Argentina, un país obsesionado con la cirugía plástica

(Foto: Flickr Centro de Cirugía Plástica y Estética Clínica Planas)

Pamela Sosa es modelo, tiene 30 años, y son más de US$30.000 los que lleva gastados en la imagen que le devuelve el espejo.

“Lolas (senos) me cambié 3 veces de tamaño. Empecé con 360 de prótesis, después pasé a 500 y ahora tengo 700 – el doble del principio. La cola también, la cola me la hice dos veces. Y el resto fueron retoques nada más. Un poquitito de pómulos, un poquitito de labios”, contó.

En contra de lo que muchas intentan ocultar, ella no tiene prejuicios a la hora de contar cuantas veces requirió del bisturí.

“Me parece que hay que ser sincero. No se le puede vender a las mujeres que esto lo puedes obtener a través de un gimnasio, porque obviamente creo que está a la vista: es imposible”, cree ella.

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Para los especialistas la obsesión por cirugías plásticas es resultado de los ideales de “belleza fácil” impuestos por una sociedad de consumo y reproducidos en los grandes medios de comunicación.

“Son sexistas, porque los varones marcan ideales de belleza sobre las mujeres. Pero también son racistas, son clasistas y son adultocéntricos. Un adulto marca que la adolescencia sea el ideal de belleza, que sea la mujer adolescente. Entonces fuerza que una modelo que antes tenía 24 años tenga 19, y la que antes tenía 19 ahora tiene 13”, opinó la filósofa Diana Maffia.

Las consultas de mujeres cada vez más jóvenes son uno de los factores que se han ido incrementando a niveles alarmantes. Los profesionales reconocen que con frecuencia deben poner límites éticos ante quienes no miden consecuencias.

“Yo tengo pacientes que la madre me consulta porque le quiere aumentar la cola a la hija cuando tiene 14 o 15 años. Y está totalmente convencida de que tiene que hacerlo. Muchas veces uno les explica y los padres entienden, otras veces no. Es rarísimo pero pasa”, relató el cirujano plástico Aníbal Lotocki.

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El riesgo de cualquier cirugía se agrava cuando el paciente se enfrenta a profesionales que priorizan el dinero a la salud y la ética. Priorizar la salud y ponerse en las manos de buenos profesionales es vital en caso de decidir modificar la imágen propia en un quirófano.

Y sobre todo, no perder nunca de vista que, con o sin cambios superficiales, nuestro cuerpo es único y nos acompañará toda la vida.

(Fuente: RT en español)

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