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Pero mientras los bávaros celebraban la obtención de un título, los de Hamburgo montaron una fiesta por un empate a un gol. Suena a poco, pero con ese resultado el equipo, luego del 0-0 en el partido de ida del duelo de promoción con el Greuther Fürth, defendía su histórico cupo en la primera división de la Bundesliga, donde ha jugado desde su fundación.
Una salvación milagrosa
La meta de no descender se cumplió, y aunque eso desate un profundo alivio en Hamburgo no hay razones para declararse satisfecho. El equipo no ganó ninguno de sus últimos siete partidos, y se quedó en la primera división anotando escasamente un gol luego de haber estado durante todo el año 2014 en una posición de descenso. El club, que durante la temporada tuvo cuatro entrenadores distintos (Thorsten Fink, Rodolfo Esteban Cardoso, Bert van Marwijk y Mirko Slomka), acusó una crisis administrativa y deportiva que aún no supera.
No en vano el diario Die Welt Kompakt tituló en su primera página la salvación del Hamburgo con un irónico “Incapaces hasta de descender”. El club, en el que juegan cinco futbolistas que estarán en el Mundial de Brasil 2014, entre ellos el actual subcampeón con Holanda Rafael van der Vaart, y que tiene en su plantilla a otras diez estrellas internacionales que regularmente son integrantes de sus selecciones, como es el caso del venezolano Tomás Rincón, exhibió un fútbol que desde la perspectiva de los analistas está muy lejos de tener el nivel de exigencia de la Bundesliga.
“A uno solo le puede dar tristeza ver lo que pasa en la cancha, que las cosas no funcionan y que el equipo no logra ningún éxito. Si a eso se suma la forma poco positiva en la que se ha desarrollado el club, es evidente que algo tiene que cambiar”, comentó el jugador más simbólico en la historia del Hamburgo, Uwe Seeler, la situación del “dinosaurio” de la Bundesliga, como se conoce al club en Alemania.
Reforma inevitable
Superado el primer escollo con miras a la próxima temporada, la defensa del cupo en la primera división, el Hamburgo aún tiene muchos frentes en los que debe dar la pelea antes de poder pensar en espantar definitivamente el fantasma del descenso, que lo seguirá asustando de no solucionar con urgencia sus problemas.
El más importante de los retos es deportivo. El futuro del entrenador Mirko Slomka es incierto, pues pese a que evitó el descenso, su gestión no convenció. También es poco probable que el Hamburgo logre conservar en sus filas a Pierre-Michel Lasogga. El autor del gol que aseguró el cupo en la Bundesliga tiene que regresar a su club, el Berlín, pues el periodo de préstamo ha terminado. Con él es casi seguro que se marche el mejor futbolista del equipo, Hakan Calhanoglu, quien tiene ofertas de diferentes clubes que disputarán la próxima temporada competencias internacionales, entre ellos el Leverkusen.
Además, hay varios jugadores con los que será necesario negociar su permanencia, pues su contrato se vence el próximo año, como sucede con Marcell Jansen, Tolgay Arslan, Heiko Westermann, Ivo Ilicevic, Slobodan Rajkovic, Michael Mancienne, Rafael van der Vaart, Jaroslav Drobny y Zhi Gin Lam. De hecho, la plantilla del Hamburgo tendrá que ser objeto de una profunda renovación, pero para ello se requieren recursos que el club no tiene.
En Hamburgo no hay suficiente dinero para invertir y en los próximos días se avecina una fuerte lucha por las posiciones administrativas. El presidente de la mesa directiva, Karl Jarchow, y el director deportivo, Oliver Kreuzer, han sido señalados como los principales responsables del mal momento por el que atraviesa el club, y ya la asamblea de socios baraja nombres de candidatos a sustituirlos.
Al tradicional club alemán le espera un verano caliente, y de lo que suceda en la pausa futbolística con motivo del Mundial dependerá el futuro. La próxima temporada se podrá entonces saber si evitar el descenso fue verdaderamente un triunfo.
(Fuente: Deutsche Welle )