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El lugar en el que se albergan las obras se mantiene en secreto y el futuro de la colección continúa siendo incierto. De cualquier forma, las obras están en un lugar seguro y han sido parcialmente restauradas, asegura Stephen Brock, albacea a cargo de la herencia de Cornelius Gurlitt, la cual incluye centenares de pinturas de Arte Moderno que Gurlitt y su padre atesoraron.
“Las obras han quedado una vez más en buen estado, de manera que todos podremos de nuevo beneficiarnos de ellas. Con suerte, pronto: una vez sean expuestas de nuevo”, dijo Brock, haciendo referencia al Museo de Bellas Artes de Berna, que en breve decidirá si asume o no las obras que Gurlitt legara a la institución antes de su muerte en mayo de 2014. “No creo que el museo las rechace”, añadió.
El museo suizo tiene hasta el 7 de diciembre para tomar una determinación, dijo. En la actualidad, la institución mantiene negociaciones privadas con funcionarios del gobierno federal alemán del estado de Baviera, donde Gurlitt vivía.
“Las charlas avanzan de forma constructiva, pero no han acabado“, han dicho representantes del museo.
Reviviendo la investigación
Chagall, Monet, Renoir y Picasso… ¿A quién no le gustaría incluir obras de estos artistas en un museo, o incluso en en la sala de la casa? Sin embargo, la verdadera pregunta es: ¿a quiénes pertenecen realmente estas pinturas después de tantos años de permanecer guardadas en el apartamento de Múnich como en la casa de Gurlitt en Salzburgo? Su padre, Hildebrand Gurlitt, fue uno de los cuatro más prominentes galeristas durante el periodo nazi. Acaparó y confiscó obras que originalmente formaban parte de museos y colecciones privadas asentadas en los territorios ocupados de Europa. El plan en su momento era acumular obras para exhibirlas en un museo en honor a Adolf Hitler.
El caso Gurlitt ha provocado un repentino e inusitado interés en investigación de origen, así como en las obras en cuestión. ¿Cuáles deberían ser restituidas a sus dueños originales?
El asunto ha tomado una importancia capital para el Kuntshalle Bremen. El museo de arte localizado en Bremen, Alemania, empezó a escudriñar entre su propia colección tres años antes del espectacular hallazgo en Múnich. El objetivo del museo ha sido identificar obras robadas por los nazis, convirtiéndose así en un pionero en cuanto a la transparencia sobre el origen del arte que expone. Otros museos alemanes, como el estatal de arte en Baden-Württemberg o el Museo de Arte e Industria de Hamburgo, están también dando un buen ejemplo al examinar el pasado de sus obras adquiridas desde 1933 hasta 1945.
En todo caso, los museos carecen de recursos y personal para establecer a fondo cuestiones sobre el origen de sus obras, aseguraron sus representantes después de que hace un año se suscitara el debate público sobre el reintegro del arte expoliado.
Nuevo centro para investigar arte robado
“Ningún museo puede decir en este momento que no tiene el personal para investigar si su colección incluye arte robado por los nazis”, comentó Isabel Pfeiffer-Poensgen, secretaria general de la Fundación Cultural de los Estados Federados Alemanes, quien es asesora en la adquisición de nuevas piezas de arte. El gobierno federal reaccionó a las críticas lanzadas tanto en Alemania como en el extranjero aumentando los fondos disponibles para investigar la procedencia de las obras en Alemania. El presupuesto pasó de cuatro millones a seis millones de euros.
El primero de enero de 2015 abrirá sus puertas en la ciudad de Magdeburgo el recién fundado Centro para la Pérdida de Bienes Culturales, donde se combinarán y redoblarán esfuerzos para encontrar las obras robadas entre las colecciones de museos, archivos y bibliotecas. ¿Un desarrollo de tal envergadura hubiera entrado en operación sin el descubrimiento del tesoro Gurlitt? Pfeiffer-Poensgen reconoce que es poco probable que ello hubiera ocurrido en tiempo récord, como ha ocurrido, agregando que se requiere de algo fuera de lo común para que las cosas cambien.
Pensando en el futuro
Christian Fuhrmeister, del Instituto Central de Historia del Arte de Múnich, opina que son positivos los acuerdos con universidades destinados a desvelar obras usurpadas que actualmente hacen parte de colecciones. “Tenemos que utilizar el empuje de la próxima generación y dotar a los jóvenes estudiantes con las herramientas para trabajar exitosamente en el campo de la investigación en procedencia”. Fuhrmeister subraya que actualmente solo hay cerca de 200 personas comprometidas en estas tareas en el mundo germanoparlante. Lo cual deja mucho por hacer.
Cuando se abordan las permanentes preguntas sobre el caso Gurlitt, el grupo de trabajo a cargo de encontrar respuestas reveladoras se concentra en el Schwabinger Kunstfund, bajo la dirección de Ingeborg Berggreen-Merkel. El reporte del grupo entregado a la prensa ha sido escueto. “Los encargados están trabajando,” afirma, mas poca información extra se ha hecho pública.
El grupo de expertos ha identificado dos pinturas robadas hasta el momento: la “Mujer Sentada”, de Henri Matisse, y “Dos Jinetes en la Playa”, de Max Liebermann. Los detractores dicen que estos resultados no es suficientes, y quienes reclaman como suyas las propiedades artísticas otrora en poder de Gurlitt aseguran que el “sistema cerrado” empleado por el grupo de trabajo es difícil y debería proporcionar mayor transparencia.
Ocho sospechosos
“El equipo de la señora Berggreen-Merkel está bajo presión, examinando todo con detenimiento y quiere hacer su trabajo de la forma adecuada”, dice Stephan Brock, albacea estatal en el caso Gurlitt.
Recientemente, una pintura de Monet fue encontrada en uno de los portafolios que Gurlitt tenía consigo en el hospital poco antes de morir. El equipo investigador confirmó el 20 de octubre que se trata de la pintura “Paisaje Nocturno”, de Monet, y desde entonces el óleo ha sido incluido en la base de datos en línea de arte perdido.
En total, ocho obras de la colección Gurllit son sospechosas de haber sido robadas por los nazis. Uno de los abogados de Gurlitt confirmó lo anterior poco después de la muerte de su cliente, y Stephan Brock también ha corroborado la información. Cuándo las familias podrán reclamar las obras de Matisse o Liebermann es una pregunta que continúa abierta, por lo menos hasta que el estado legal de las obras se aclare.
En mayo de 2014, Cornelius Gurlitt había firmado un contrato con el gobierno federal y el estado de Baviera para regresar a los verdaderos propietarios todas las obras despojadas por los nazis. Sin importar que el Museo de arte en Berna o los familiares de Gurlitt asuman propiedad sobre las valiosas obras, el contrato sigue vigente, declararon oficiales de la justicia bávara.
(Fuente: Deutsche Welle )