Día del Agua: Pescadores de nubes contra la escasez
Hay lugares en los que no llueve prácticamente nunca. Montañas o sectores costeros donde encontrar agua para el consumo o la agricultura requiere de un gran esfuerzo. Sin embargo, paradójicamente, la niebla avanza cada día como un manto cubriendo la superficie de la Tierra. ¿Cómo capturar esa ‘agua’ flotante?
Es lo que desde hace algunas décadas diferentes investigadores están desarrollando a través de atrapanieblas. En Alemania, la Fundación Agua (WasserStiftung) trabaja buscando soluciones a la escasez del recurso a nivel mundial. En cooperación con la Universidad de München desarrolló un modelo llamado “CloudFisher” (pescador de nubes-), que podría abastecer a regiones de numerosos países.
Tras varios años de pruebas con diferentes materiales, en laboratorio y en terreno, el ingeniero de la WasserStiftung, Peter Trautwein, desarrolló un sistema atrapaniebla de máxima eficiencia. El modelo es ingenioso, pero bastante simple y no requiere de energía para su funcionamiento. Se trata de una combinación de mallas de polietileno sostenidas por tubos de acero inoxidable como grandes paneles. La construcción es muy sencilla, solo se necesitan dos herramientas comunes para su montaje, y también el mantenimiento.
Si bien los atrapanieblas se conocen en el norte de Chile desde hace más de cuatro décadas y en Lima se inauguró recientemente un proyecto de este tipo, Trautwein explica que este nuevo modelo presenta grandes mejoras tecnológicas: es más eficiente y resistente.
“Los efectos del sol y el movimiento constante producto del viento hacía que los tejidos habituales se rompieran rápidamente. En los países donde se han instalado estas tecnologías, en África o en Sudamérica, la gente no tiene el know how ni los medios para probar otros tejidos. Debemos proporcionarles materiales que sean más duraderos”, explica el experto.
La investigación y las posteriores pruebas en Marruecos permitieron dar con una estructura que atrapa mejor la niebla. “Es un material de excelente calidad, muy estable y resiste vientos de hasta 120 kilómetros por hora. Tiene una estructura parecida a una telaraña, donde quedan atrapadas las gotas y el material hace que escurran muy rápido hacia un colector que está abajo. Si lo hicieran lento, el viento podría volarlas”, agrega el ingeniero de la WasserStiftung. Este sistema logra recolectar hasta un 50 por ciento más que los antiguos atrapaniebla.
La niebla trae agua potable… y mayor igualdad
Dependiendo de la región y la época del año, el colector recoge diariamente entre cuatro y catorce litros de agua por metro cuadrado de superficie. Un módulo puede proporcionar entre 36 y 126 litros de agua al día. En la localidad montañosa de Boutmezguida, Marruecos, a 30 kilómetros de la costa atlántica, los atrapanieblas de la WasserStiftung han logrado reunir hasta más de 600 litros por día.
Estos atrapanieblas están construidos con materiales aptos para alimentos, lo que proporciona inmediatamente agua potable, sin necesidad de tratamiento. “La hicimos analizar y los resultados muestran que es apta para el consumo”, indica Trautwein.
“Yo mismo la bebo desde hace más de un año. Pero hay que diferenciar: la calidad del agua de niebla no es igual en todas partes. Se debe analizar en cada caso, pues depende de los niveles de contaminación del aire en cada lugar”. Además del consumo, el agua de niebla se puede usar también para el riego e incluso para el control del fuego.
El acceso al agua tiene un profundo sentido social. Este elemento no solo es clave para la alimentación, la agricultura o la salud. En muchos lugares son las mujeres las encargadas de caminar varios kilómetros para traer agua a casa, soportando la pesada carga sobre sus hombros o con la ayuda de un burro. Muchas veces las niñas asumen estas tareas en forma temprana, debiendo abandonar la escuela.
“En Eritrea, donde realizamos un proyecto anterior, las niñas pudieron regresar a la escuela, lo que es su derecho. El agua transforma completamente la estructura social”, apunta Peter Trautwein.
Lugares cercanos a la costa con alto ingreso de neblina reúnen las condiciones ideales para este sistema. “Chile es una de los mejores zonas para colección de agua de neblina, indica el ingeniero de la WasserStiftung. Otros países aptos son también Etiopía, Australia, Eritrea, Irán, Colombia, Marruecos, Namibia, Omán, Nepal, algunas regiones de Norteamérica, Perú, España, Sudáfrica, Tanzania y Yemen”.
Manejo sostenible
Ante una nueva celebración del Día Mundial de Agua este 22 de marzo bajo el lema “Agua y desarrollo sostenible”, las Naciones Unidas han alertado sobre la urgencia de administrar mejor este recurso. En su recién publicado Informe sobre Desarrollo de los Recursos Hídricos 2015 indica que, si todo sigue igual, de aquí a 2030 habrá un déficit global de agua del 40%.
Este elemento, indispensable para la vida, el crecimiento económico, la agricultura, la salud, el medio ambiente y la lucha contra la pobreza, experimenta una demanda creciente de una población cada vez más numerosa. El informe reconoce que, a pesar de algunos avances, todavía hay en el mundo 748 millones de personas que no tienen acceso a fuentes de agua no contaminadas.
La demanda de alimentos y de bienes aumenta todavía más la presión sobre los recursos hídricos. Ante este panorama, la ONU llama la atención sobre la falta de un manejo sostenible del agua, en momentos que este elemento también se ve mermado por el cambio climático.
La experiencia de la WasserStiftung en África cosechando niebla abre un mundo de posibilidades para zonas similares, ya sea a través de proyectos de cooperación con instituciones o gobiernos locales. Además, a través de la venta de CloudFisher para uso comercial, por ejemplo para el riego de viñedos en California, la fundación está reuniendo fondos para realizar más proyectos sociales en zonas necesitadas de África o América Latina.
Fuente: Deutsche Welle