(Foto: Deutsche Welle)

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La pugna en torno a la herencia del coleccionista de arte Cornelius Gurlitt se agudiza. Una prima reclama el tesoro artístico que el difunto legó en su testamento al Museo de Arte de Berna.

Durante semanas, todos los implicados guardaron silencio. Ahora los acontecimientos se precipitan. La prima de Cornelius Gurlitt, Uta Werner, hizo saber a través de un portavoz que solicitó un certificado de herencia a un tribunal de Múnich. Como argumento se presentó el informe pericial del jurista y psiquiatra Helmut Hausner, que “puso seriamente en duda” la capacidad de Gurlitt para disponer sobre su propias pertenencias.

Arte robado por los nazis

Tras la solicitud de certificado, si hay dudas fundadas, el tribunal muniqués tendrá que revisar la validez del testamento. Hausner dijo que había realizado el dictamen por encargo del abogado muniqués Wolfgang Seybold, que había sido comisionado a su vez por Uta Werner. Añadió que la familia quería estar preparada para el caso de que el museo de Berna rechazara la herencia.

Gurlitt, quien murió en mayo de 2014, había legado toda su fortuna a dicho museo, incluyendo cientos de obras de arte. No se descarta que muchas de ellas hayan sido robadas por los nazis durante la II Guerra Mundial. El padre de Cornelius, Hildebrand Gurlitt, había sido uno de los comerciantes de arte del entorno de Hitler, lo cual explica el aspecto político que tiene también este caso.

Las intenciones de Uta Werner

Si el tribunal de Múnich llega a la conclusión de que el testamento de Cornelius Gurlitt no tiene validez, el tesoro artístico quedaría en manos de sus herederos legales: los primos Uta Werner y Dietrich Gurlitt.

Uta Werner declaró, por medio de un abogado, que en tal caso devolvería todas las obras robadas por los nazis a sus legítimos dueños judíos y sus herederos.

“La familia desea que la colección de obras clásicas del arte moderno, que Hildebrand Gurlitt rescató de la operación “Entartete Kunst” (arte degenerado, como calificaron los nazis a grandes exponentes del arte moderno), no sea desmembrada y sea expuesta permanentemente en un museo alemán”, según comunicó hace unos días el abogado Seybold.

Molestia en la familia

Entretanto, se dice que en la familia de Uta Werner hay molestia por declaraciones de la ministra alemana de Cultura, Monika Grütters, quien calificó de “una suerte” la elección del Museo de Arte de Berna como heredero de la colección.

Muchas preguntas siguen en el aire. Lo único claro es que está previsto que este lunes los implicados comparezcan ante la opinión pública y anuncien qué ha de ocurrir con el legado de Gurlitt.

(Fuente: Deutsche Welle )