No te lleves el trabajo contigo al salir de la oficina
Sucede todo el tiempo. En cafeterías, buses y trenes se ve a personas con la mirada puesta en sus celulares, tabletas o computadoras portátiles, muchos pendientes de las noticias del jefe. ¿Y ahora qué quiere?
No obstante, a la larga, el estar siempre disponible para asuntos laborales es poco saludable. Ahora, algunos empleadores quieren proteger a sus trabajadores de sí mismos.
Basta un “ping”, “titiii” o “bip” y las personas interconectadas de hoy en día saben, automáticamente, que acaban de recibir un nuevo mensaje. De inmediato, echan una mirada, de pronto se trata de un correo de los superiores. De ser así, vale la pena responder a toda prisa. Se trata apenas de dar una buena impresión. No solo con el jefe, sino que uno parece inmensamente competente y admirable cuando recibe y contesta mensajes todo el tiempo.
Para que sus trabajadores pueden escapar a esta tentación, al menos parcialmente, la empresa fabricante de autos Volkswagen desactiva, desde hace tres años, los teléfonos inteligentes de la empresa. Cada noche, treinta minutos después de la hora de salida, apaga el servidor a través del cual los correos electrónicos llegan a los teléfonos. Solo lo encienden nuevamente al día siguiente, treinta minutos antes de la hora de entrada. En el transcurso, los trabajadores de Volkswagen no reciben ningún correo electrónico en sus cuentas de trabajo.
Sin posibilidad de escapar
Las excepciones confirman la regla. “Oh, ahí me cogen desprevenido; la respuesta sería hoy, poco después de las siete”, confiesa Jörg Köhter, sonriendo, ante la pregunta de cuándo leyó hoy su primer correo electrónico. El portavoz de la Junta Directora de Volkswagen no pertenece, debido a exigencias laborales, al grupo de aproximadamente 400 trabajadores de la compañía que son beneficiarios de esa disposición.
Pese a estar orgulloso de esta reglamentación, que la junta, en conjunto con la empresa, puso en práctica tras la introducción de los teléfonos móviles de la empresa, el portavoz Köther dice que: “Debido a que estas soluciones de hardware garantizan que no hay escape posible y uno no está al tanto de ello, los trabajadores pueden ponerse de acuerdo con sus superiores al respecto de los detalles de la medida”, añade.
La reacción de parte de los empleados ha sido, hasta el momento, positiva. También la directiva, desde un inicio, comprendió la iniciativa y resaltó la necesidad de separar claramente el trabajo del tiempo libre.
El tiempo en la oficina se basa en confianza
El consorcio automovilístico BMW optó por un curso diferente. En conjunto con su comité, ha desarrollado un modelo en el que los empleados estipulan con sus jefes cuánto trabajo llevarán a cabo en casa o fuera de la oficina. Con base en la confianza, apuntan todas esas horas que han trabajado y reciben la remuneración correspondiente por ellas.
El portavoz de BMW, Jochen Frey, rebate las acusaciones de que eso implica abrir la puerta a la explotación (o autoexplotación) de los trabajadores. “Al contrario, estamos normando esta movilidad laboral. Nosotros nos apoyamos firmemente en el diálogo entre los mandos directivos y los trabajadores. Bajo esta modalidad, los trabajadores convienen con sus jefes las horas en que estarán disponibles”, dice. De ello, se desprende también automáticamente el horario en el que no estarán disponibles.
Comunicación es la palabra mágica
Este planteamiento tiene, económicamente, mucho sentido, dice Frank Brenscheidt, del Centro Nacional para la Seguridad y Medicina Laboral, en Dortmund, en tanto ofrece a ambas partes una variedad de ventajas. La más importante es que “de esa manera, quizás trabajando un día desde el hogar puedo pasar más tiempo con mi familia. Así, todos los nuevos medios y opciones tecnológicas que lo vuelven a uno más accesible se convierten en elementos que tienen también una influencia positiva en la vida personal”.
Los acuerdos claros, entre los directivos y los trabajadores, serán decisivos en el marco de los proyectos y equipos de turno, asegura Brenscheidt. No obstante, añade, es importante que se deje suficiente margen de maniobra para iniciativas individuales. “Cuando un jefe de producción, por ejemplo, puede, desde su hogar, evitar daños, es lógico llamarlo. Solo es necesario que esté claro que se sabe separar entre lo importante y lo secundario y que esas interferencias se limitan a lo mínimo posible”.
Un escenario en el que ambos ganan
En todos esos posibles modelos, lo más importante es la salud de los trabajadores, quienes se han convertido en el principal capital de toda empresa. No obstante, la empresa también se beneficia de otras maneras, explica Frey, de BMW: “*queremos ser un empleador atrayente*. Por ello empleamos todas estas posibilidades; para mostrar que, en nuestra empresa, el trabajo está en función de la vida y no al contrario”.
Por encima de todo, asegura Frannk Brenscheidt, del Centro Nacional para la Seguridad y Medicina Laboral, los directivos deben enfrentar las nuevas circunstancias a través de estos modelos basados en acuerdos. Los “directivos sanos”, explica, “deben pensar en la formación de la siguiente generación de mandos”.
En este enfoque, debe impedirse desde un inicio que surja desconfianza entre colegas, porque uno piensa que el otro posee una mejor imagen ante los superiores debido a que está disponible con mayor frecuencia. “Para evitar esto”, explica el portavoz de BMW, “hemos acordado en que a nadie se lo mirara diferente por no estar disponible fuera de las horas laborales o porque ocasionalmente no acude a la oficina”.
Muchas veces, aquello que es útil en el trabajo ayuda también a evitar el estrés en la vida personal, añade el experto laboral Frank Brenscheidt: “una buena recomendación es concederse uno mismo un espacio de libertad en el que, por ejemplo, solo revisa los correos electrónicos dos o tres veces al día y no contesta de inmediato todo mensaje de texto”.
(Fuente: Deutsche Welle )