Autos antiguos circulan como 'nuevos' en Cuba
FOTOS Y VIDEO. Lupe Fuentes y su esposo, el afamado mecánico Ricardo Medell, son los orgullos dueños de un Austin Healy 3000, fabricado en 1959, y que gracias al esfuerzo familiar rueda perfectamente por las calles de La Habana.
“Mi esposo tenía un MG, pero se enamoró de este carro y lo compró para restaurarlo”, cuenta Fuentes a Xinhua luego de participar en una exhibición de automóviles y motocicletas británicas por las calles de la capital cubana, en ocasión de la Semana de la Cultura Británica en Cuba.
La restauración demoró 17 años, pues Medell quería conservar en todo lo posible las piezas originales, algo muy difícil en la isla, donde no existe un mercado para esos insumos.
Ahora, el llamativo auto rojo forma parte de la Sección inglesa del club de autos antiguos “A lo cubano”, respaldado por la Embajada del Reino Unido en La Habana.
Y es que, aunque Cuba es considerado como un museo rodante por la cantidad de autos antiguos que aún transitan por sus calles y que mayoritariamente son estadounidenses, los carros británicos también tienen su espacio en el abigarrado mundo automovilístico cubano.
“Cuando hablamos de automóviles o de motocicletas siempre se piensa en lo que hay aquí de patrimonio norteamericano; sin embargo, aunque vinieron en menor medida, los carros ingleses también constituyen parte de ese patrimonio rodante de este país”, dice Fuentes.
Además de trabajar en la televisión cubana y encargarse de las relaciones públicas del Club “A lo cubano”, Fuentes organiza la Sección inglesa creada hace apenas una semana, en la que ya están afiliados una treintena de propietarios.
Ella destaca los sacrificios de los dueños para mantener sus autos en activo, “porque a veces se puede conseguir más fácil una pieza para un auto americano (estadounidense), porque utilizas la de otro carro similar que ya está dado de baja, pero ese no es el caso de los ingleses”.
“Hay mucha inventiva dentro de las motos y de los carros que ustedes están viendo hoy aquí”, afirma mientras señala hacia una fila en la que hay cuidados modelos de Jaguar, Hillman o MG.
Las personas se acercan para admirar estas verdaderas joyas del automovilismo, como un auto de carrera Healey Silverstone D10, el único que se conserva en América en perfecto estado, luego de casi siete décadas de fabricado.
El automóvil construido en Inglaterra en 1949, fue uno de los dos que llegaron a la isla en la década de 1950 del pasado siglo, y el único que sobrevive al paso del tiempo, cuidado con esmero por su propietario.
“La verdad es que mantener estos carros debe ser muy costoso, pero también debe proporcionar un gran orgullo a sus dueños”, afirma Álvaro Caballero, uno de los curiosos que observan con cierta envidia estos automóviles, veteranos de mil batallas.
“Hay muchas personas que deciden vender sus carros porque poderlos mantener es insostenible económicamente, porque es muy difícil conseguir las piezas o hacerlas”, apunta Fuentes luego de escuchar los comentarios de los mirones.
Esa es una de las razones por las que ella impulsa la unión de la escudería británica, porque “es una manera de ayudarnos desde la hermandad, que lo que uno tenga pueda contribuir al otro”.
“A lo mejor uno tiene piezas o adornos que ya no los va a utilizar y que otro necesita para poner a punto su carro. Se pueden intercambiar y hasta vender, pero primero hay que conocerse para ayudarse”, explica.
Lo cierto es que los vehículos que participaron en la exhibición demostraron un estado técnico inmejorable y un cuidadoso mantenimiento estético, para satisfacción de los propietarios de estos viejos carros ingleses que aún adornan las calles de la isla.
Fuente: Xinhua