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CUIDADO, ALERTA DE SPOILER. El universo cinematográfico de Marvel (MCU por sus siglas en inglés) y su equipo ponen especial cuidado en la línea de tiempo de sus películas para evitar que pierda sentido temporalmente, pero de cierta forma eso sucede con su última cinta, Spider-Man: Homecoming.

La película dirigida por Jon Watts inicia con las secuelas de la invasión Chitauri en New York en el 2012, mismo año en el que se estrena Avengers. Luego se indica un salto en el tiempo, “ocho años más tarde”, y se muestra a Peter Parker (Tom Holland) registrando con una cámara los pormenores de su aparición en Captain America: Civil War.

¿Ocho años después? Eso no coincide con los acontecimientos, según Civil War.

2008: Tony Stark revela al mundo que él es Iron Man.

2012: La invasión Chitauri a Nueva York.

2016: Ocho años después de que Tony Stark se revelara como Iron Man, se aprueban los Acuerdos de Sokovia.

Si pasaron ocho años deberían estar en el 2020, lo cual se contradice con el arco de la historia de Homecoming, ya que en el Ferry Staten Island se ven anuncios para la Stark Expo 2018. Eso significa que el salto en el tiempo debió ser de cuatro años.

En el MCU, Guardians of the Galaxy Vol. 2 se desarrolla solo un par de meses después de la primera película, lo que significa que los eventos tienen lugar en 2014. Spider-Man: Homecoming oficialmente se establece en realidad dos meses después de la Civil War, en 2016. Y Thor: Ragnarok se espera que abarque desde 2015 hasta el día de hoy, ya que nos dirá lo que Thor ha estado haciendo desde Avengers: Age of Ultron.

Tal como menciona MoviePilot, el problema es que, cuanto más se salte alrededor de la línea de tiempo, más probabilidades hay de que cometan errores como este.

Spider-Man: Homecoming ya está en los cine del mundo.