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La encontraron en la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia, y la estudian también en Uruguay: la tarántula “Kankuamo marquezi”, recientemente descubierta, hizo un largo viaje desde la tierra del nobel Gabriel García Márquez hasta el sur del continente.
Su nombre honra a los indígenas kankuamos, que habitan en esa zona del Caribe colombiano y cuya cultura está amenazada, y al escritor y premio Nobel de Literatura colombiano, por la proximidad del lugar donde la araña fue encontrada con el pueblo natal de “Gabo”, Aracataca.
Con la misma familiaridad con la que se refiere “al Gabo”, el biólogo colombiano Carlos Perafán habla de este nuevo género de araña, que ahora saben endémica de su país y cuyo estudio recién comienza.
“Sabíamos que era un gran descubrimiento. Estábamos ante un género nuevo”, afirma Perafán en diálogo con la AFP en el laboratorio de la estatal Facultad de Ciencias del Uruguay, en donde integra un equipo especializado en arácnidos.
Perafán es el coordinador del equipo que hizo el hallazgo, recientemente consignado en una publicación científica.
Tiene algunos ejemplares de “Kankuamo marquezi” a la mano. Son testigos que permitirán que otros científicos las estudien a futuro.
“Esta tarántula vive bajo rocas a 1.800 metros sobre el nivel del mar”, explica.
Su característica principal está en su mecanismo de defensa y ataque, constituido por pelos urticantes largos, recubiertos de escamas, y con un ápice de penetración. Su morfología es particular y si bien generan urticaria al contacto con piel, no revisten peligro para el ser humano.
Las tarántulas “son de las arañas menos agresivas. Cuando se sienten amenazadas lo que hacen es huir”, afirma Perafán.
El científico de 38 años, que reside en Uruguay hace siete, señala que el trabajo por descubrir más sobre estas arañas deberá permitirle a los científicos ir más allá del conocimiento de su morfología, que es lo que han estudiado con mayor profundidad hasta el momento, desde que hace dos años dos investigadores dieron con el animal.
“De esta (tarántula) específica conocemos aún muy poco”, enfatiza. Como otras, se alimenta de artrópodos pequeños.
La hipótesis más interesante que tiene el equipo de investigadores se relaciona con su forma de defenderse.
“Los pelos (urticantes) se desprenden fácilmente”, pero quedan insertos en sus enemigos, algo que, explica Perafán, es muy poco común.
Eso “nos hace pensar en que la forma en que transmiten a sus enemigos ese pelo, es a través de un contacto directo (…) y al contacto el pelo se va a soltar y penetrar”, explica. De comprobarse esta hipótesis, estarían ante una característica diferencial.
“El siguiente paso es ver experimentalmente (en Colombia) cómo se comporta la araña y cómo se defiende”, señala.
Perafán no esconde su satisfacción por el logro de su equipo cuando se le pregunta sobre el significado de un descubrimiento de este tipo. “Es muy importante, placentero, descubrir nuevas especies, nuevos géneros”, sostiene. En particular en el caso de Colombia, “gran parte de su diversidad está por descubrirse”, concluye.
(Fuente: AFP)