(Foto: AMC)

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En el décimo tercer episodio de la quinta temporada de The Walking Dead, Carol (Melissa McBride) demostró una vez más que puedo ser muy intimidante.

El hijo menor de Jessie (Alexandra Breckenridge), Sam (Major Dodson), siguió a Carol con la esperanza de conseguir algunas galletas, pero terminó descubriéndola robando algunas armas del almacén de suministros de la zona segura de Alexandría.

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Con el final de mantener callado a Sam, Carol primero intentó sobornarlo con unas galletas, pero cuando el niño dijo que tenía que contárselo a su mamá, recurrió a medidas extremas. Textualmente, le dijo esto:

“Tienes que prometerme que guardarás el secreto de que vine aquí (…) No puedes decirle nunca a nadie, en especial a tu mamá porque si lo haces una mañana despertarás y no estarás en tu cama. Estarás fuera de estas paredes, muy, muy lejos, atado a un árbol y gritarás y gritarás porque estarás muy asustado. Nadie vendrá a ayudarte porque nadie podrá oírte. Bueno, algo te oirá. Los monstruos vendrán, los que están afuera y no podrás correr cuando vengan por ti y te destrozarán y te comerán estando vivo todavía, mientras puedas sentirlo, y luego nadie sabrá qué pasó contigo… o puedes prometer que no le dirás a nadie lo que viste aquí y entonces nada ocurrirá y tendrás galletas, muchas galletas”.

ASÍ TRAUMÓ CAROL A UN NIÑO EN THE WALKING DEAD

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