muy abierta con ciertos críticos que de una manera pudieron haberla ayudado a editar mejor (la obra). Pero comparada con otros casos, en el caso de Joyce, si su esposa entendía una novela rosa, era bastante. A Dostoievski su última esposa le ordenó la vida. Yo creo que Georgette fue una compañera importante, que sí lo apoyó.