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“Una buena acción, por pequeña que sea, pone en marcha una buena consecuencia”. Esta popular frase ejemplifica a la perfección lo que un grupo de motociclistas en USA hizo para retribuir el noble gesto de una enfermera que salvó la vida de algunos de ellos tras sufrir un aparatoso accidente de carretera.
Todo ocurrió cuando Daryn Sturch compartió en su cuenta de Facebook una fotografía del puesto de limonada que su pequeña hija Bryanne, de 8 años, había instalado una tarde de sábado cualquiera en la entrada de su casa en la ciudad de Chili, en Indiana, pero jamás se imaginó que recibiría a una numerosa clientela.
Alrededor de 30 motociclistas acudieron al negocio de la menor para degustar de un refrescante vaso de limonada —a la que consideraron “la mejor del estado”— como parte de una sorpresa que organizaron tanto para ella como para su madre, que hace exactamente un año los ayudó en un difícil momento.
Daryn Sturch contó en su cuenta de Facebook que, en septiembre de 2018, ella y su hija Bryanne se cruzaron con un terrible accidente en el que se vieron envueltos varios motociclistas asociados al grupo Milwaukee Iron Biker Group. En ese momento, la enfermera detuvo su auto y se bajó a ayudar a los heridos hasta la llegada de los paramédicos.
“Desde entonces han sido más que maravillosos con mi familia. Hoy se acercaron al puesto de limonada para darle una sorpresa a mi hija”, agregó la profesional de la salud sobre su relación con los motociclistas, quienes se mantienen en contacto con ella a través de las redes sociales y le demuestran su apoyo a menudo.
Cuando el puesto de limonada de Bryanne tuvo que cerrar debido a la lluvia, los motociclistas sugirieron que lo vuelva a abrir el fin de semana siguiente sin avisarle que un variado grupo de motociclistas de su grupo que residen en la ciudad de Komono, en Indiana, se hicieron presentes, entre los que se encontraban tres personas que sobrevivieron al accidente.
En declaraciones a CNN, Starch dijo que se sentía “completa y extremadamente abrumada” por el gesto de los motociclistas ya que esperaba que acudieran unas cinco o seis personas a lo mucho. “[Bryanne] estaba muy contenta y sorprendida, y después me dijo que ellos eran las personas más amables del mundo”, añadió.
La enfermera tampoco esperaba encontrarse con tres de los motociclistas que atendió aquel día, especialmente a una motociclista de nombre Amy, que dejó de montar después del choque múltiple del que formó parte. Ella siguió a la caravana que conformaron sus compañeros de grupo en una camioneta.
“Creo que es el ejemplo perfecto de que uno tiene los mismos valores intrínsecos pese a que no lucimos igual, no nos vestimos de la misma forma o no compartimos los mismos pasatiempos ni intereses”, precisó Sturch. “Deberíamos de dejar de hacer suposiciones sobre la gente, simplemente debemos amarnos los unos a los otros”, reflexionó.