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La reina Isabel II asistió este jueves a la tercera jornada del Royal Ascot, la competición hípica que cada año reúne a lo más selecto de la sociedad británica y cuya seña de identidad son las extravagantes pamelas que acostumbran a lucir las mujeres.
Durante cinco días, cerca de 300.000 personas pasarán por el hipódromo de Ascot, una de las propiedades de la Corona británica al sur de Inglaterra.
La soberana, de 89 años, y su esposo, el duque de Edimburgo, de 94, aparecieron esta tarde en el recinto en una carroza, como hacen durante cada una de las jornadas del Royal Ascot.
Los tocados imposibles de las mujeres que acuden al hipódromo compitieron una vez más en protagonismo con las carreras de caballos, por las que la reina tiene una especial afición.
En 2013, uno de sus purasangre, bautizada como Estimate, ganó por primera vez la prueba más importante del Royal Ascot, la Gold Cup, reservada a los caballos con más de cuatro años de edad y que nunca había sido conquistada por un animal propiedad de un monarca británico en 207 años de historia.
(Fuente: EFE)