Síguenos en Facebook
Audi, Adidas y Allianz son tres marcas alemanas archiconocidas. Como co-propietarias del Bayern de Múnich, todas ellas sirven de precedente y ahora otras empresas como Puma quieren emularlas participando en la Bundesliga, mientras otros grandes inversores también buscan equipos como el Hertha de Berlín o el Werder Bremen. ¿Un rumbo inevitable en la Bundesliga?
Asociaciones de ayer
El último club con forma legal de asociación que ganó el campeonato de liga fue el VfB Stuttgart en 2007, aclara el presidente del club Bernd Wahler. “Hay pocas probabilidades de que una asociación lo vuelva a conseguir”. Desde entonces, el club no ha ganado ni un título y se mantiene en los puestos de descenso. Ahora, quiere cambiar su situación buscando inversores, convirtiendo el departamento de licencias de los jugadores en una sociedad de accionistas. Así podrían vender el 25% de las acciones por 70 millones de euros y, como principal accionista, podría entrar el consorcio automotriz Daimler, que hasta ahora solo pagaba por el uso del nombre del estadio.
También el Hamburgo SV quiere seguir el ejemplo y, por su parte, el Hertha BSC ya lo ha hecho. Para el economista especializado en deporte Henning Vöpel es una tendencia clara: “cada vez menos clubs actúan como una asociación clásica. Cambian su forma jurídica para ser más competentes y acceder a nuevas formas de financiación”.
Aprender de los maestros
El ejemplo a seguir es el Bayern de Múnich. No solo ostenta el récord de campeón en la Bundesliga, sino también el de valor económico. En 2002, se convirtió en una sociedad de accionistas con el apoyo Adidas, Allianz y Audi, que ahora tienen el 24,9% de las participaciones.
También el Dortmund, a punto de quebrar hace 10 años, se subió al carro del “fútbol profesional” con una sociedad comanditaria. Actualmente, es el único club alemán que cotiza en bolsa y es el único capaz de enfrentarse al Bayer tanto en lo futbolístico como en lo económico.
Problemas con Sponsors
El único club en cabeza que sigue siendo asociación es el Schalke 04, que vive del patrocinio del consorcio ruso Gazprom, algo que ahora podría convertirse en un problema. Según el estudio “Sponsoring 2014” de la Universidad Técnica de Braunschweig, se produce una transferencia de imagen en ambos sentidos. Gazprom paga mucho dinero al Schalke para aprovecharse de la imagen de los blanquiazules y ahora el Schalke tiene que soportar la mala imagen del consorcio ruso. La crítica a la política del Kremlin influye en la percepción de la asociación.
Todavía más dependientes de sus patrocinadores son el Wolfsburgo y el Leverkusen, a los que algunos llaman “Werkelf” (el once de la fábrica). Ambos tienen en común ser las únicas excepciones de la regla de 50+1 en la liga, aclara el Vöpel. Con esta regla, se evita que los propietarios de las acciones tengan demasiada influencia. La asociación debería mantener siempre más del 50%. “Esta medida tiene sentido”, continúa Vöpel apuntando al peligro de que el capital influya en la política de transferencias del club. Pero al final, quien tiene el dinero manda, presume Henning Vöpel: “Su influencia es muy grande incluso con participaciones muy pequeñas”.
Como el Augsburgo, Maguncia o Friburgo, los últimos clubes-asociación que sobreviven en la Liga sin capital de patrocinadores están abajo de la tabla. Y allí se quedarán, cree Vöpel: “A pesar de su gran trabajo, no consiguen subir y vuelven a caer”. Tanto Hertha, como el Stuttgart, Leverkusen o Bayern muestran que el formato de asociación pasó de moda en la liga.Para Vöpel, la comercialización irá aún más allá y obligará a todas las asociaciones a abrirse al capital.
(Fuente: Deutsche Welle )