Protesta en exteriores de U. Garcilaso terminó con un herido
Un herido fue el resultado de un enfrentamiento entre dos grupos en los exteriores de la sede de Santa Beatriz de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, una de las cuales exigía la salida del rector Luis Cervantes Liñán, mientras otro grupo aparentemente lo apoyaba.
La agresión ocurrió cuando más de una decena de personas, entre ellos estudiantes expulsados y el exgerente general de la universidad, Lucas Lavado, hacía un plantón fuera de la sede la facultad de Administración y Ciencias Económicas, pidiendo la salida inmediata de Cervantes Liñán.
De un momento a otro, un grupo de personas que aparentemente apoyaba al citado rector bajó de un auto e irrumpió en la protesta con palos, golpeando a los que allí se encontraban y como resultado una persona quedó sangrando en la cabeza, por lo que fue llevada a una clínica local cercana.
“Han sido matones enviados por el rector”, dijo Lucas Lavado quien detalló que el 29 juzgado penal de Lima ha abierto instrucción contra Cervantes Liñán así como los decanos de dicho centro superior de estudios por supuestas irregularidades al interior.
“El Poder Judicial abrió instrucción contra el rector y él continúa aquí, a pesar de que tiene impedimento de salida del país. Ya no puede ejercer el cargo, pero ha convocado a una asamblea general de asociados de la universidad desafiando al Poder Judicial. No puede tener esa doble condición, de acusado y rector”, refirió Lavado a Andina.
Indicó que la decisión judicial obliga a la Asamblea Nacional de Rectores a nombrar un rector para esta casa de estudios; sin embargo, “éste está fraguando toda la información legal disponible”. Al rector se le acusa de fraude en administración de persona jurídica, así por el excesivo sueldo que recibiría.
En la protesta también estuvo Víctor Velezmoro, de la asociación Despierta Garcilaso, quien dijo que fue expulsado por el rectorado tras reclamar por el derecho de los estudiantes y denunció que los profesores o alumnos les pasa lo mismo cuando reclaman por los servicios académicos deficientes.
“Hay una política de terror adentro. A mí me expulsaron porque decían que con esos reclamos desprestigiaba a la universidad. Vivimos incertidumbre porque no sabemos si nos dejarán regresar”, anotó.