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Curiosidades | Facebook viral | Existe un lugar muy profundo en nuestro planeta, se llama la fosa de las Marianas. Este profundo surco en la Tierra se encuentra al oeste del océano Pacífico, cerca de las islas Marianas, de donde toma su nombre. Es una inmensa depresión en forma de V de 150 km de largo y más de 11.000 metros de profundidad. Algo tan alto como el Everest podría hundirse fácilmente dentro de este canal. Pero, ¿qué puede vivir ahí abajo?

Por años se creyó que reinaba el vacío y que las chances de encontrar vida eran prácticamente imposibles en un lugar tan remoto y profundo con condiciones tan duras de más de mil atmósferas, apenas 4 grados de temperatura y una oscuridad total.

El ser humano ha llegado hasta en tres oportunidades. La primera en 1960, cuando Aguste Piccard, junto a Don Walsh, un antiguo militar, alcanzaron los 10.911 metros a bordo de un batiscafo, en la zona denominada “abismo Challenger”. En 2012, el cineasta James Cameron consiguió descender, él solo, a los nada despreciables 10.908 metros, un poco por encima de la marca de Piccard.

Cameron calificaba la fosa como un lugar solitario. Pero no es cierto. Si bien pocos seres son capaces de sobrevivir a unas condiciones sumamente extremas, lo cierto es que los hay. En 2011 se descubrió que en el fondo habitaban xenofióforos. Estos seres pueden parecer esponjas de mar u otros animales, a primera vista.

Pero, en realidad, son microorganismo organizados en lo que los científicos han denominado como “pseudoestructuras”. Estos seres pueden vivir en condiciones imposibles. Son delicados y no ha habido ni una sola recolección que no haya acabado con su vida. Por el momento, parece imposible estudiarlos de manera cómoda.

Mucho de lo que conocemos de estos organismos es por sus familiares. Xenophyophorea es una clase de protistas, organismos unicelulares entre las que se encuentran las amebas. Los xenofióforos están extendidos por todos los fondos por debajo de los 6.000 metros. Esta clase de protistas son muy difíciles de manejar y continúan siendo un misterio, según afirma Xataka.

Debido a su gran número, los biólogos marinos estiman que tienen un papel fundamental en el ciclo de sedimentos que se depositan en el fondo. Pero, además de los xenofióforos, también se cree que deben existir otros microorganismos habitando en la fosa de las Marianas, aunque es muy difícil obtener muestras de estos, ya que no resisten a los cambios de condiciones tan bruscos.