El fotógrafo de Mauthausen: Francisco Boix, el español que retrató los horrores de un campo de concentración
El fotógrafo de Mauthausen, dirigida por Mar Targarona, cuenta la historia de Francisco Boix, un combatiente republicano español y fotógrafo que fue internado en el campo de concentración de Mauthausen, durante la Segunda Guerra Mundial. Un prisionero catalán aprovecha su posición para robar negativos que prueben las atrocidades cometidas por los nazis.
Esta película española protagonizada Mario Casas, quien tuvo que perder más de 10 kilos para interpretar al fotógrafo, comenzó a rodarse el 30 de octubre de 2017 en Tarrasa y Budapest., donde aprovecharon los mismos decorados de un campo que se emplearon en la película ‘El niño con el pijama de rayas’.
El elenco de El fotógrafo de Mauthausen, filme histórico basado en hechos reales sobre el fotógrafo Francesc Boix lo completan Alain Hernández, Richard Von Weyden y Macarena Gómez.
¿QUIÉN ES FRANCISCO BOIX?
Francesc Boix Campo nació el 31 de agosto 1920 en Barcelona. Durante su juventud fue militante de las Juventudes Socialistas Unificadas de Cataluña, tenía 15 años cuando empezó la Guerra Civil y trabajó como fotógrafo junto a Gregorio López Raimundo y Teresa Pàmies para la revista Juliol.
En 1938 combatió en la 30° División del Ejército de la Segunda República Española y en febrero del año siguiente se exilió en Francia, donde aprendió el idioma con gran facilidad. Más tarde formó parte de una Compañía de Trabajadores extranjeros, integrada en el Ejército francés, y participó en la Resistencia francesa.
MAUTHAUSEN
Mauthausen-Gusen, situada en la pequeña localidad del mismo nombre en Austria, fue uno de los campos de concentración nazis, por este lugar pasaron unos 200.000 presos de todas las nacionalidades de los cuales murieron 100.000.
Este fue el campo de concentración donde hubo más españoles, uno de ellos fue Francisco Boix, quien llegó a principios de 1941 después de pasar por el Campo de prisioneros de guerra (Stalag XI-B, en Bad Fallingbostel), donde aprendió alemán.
De acuerdo con el libro ‘Los niños republicanos en la guerra de España’ de Eduardo Pons Prades, Boix, registrado con el número 5.185, trabajó la mayor parte de su periodo de internamiento en el laboratorio fotográfico que la Administración del campo Erkennungsdienst destinaba principalmente a usos policiales. El español se encargaba de realizar “fotografías de identificación” de los reos que llegaban al lugar para el archivo de los SS (Schutzstaffel).
FIN DE LA GUERRA
Cuando los nazis sintieron que su derrota era inminente, Francisco Boix recibió la orden de destruir todas las imágenes, sin embargo, el español logró esconder más de 20.000 fotografías comprometedoras, que mostraban los horrores que vivieron los prisioneros de Mauthausen, los rostros de los SS responsables del campo y de altos jerarcas del nazismo que lo visitaron.
En ‘El fotógrafo del Horror’ Benito Bermejo explica que de todas esas imágenes Boix logró salvar al menos 1000 fotografías, 200 tomadas por él mismo tras la liberación del campo y 800 hechas por los oficiales de las SS durante el cautiverio.
Además, durante la liberación capturó numerosas fotos, entre ellas sus compañeros liberados, la muerte de Franz Ziereis (comandante del campo), la destrucción del águila nazi en la entrada al campo, o la recogida del material de casa de Anna Pointner.
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial regresó a París y al ser rechazado por el Partido Comunista Francés, que consideraba perdedores a los prisioneros de los campos de concentración, decidió publicar las fotos de Mauthausen por su cuenta. Finalmente, la revista Regards publicó las imágenes que causaron conmoción en todo el mundo.
JUICIOS DE NÚREMBERG
En 1946 Boix fue testigo en dos procesos contra criminales de guerra nazis, ante el Tribunal Internacional de Núremberg testificó contra altos jerarcas nazis, como Ernst Kaltenbrunner y Albert Speer. Cuando el general de las SS y responsable de la Gestapo, Kaltenbrunner desmintió las acusaciones y señaló que se trataba de un montaje, el fiscal francés mostró los negativos salvados por Boix que probaban que Kaltenbrunner había ido a Mauthausen y conocía la existencia de los campos, asimismo, retratos de las visitas de altos mandos como Himmler, detalles de la cantera de Wienergraben, el ahorcamiento público del fugado Bonarewitz, etc.
Boix falleció en París a los 30 años, fue enterrado en el cementerio parisino de Thiais, pero desde el 2017 sus restos yacen en el cementerio del Père Lachaise. En tanto, los negativos de Francesc, propiedad de la Associació de l’Amical de Mauthausen, han sido depositados en el Museo de Historia de Cataluña.