Annabelle 3 es la sexta película de la franquicia The Conjuring (Foto: Warner Bros.)

Annabelle 3 es la sexta película de la franquicia The Conjuring (Foto: Warner Bros.)

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Al igual que las películas de Marvel Studios, más de una película del universo de Warren ha tenido escenas post-créditos y al estrenarse Annabelle Comes Home (Annabelle 3: Viene a casa), es inevitable preguntarse si repetirá la tradición.

Annabelle 3 es la tercera película de la muñeca diábólica, además de la sexta de la franquicia iniciada con The Conjuring (El Conjuro, 2013), dirigida por Gary Dauberman y producida por James Wan, y ambientada entre la primera película de la marca y The Conjuring 2 (2016).

De acuerdo a la sinopsis oficial del filme, “determinados a evitar que Annabelle cause más caos, los demonólogos Ed y Lorrain Warren encierran a la muñeca diabólica en la sala de artefactos de su casa, poniéndola ‘a salvo’ tras un cristal sagrado y contando con la sagrada bendición de un cura. Pero una terrible noche de horrores aguarda cuando Annabelle despierta a los espíritus malvados de la sala, los cuales acaban poniendo la mirada en un nuevo objetivo: Judy, la hija de 10 años de los Warren, y sus niñeras”.

¿ANNABELLE 3 TIENE ESCENAS POST-CRÉDITOS?

Lamentablemente, Annabelle 3 no tiene ninguna escena post-créditos. Es decir, si te quedas en la sala de cine hasta el final de la función, no recibirás ningún premio por tu espera.

En sí, es una pena que el estudio no haya contemplado ninguna escena adicional para la película después de la buena experiencia que significó el desenlace de Annabelle 2: Creation (2017), que compaginó con la primera película de la muñeca y que después presentó The Nun (2018)

En la escena post-créditos de Annabelle 2, la trama se mudó al año 1952 en Rumania, presentándose a Valak, el demonio que se disfraza de monja en la abadía de Santa Carta y cuya historia es relatada en The Nun, que a su vez conecta con ciertos eventos de The Conjuring_.

En cuanto al final de Annabelle 2, explica el asesinato retratado al comienzo de Annabelle, el de una pareja de esposos a manos de su propia hija adoptiva: una mujer poseída desde niña por el espíritu de un demonio que usaba como conducto a la muñeca de madera.