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Cuidado, alerta de spoiler. Not Fade Away, cuarto episodio de la primera temporada de Fear the Walking Dead, mostró lo estúpido que es intentar llevar una vida normal en el fin del mundo. Además, fue el primer capítulo de la serie sin walkers como la amenaza principal. En su lugar, el ejército encarnó el peligro que representan el resto de sobrevivientes, sobre todo cuando tienen el poder de imponer un toque de queda en una ‘zona segura’, sin vehículos ni caminatas cerca del perímetro de la valla.

Los soldados sostienen que solo quieren mantener seguras a las personas dentro del cerca. Incluso entregan raciones de comida y agua, pero cero respuestas. La Guardia Nacional quiere mantener la paz, pero a ciegas es difícil. En el barrio de Travis (Cliff Curtis) y Madison (Kim Dickens) desconocen la magnitud de la epidemia, tan solo saben que deben hervir el agua, esperar que regrese la electricidad, que los teléfonos funcionen y que hay otras 11 comunidades de sobrevivientes como la suya.

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¿Esta situación solo es pasajera? Como la crisis recién ha empezado, los sobrevivientes creen que sí, pero de todos modos expresan su inconformidad, miedo y preocupación ante unos militares que, a ciencia cierta, tampoco saben mucho más que ellos.

Chris (Lorenzo James Henrie) es de los primeros en sospechar de los soldados, por lo que documenta la ocupación con su videocámara desde el techo de la casa de Madison y explora los alrededores. En ese trajín, descubre unos destellos lejanos en un edificio supuestamente deshabitado. Al principio parece solo un reflejo, pero Chris reconoce un patrón y concluye que hay alguien afuera a pesar de lo dicho por los militares.

Han pasado nueve días desde la llegada de la Guardia Nacional y Travis, como representante de la comunidad, siente que las cosas en el mundo se solucionarán, por lo que decide ignorar el descubrimiento de su hijo. En realidad, no quiere aceptar lo que ve y prefiere creer a sus ‘salvadores’.

Mientras eso pasa, Madison se ocupa de Nick (Frank Dillane), quien está pasando sus días en la piscina, sin tomar su medicamento. Madison quiere que Nick se desintoxique poco a poco, pero su hijo decide no escucharla, aunque promete que estará bien.

Como vocero de su zona segura, Travis acude a una reunión convocada por el teniente Moyers (Jamie McShane), quien no llega a ser un villano pero sí una especie de antagonista. El militar lee un comunicado donde anuncia las reglas a seguir para mantener la paz, afirmando, en supuesto tono de broma, que disparará a quienes desobedezcan sus indicaciones. Poco después, Moyers pide a Travis que convenza a un vecino de someterse a la prueba médica por la que están pasando todos los residentes de la zona segura.

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Este vecino es Doug (John Stewart), quien se ha encerrado en su dormitorio mientras su esposa y sus dos hijas permanecen apartadas de él, con unos trajes especiales. Travis encuentra a su amigo en su cuarto de baño, temblando y balaceándose hacia atrás y adelante. Doug se siente perdido por no saber qué decirle a su familia, por no poder asegurarles que todo estará bien, pero Travis le recomienda que lo diga de todos modos. No importa que no crea que sea así.

Doug abandona su encierro y permite ser atendido por los médicos, al igual que Griselda (Patricia Reyes Spindola), cuya herida sigue siendo grave a pesar de los cuidados de Liza (Elizabeth Rodríguez), quien está recorriendo la comunidad para ayudar a otros enfermos y heridos, mientras que Madison se encarga de las labores de casa.

Horas después, la esposa de Doug, Maria (Alison Araya), avisa que este ha desaparecido y como se siente responsable por su amigo, Travis sale en su búsqueda, pero solo para encontrar su auto abandonado en el perímetro de la valla. Al día siguiente, Moyers, jugando golf fuera de la cerca, le dice a Travis que hallaron a Doug llorando y que lo trasladaron a un centro de tratamiento. Además, que no notificaron a su familia porque, simplemente, no es su trabajo. Sobre las luces intermitentes vistas por Chris, el teniente también las desestima.

Esa noche, Travis y Madison tienen un tiempo a solas en su automóvil, el mismo que la segunda aprovecha para sugerirle a su novio que preste más atención a Chris porque ella también vio el video grabado por el adolescente. Sin embargo, tiene sus propios problemas. Nick insiste en no tomar su medicina y recae robándole su morfina a un enfermo atendido por Liza, mientras que Alicia (Alycia Debnam-Carey) se hace daño a sí misma.

Alicia había acompañado a Ofelia (Mercedes Mason) a recoger sus provisiones, pero en el camino Ofelia se queda con su nuevo novio, un soldado al que parece usar para obtener más medicina para su madre, por lo que Alicia regresa sola a casa, donde encuentra a su madre trabajando con Chris, algo que quizá la afecta. Alicia decide tomarse un tiempo e ingresa a la casa de Susan, donde llora tras encontrar un dibujo que le hizo de niña a su vecina ya fallecida, aunque sus pensamientos están con su novio, por quien se hace un nuevo remolino en la piel con una aguja.

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Mientras eso ocurre, Madison escapa de la zona segura para verificar por sí misma qué ocurre afuera y lo que encuentra es mucho más terrible de lo que imaginaba. La novia de Travis tropieza con destrucción y con walkers ultimados, pero también con personas que parecen haber sido asesinadas a pesar de no estar enfermas. De vuelta a su hogar, le cuenta lo sucedido a Daniel (Rubén Blades), quien devuelve la confianza con una historia de su infancia. De niño, el salvadoreño encontró en el río varios cadáveres de personas que los militares de su país dijeron que estarían bien. Daniel relata esta recuerdo como quien anticipa lo que pasará en la zona segura.

Poco después, una nueva doctora llega a la comunidad e inmediatamente solicita la ayuda de Liza a pesar de que sabe que no es enfermera. Exner (Sandrine Holt) convence a Daniel de llevar a Griselda a una instalación médica, siempre acompañada por él. Además, revisa a Nick tras descubrir su problema con las drogas, pero las cosas cambian esa noche. Los militares llegan a la casa de los Clark en busca de Griselda y Nick y haciendo uso de las fuerza se los llevan, dejando a Daniel y a todos los demás. Liza también se marcha con el convoy militar, aunque antes se despide de su hijo con un “te amo” a la distancia.

Madison culpa a Liza de la partida de Nick, mientras que Alicia escribe una carta que su novia jamás leerá donde confiesa sus sentimientos.

Al final, Travis termina por aceptar que nada está bien cuando sube al techo y a la distancia ve el mismo reflejo reportado por Chris. Sin embargo, dicho destello es acompañado al poco tiempo por fogonazos de disparos en medio de la noche. No hay duda que los militares están asesinando gente.

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[Esta nota fue publicada originalmente el 21.09.2015]