Josep Guardiola observa partido del Bayern Munich. (Foto: EFE)

Josep Guardiola observa partido del Bayern Munich. (Foto: EFE)

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Desde que los árbitros alemanes demandaron de él un comportamiento más distanciado y respetuoso, el entrenador del Bayern, Pep Guardiola, se esfuerza por lograr una reconciliación y mejorar ante ellos su imagen.

El mes pasado Pep Guardiola colmó la paciencia de los árbitros del fútbol alemán y desde entonces se encuentra en un “periodo de prueba” al que le está sacando provecho acatando las reglas y mejorando su trato ante las autoridades deportivas en cada partido.

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Y es que en primera instancia el entrenador del Bayern “tuvo suerte” y consiguió ahorrarse las sanciones que deberían haberle acarreado sus repetidas violaciones a las normas y sus evidentes gestos de inconformidad e ironía ante los silbatos. De todas formas tuvo que escuchar fuertes reprimendas de las autoridades de la Bundesliga y tomar nota de la advertencia: si reincide se aplicará mano dura.

“Pep Guardiola hará bien en cambiar su comportamiento”, dijo al diario Bild Herbelt Fandel, jefe de la Comisión Arbitral de la Federación Alemana de Fútbol (DFB) en el momento más intenso de la controversia. La respuesta desde Múnich no se hizo esperar: “Perdón, siento mucho lo sucedido, soy catalán y muy emocional. Pero esto no debe pasarme más, me voy a controlar”, reaccionó el entrenador, quien desde entonces no ha dado nuevos motivos de queja.

¿TRATO PREFERENCIAL?

El cambio de conducta depende no solo de Guardiola. Él recientemente también se está portando mejor porque ahora hay más ojos críticos observando la forma en la que se comporta en la cancha con respecto a los árbitros. La Bundesliga, y eso se lo han dejado claro al entrenador español las autoridades deportivas alemanas, no va a tolerar reincidencias.

Los coquetos pero indeseados abrazos a los cuartos oficiales, como los que intentó darle a Bibiana Steinhaus, deben quedar en el pasado, al igual que la celebración de los goles de su equipo abrazando a los árbitros, el correr hasta el banderín del tiro de esquina para reclamarle al juez de línea, o el constante abandono de la zona demarcada para los entrenadores, ingresando algunas veces incluso al campo de juego.

“Hay reglas, y estas deben aplicar para todos por igual. No importa que tan emocional es un entrenador, cuando él abandona su zona y corre lejos de ella para preguntarle algo al asistente, es muy difícil justificar por qué en unos casos se acepta y en otros no. No debe haber ninguna excepción”, explicó al diario Weser Kurier Lutz Michael Fröhlich, vocero de la Comisión Arbitral Alemana, la forma en la que se manejará en la Bundesliga el comportamiento de Guardiola.

De esta forma también se atiende a los críticos que han solicitado que se sea más estrictos con Guardiola, a quien consideran que se le ha venido dando un trato preferencial. “Da la impresión de que el catalán se puede permitir todo. El entrenador debería ser expulsado por esas acciones pero en vez de ello es aplaudido por el público en Múnich”, analizó el comentarista arbitral Urs Meier para Focus Online.

En su texto Meier sostuvo que en el caso del entrenador del Bayern preocupa que “el juez no solo no lo sanciona, sino que después, lleno de entusiasmo, habla con la prensa sobre “grandes emociones” sin darse cuenta que se ha dejado seducir. Para Guardiola las demarcaciones no tienen valor, y es un despropósito que los árbitros toleren eso”. El español, sin embargo, ha rebatido los señalamientos afirmando: “no creo gozar de un trato preferencial”.

UN LARGO HISTORIAL DE CONFLICTOS

La tensión entre Pep Guardiola y los árbitros no es un caso exclusivo de Alemania. El entrenador catalán, durante el tiempo que condujo al Barcelona, sostuvo en España una tirante relación con los encargados de dirigir los partidos de la Primera División e incluso en una oportunidad no solo fue expulsado sino que le tocó pagar una multa de 15.000 euros por haber calificado a algunos de ellos de “mentirosos”.

En España, después de un par de temporadas de difícil trato, Guardiola tomó la decisión de no volver a hablar directamente de los arbitrajes, pero no por ello abandonó el curso de colisión que ya llevaba. En la Primera División no era raro verlo aplaudir con ironía las decisiones de los centrales que no compartía, y en diversas ocasiones afirmó en público que los títulos obtenidos por el Barcelona no fueron “gracias a los árbitros”, sino pese a ellos.

En La Bundesliga el peligro de conflicto directo es menor. El entrenador del Bayern ha probado cuáles son los límites que se puede permitir con su conducta y las autoridades arbitrales alemanas le han señalado dónde debe detenerse. Pep Guardiola está en pleno proceso de reconciliación con los árbitros, con quienes ha tenido en su carrera una relación muy especial; no en vano él ostenta el récord como el jugador más veces expulsado del Barcelona.

(Fuente: Daniel Martínez/Deutsche Welle )