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Cuando Todd Barket postuló para un puesto de trabajo en una residencia de ancianos del estado de Florida, en Estados Unidos, probablemente no esperaba terminar detenido por ser el presunto autor de un asesinato ocurrido en el año 1998. La peculiar historia de cómo se halló al autor de un homicidio es viral en Facebook

Por más de 20 años, las autoridades del distrito de Delray Beach, en Florida, habían intentado descubrir quién acabó con la vida de Sondra Better. Y gracias a la solicitud de empleo que había enviado hacía algunos meses, los agentes pudieron dar con el paradero del hombre de 51 años que vivía en los suburbios de Tampa.

El 24 agosto de 1998, Better estaba a sólo unos días de jubilarse de su empleo en una tienda de artículos de segunda mano. Ese día, dos transeúntes notaron que el local aún estaba abierto, una hora y media más tarde de su horario habitual. Cuando entraron, hallaron a la mujer de 68 años apuñalada y golpeada, y las heridas de sus manos sugerían que había luchado para defenderse del atacante.

Better, que fue la única que trabajo ese día, no necesitaba del puesto. Casi 10 años antes, su esposo había dejado su empresa de suministros eléctricos, y los dos se habían mudado al acomodado barrio de Highland Bead. Pero la señora, cuyas hijas se habían independizado, se aburrió. Cuando un amigo le contó del trabajo en la Boutique Lu Shay’s Consignment, ella optó por tomar el empleo.

Durante los 8 años siguientes, pasó sus días rodeada de antigüedades, en una calle famosa por sus tiendas de segunda mano. El trabajo la mantenía ocupada, y le dio algo por lo que ilusionarse. Pero cuando estuvo a punto de celebrar su 50 aniversario de bodas, fue cruelmente asesinada por un extraño.

Según los informes de criminalística, el lugar estaba lleno de evidencias que examinar. Dos pesadas bolas decorativas de mármol estaban junto al cadáver, cubiertas con sangre de la víctima. Una tercera bola, parte del mismo set, estaba colocada sobre una bandeja de madera, en una mesa de vidrio de la tienda. Los detectives la desempolvaron y encontraron huellas dactilares.

La policía tenía un móvil: la caja registradora había sido vaciada, llevando a los detectives a pensar que buscaba a un atracador. También tenían un posible sospechoso. Cerca de media hora antes de que hallaran a Better, un cliente la había visto hablar con un hombre alto que estaba regateando el precio de un sofá.

Pero lo que no tenían era un nombre. Las huellas dactilares que recuperaron de la bola de mármol y una muestra de ADN del rastro de sangre, se enviaron a una base de datos, pero esta no arrojó ningún resultado. En 2015, Zeke Better murió. Esperando saber quién mató a su esposa antes de su muerte.

Después, en diciembre de 2018, Barket aplicó para un trabajo como un auxiliar de enfermería certificado, un puesto que requería enviar varias huellas dactilares para una verificación de antecedentes. Pronto, la policía en Delray Beach recibió una llamada: sus huellas dactilares habían coincidido con las que habían hallado en la bola de mármol más de una década antes.

Cuando la policía apareció en su casa en marzo y le dijeron que estaban allí por un asesinato de 1998 en Delray Beach, se encogió de hombros y respondió: “Está bien”. Los detectives tomaron una muestra de su ADN y, en cuestión de días, habían confirmado que coincidía con la sangre que habían hallado en la escena del crimen.

Barket se declaró inocente, y su juicio comenzó en el condado de Palm Beach. Pero para entonces, una pieza clave, (la tercera bola de mármol) había desaparecido. Pese a que el adorno era el que había llevado a las autoridades hasta Barket, había sido el rastro de sangre recuperado en la tienda lo que probó que él había asesinado a Sondra Better hace más de 20 años.