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Los científicos de la Base de Investigación Vernadsky de Ucrania, ubicada en la isla Galíndez, en la Región antártica, se despertaron una mañana y descubrieron que el hielo que los rodeaba se había ‘teñido’ de un intenso color rojo. Andrey Zotov, ecologista marino de la Academia Nacional de Ciencias de Ucrania, publicó las imágenes en Facebook y explicó las causas de este impresionante e inquietante fenómeno que no ha tardado en volverse viral.
A primera vista, el hecho parecería ser resultado de una matanza de animales; sin embargo, el color se debe a unas algas microscópicas que fueron identificadas por los científicos como ‘Chlamydomonas nivalis’.
Estos organismos se propagan “por esporas que no temen a las temperaturas extremas y persisten en la nieve durante todo el largo invierno”. “Cuando el clima se vuelve favorable”, como ahora que es verano en la Antártida, “las esporas comienzan a germinar”. Con la vuelta del frío, se detendrá esa “floración” de la nieve.
Mira las imágenes subidas a Facebook.
Recordemos que, hace poco, la Antártida alcanzó temperaturas superiores a los 20º C, algo “nunca visto”, según indicó hace a la agencia AFP el científico brasileño Carlos Schaefer.
Aparte de la clorofila, las células de estas algas contienen una capa de caroteno rojo que protege a las algas de la radiación ultravioleta. Esta capa provoca la aparición de “manchas rojas en la nieve, como si se tratara de mermelada de frambuesa”.
Los científicos aseguraron que este mismo fenómeno puede ocurrir también “en el Ártico, así como en los Alpes y otros ecosistemas de alta montaña”; no obstante, señalan que “la floración de nieve contribuye al cambio climático”, ya que “debido al color rojo carmesí la nieve refleja menos luz solar y se derrite más rápido”.
Consecuencias a largo plazo
El constante aumento de las temperaturas hace que más hielo se derrita. En otras palabras, hay una mayor fusión del agua cristalizada, lo que fomenta el crecimiento de más algas. Estas disminuyen la cantidad de luz reflejada por la nieve, lo que implica que se derrita más hielo. En consecuencia, habrá más derretimiento con el pasar de los años.
”Estos eventos son cada vez más frecuentes”, advirtió el glaciólogo Mauri Pelto del Nichols College.