Desde hace 26 años, Argentina empezó una espiral de pérdidas en torneos internacionales. (Foto: Getty Images)

Desde hace 26 años, Argentina empezó una espiral de pérdidas en torneos internacionales. (Foto: Getty Images)

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Argentina lleva casi 26 años sin ganar un título y los últimos tres años en crisis. Tras la renuncia de Gerardo Martino, y los problemas institucionales que tuvo la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), el equipo de Lionel Messi dejó de ser protagonista y empezó a sufrir en los torneos.

El 30 de julio de 2014 falleció el que hasta entonces llevaba 35 años seguidos como presidente de la AFA: Julio Grondona.

A ‘Don Julio’, también vicepresidente de la FIFA, lo sucedió interinamente su vicepresidente, Luis Segura, que poco después compitió con el conductor de televisión y empresario Marcelo Tinelli en unas elecciones por el mando de órgano rector del fútbol argentino.

El sorpresivo empate a fines de 2015 en 38 votos para cada uno, cuando solo había 75 votantes, dio inicio a una crisis institucional.

La selección logró mantenerse ajena a estos problemas hasta el 5 de julio de 2016, día en que dimitió Martino.

El ‘Tata’ asumió en 2014 tras el subcampeonato en el Mundial de Brasil 2014 y llevó a la Albiceleste a otras dos finales, que no pudo ganar.

Pero ese día renunció, cansado de la crisis de la AFA que le impidió, entre otras cosas, contar con los jugadores que quería para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

Julio Olarticoechea, que era entrenador de la selección femenina, dirigió al Sub’23 de Argentina que dio pena en los Juegos y no pasó la fase de grupos.

Mientras tanto, la Conmebol y la FIFA intervinieron la AFA y crearon una Comisión Normalizadora para regular el organismo.

El presidente interino de la AFA, Armando Pérez, entrevistó a varias candidatos y finalmente nombró como nuevo seleccionador a Edgardo Bauza.

La normalizadora se fue y el 29 de marzo de 2017 asumió como presidente Claudio ‘Chiqui’ Tapia.

Una de sus primeras decisiones fue despedir a Bauza, que solo había dirigido ocho partidos, para contratar a Jorge Sampaoli.

El exentrenador de Chile y el Sevilla debía enderezar unas eliminatorias sudamericanas mundialistas complicadas.

Argentina, con Sampaoli en el banquillo, consiguió la clasificación en la última jornada gracias a una gran noche de Lionel Messi, que le hizo tres goles a Ecuador el 10 de octubre de 2017 y metió a Argentina en el Mundial.

Pero la Copa del Mundo de 2018 fue una pesadilla para Argentina.

La Albiceleste empató 1-1 ante Islandia en el debut (Messi falló un penalti), fue goleada 0-3 por Croacia en la segunda jornada y en la última fecha venció a Nigeria por 1-2 con un gol agónico del defensa Marcos Rojo en el minuto 86 y se clasificó, milagrosamente, para los octavos de final.

Su rival en esa instancia, Francia, le ganó 4-3 y mandó a Messi y compañía de regreso a Argentina.

Poco después, Tapia despidió a Sampaoli, quien durante el Mundial tuvo una pésima relación con los jugadores.

Todo el cuerpo técnico del ahora entrenador del Santos se fue de la selección, excepto Lionel Scaloni, que era uno de sus asistente.

Scaloni fue nombrado técnico interino y luego, como los candidatos más prestigiosos rechazaron el cargo, lo confirmaron como seleccionador hasta la actual Copa América de Brasil.

La Albiceleste cayó en su debut por 0-2 ante Colombia el sábado pasado y este miércoles puso en peligro su clasificación para los cuartos de final al empatar 1-1 con Paraguay.

Cuando renunció Martino, hoy seleccionador de México, Argentina había sido finalista en los tres últimos torneos disputados: el Mundial de Brasil 2014 (con Alejandro Sabella como entrenador), la Copa América de Chile 2015 y la Copa América Centenario de Estados Unidos 2016 (ambas con Martino en el banquillo).

Argentina jugará este domingo ante Catar en la tercera y última jornada del Grupo B de la Copa América.

Imaginar a Argentina en la final, algo que hasta hace unos pocos años era común, ahora parece una utopía.

Fuente: EFE