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El tratado “Cielos Abiertos” (“Open Sky”), denunciado por Estados Unidos, fue concebido en 1992 para “promover la confianza y la previsibilidad” en las actividades militares de los países firmantes, gracias a vuelos de observación no armados sobre sus territorios.
Entró en vigor en enero de 2002. Está suscrito por 35 países, entre ellos Estados Unidos y Rusia, que se acusan recíprocamente de violarlo.
Desde octubre de 2019, el presidente de Estados Unidos (USA), Donald Trump, dio a entender que iba a abandonar el tratado, y sus aliados de la OTAN han intentado disuadirlo.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, abogó varias veces por la preservación del tratado, ya amenazado tras la decisión de Washington de salir del tratado INF de misiles terrestres de medio alcance, suscrito con Moscú, según recordó el viernes un diplomático de la organización.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, anunció que la decisión ya estaba tomada.
“Rusia ha violado de forma flagrante y continua el tratado, durante años y de diversas maneras”, afirmó en un comunicado.
“Parece que Moscú utiliza las imágenes del régimen ‘Cielos Abiertos’ para apoyar una nueva doctrina rusa agresiva que consiste en tomar como blanco infraestructuras esenciales en Estados Unidos y Europa” agregó.
El tratado permite llevar a cabo vuelos de observación conjuntos no armados por encima de los territorios, y tomar imágenes con la ayuda de sensores de resolución predefinida. Permite también a todos los Estados pedir imágenes tomadas por vuelos realizados por otros países.
“Su particularidad reside, sin embargo, en el hecho de que en esos vuelos, representantes del Estado observador y del Estado observado pueden sentarse juntos en un mismo avión”, subrayan Alexander Grief y Moritz Kütt, investigadores del Institute for Peace Research and Security Policy de Hamburgo (Alemania), en un informe publicado el 20 de abril.
“Una retirada de Estados Unidos pondría en peligro el futuro del tratado ‘Cielos Abiertos’”, aseguran. “Ello impediría a Rusia y a Bielorrusia (otro firmante) efectuar vuelos sobre el territorio estadounidense. Pero los aliados europeos perderían informaciones importantes, pues la mayoría de ellos no poseen satélites de reconocimiento (…)” explican.
Además de Estados Unidos y Canadá, Rusia y la gran mayoría de los países europeos han firmado este tratado.
Fuente: AFP