¿Quién es Walter Albán, el nuevo ministro del Interior?
El exdefensor del Pueblo Walter Albán asumirá como ministro del Interior en reemplazo del renunciante Wilfredo Pedraza, quien dejó el cargo tras conocerse el indebido resguardo policial en la casa en Surco de Óscar López Meneses, exoperador de Vladimiro Montesinos.
El abogado ocupaba el cargo de embajador permanente del Perú ante la Organización de los Estados Americanos (OEA). Albán encabezó la Defensoría del Pueblo entre el 29 de noviembre de 2000 hasta el 29 de septiembre de 2005.
El expresidente del Consejo de Ministros Juan Jiménez asumirá la representación del Perú ante la OEA. En tanto, debido al cambio en el Ministerio del Interior, se suspendió la presentación del premier César Villanueva en el Congreso programada para hoy con el fin de recibir el voto de confianza.
ENLACE: Juan Jiménez será el representante permanente del Perú ante la OEA, confirmó la PCM
Antes de su labor en la Defensoría del Pueblo fue asesor jurídico de instituciones vinculadas a la protección de los derechos humanos, entre ellas la Comisión Episcopal de Acción Social, donde fue jefe del Departamento Jurídico entre 1985 y 1992.
Albán estudió en la Pontificia Universidad Católica y tiene un magíster en Derechos Humanos. Entre otros cargos, se desempeñó como abogado e investigador de la Comisión Andina de Juristas, en la que además ejerció el cargo de director ajunto.
(Actualización martes 19, 12:38 pm)
Albán juró hoy como ministro del Interior en una breve ceremonia en Palacio de Gobierno que fue opacada por rumores de renuncias de altos mandos de la Policía. En algunos medios de comunicación se dijo que hay malestar en la PNP luego de que el presidente Humala dijera que el escándalo López Meneses se debe a corrupción en esa institución.
En tanto, congresistas de diversas bancadas coincidieron en que Albán –el quinto ministro en dos años y medio– no tiene la experiencia necesaria para manejar la que es quizá la cartera más complicada. No obstante, el funcionario dijo que actuará con “absoluta libertad” para llevar a cabo las reformas más urgentes.