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No iba a permitir que su trabajo quede inconcluso. Una profesora de la Universidad de Lund se convirtió en protagonista de una de las noticias más insólitas de la semana al contratar a un equipo de mercenarios de élite para que rescate a uno de sus estudiantes de doctorado de una zona de guerra del Estado Islámico (EI, ISIS o Daesh) en Irak.

Charlotta Turner, una docente sueca de Química Analítica, contó al diario The Telegraph que recibió un mensaje de texto de su alumno Firas Jumaah en 2014 donde le decía que “asuma que no podría terminar su tesis si no volvía en una semana” ya que él y su familia se encontraban escondidos en área controlada por el radical grupo.

“No tenía esperanza de nada. Estaba desesperado. Solo quería decirle a mi superior lo que estaba pasando. No tenía idea de que la profesora sería capaz de hacer algo por nosotros”, señaló Jumaah a la revista LUM de la Universidad de Lund sobre el radical plan que estaba a punto de poner en marcha Turner.

“Lo que estaba pasando era algo completamente inaceptable. Me enfadó tanto que el Estado Islámico irrumpa de esa forma en nuestro mundo, poniendo en peligro a mi estudiante de doctorado y perturbando su investigación”, dijo la catedrática a la citada publicación, que dijo que consultó con sus superiores sobre si podían hacer algo al respecto.

“Fue una cuestión de humanidad básica. Mi jefe me dio luz verde y dijo ‘solo hazlo’”, añadió Turner, cuyo siguiente paso fue contactar a Per Gustafson, entonces jefe de seguridad de la Universidad de Lund, que – según precisó – parecía “como si casi hubiera estado esperando esta clase de misión” y la aceptó de inmediato.

“Per Gustafson dijo que teníamos un acuerdo con una compañía de seguridad y transporte cuyo rango de acción abarca a todo el mundo”, agregó Turner, al tiempo que indicó que tras un par de días de intensa actividad, los mercenarios contratados (y fuertemente armados) viajaron hasta el lugar donde se escondía Jumaah para rescatarlo.

El operativo fue todo un éxito y lograron llevar a Jumaah junto a su esposa y sus dos pequeños hijos al aeropuerto de Erbil. “Nunca me sentí tan privilegiado, tan VIP, pero al mismo tiempo me sentía como un cobarde porque dejé a mi madre y mis hermanas detrás”, contó el estudiante a la mencionada revista.

Jumaah y su familia son seguidores de la religión Yazidi, que ha sido declarada como una especie de ‘adoración del diablo’ por el Estado Islámico, y viajó de regreso a Irak desde Suecia luego de que su esposa lo llamó para decirle que miembros del grupo terrorista ocuparon una aldea vecina y amenazaban con arrasar la suya.

“Mi esposa estaba en pánico total, todos estaban impactados por la forma cómo se comportaba el Estado Islámico. Me subí al primer avión que encontré para estar con ellos. ¿Qué clase de vida hubiera tenido si algo les hubiera pasado cuando no estaba allí”, manifestó Jumaah.

Afortunadamente, el resto de su familia sobrevivió a la ocupación del Estado Islámico y Jumaah, de vuelta en Suecia, pudo completar su doctorado y ahora trabaja para una compañía farmecéutica local. “Fue un evento único. Hasta donde sé, ninguna universidad ha formado parte de algo así”, sentenció Gustafson, uno de los artífices del exitoso rescate.

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