Claudio Pizarro en el Werden Bremen: de delantero a 10

Claudio Pizarro. (Foto: EFE)

El regreso del peruano Claudio Pizarro al club que internacionalmente lo descubrió y lanzó a la fama fue de ensueño.

El veterano jugador de 36 años le dio la vuelta a un empate seguro contra el Hoffenheim, sirvió el pase para el segundo gol de su equipo y al final celebró una victoria 3-1 que incluso lo llevó a hablar de la posibilidad de clasificar a la Champions League con el Bremen.

Sin embargo la alegría de haber sido el héroe del equipo duró solo una fecha. En la quinta jornada de la Bundesliga, en la que sería la reaparición ante la afición local del Bremen después de 1.233 días de ausencia, el Ingolstadt anotó un gol en el minuto 93 que le borró a Pizarro las sonrisas que había repartido hasta ese momento a lo largo del partido.

El peruano había ingresado a jugar en el segundo tiempo acompañado por el canto de los hinchas: “¡Pizarrooooooo, Pizarrooooooo!”. Ellos tenían la esperanza de que él, como ocurrió en Hoffenheim, pudiera decidir un partido que a esas alturas estaba cero a cero.

Y ciertamente Claudio Pizarro le dio un nuevo impulso al equipo, que en el minuto 51, gracias a una acción suya, creó a su favor la primera oportunidad clara de gol. Dos minutos más tarde sería él mismo quien desaprovecharía de cabeza otra oportunidad de anotar, y cinco minutos después protagonizaría una vistosa combinación que fracasó ante el arquero del Ingolstadt Ramazan Özcan.

El peruano se convirtió en el eje del Werden Bremen, pero no como delantero, sino ocupando una posición que nunca antes se le había asignado en el fútbol alemán: volante creativo. Claudio Pizarro fue el 10 de su equipo, su tarea principal ante el Ingolstadt no fue buscar la oportunidad de anotar goles, sino la de encontrar los espacios por los cuales surtir con buenos pases a sus compañeros.

¿Experimento fallido?

El cuerpo técnico del Bremen defendió la decisión de asignarle al peruano un nuevo rol táctico en el grupo. El director deportivo del club, Thomas Eichin, explicó que Claudio Pizarro es “extremadamente seguro con el balón en su poder, por eso es natural que pueda cumplir el trabajo en esa posición central en el mediocampo”.

El entrenador Viktor Skripnik agregó: “Nadie espera que él vuele de un lado para otro, sino que los balones que recibe los reparta con sensatez y buen juicio”. En Bremen, al parecer, confían en poder compensar con las ideas de Pizarro la agilidad y la velocidad que ya no derrocha a sus 36 años.

De hecho, Ralph Hasenhüttl, entrenador del Ingolstadt, declaró al final del partido que el ingreso del peruano a la cancha fue el factor determinante para la victoria de su equipo. “El cambio de Pizarro nos hizo mucho bien pues facilitó nuestro juego de transición” dijo Hasenhüttl refiriéndose a los espacios que su equipo ganó para acelerar el juego aprovechando la lentitud del futbolista latinoamericano.

Skripnik también se percató de esto y corrigió en la marcha su planteamiento al ordenarle a Claudio Pizarro oficiar como un delantero más. Demasiado tarde para el Bremen, pues Ingolstadt se había tomado confianza y atacaba con fluidez. El resultado: un penalti con el que consiguió el gol de la victoria 1-0 en el tiempo adicional.

“Ni luchamos ni corrimos como debimos. Eso nos costó la derrota”, concluyó Claudio Pizarro. En los próximos partidos se sabrá si el peruano se queda como creativo del Bremen, o vuelve a su trabajo como goleador.

(Fuente: Daniel Martínez/Deutsche Welle )


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