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Quién no ha pasado ese susto al borrarse por error un archivo que no quería. La mayoría de veces suele ocurrir con trabajos que no han demandado mayor inversión de tiempo. Pero en otras ocasiones si que lo ha sido, y el pánico puede ser absoluto. Y si no, que se lo pregunten a Pixar, creadores de las exitosas películas de Toy Story. La singular historia se hizo viral a través de Facebook.

En 1999 Toy Story llegó a los cines con su segunda parte. Tras el éxito de la primera entrega, el film colocaría a Pixar como uno estudios cinematográficos más representativos de Hollywood. Y todo estuvo a punto de irse al agua cuando uno de los animadores introdujo el comando equivocado en el archivo equivocado, según se ha sabido estos días a través de una historia viral **en **Facebook.

Muchas personas desconocen el arduo trabajo detrás de producir una película de animación de la talla de Toy Story. Según publicó el sitio web El Español a través de Facebook, hasta el más mínimo detalle tiene que ser creado desde cero, desde los personajes hasta los detallados escenarios del largometraje. Para hacerse una idea, el presupuesto de Toy Story 2 en 1999 era de 90 millones de dólares.

Para entender como se pudo borrar casi por completo Toy Story, hay que entender que cerca de 150 personas trabajan en los mismos planos, todos almacenados en el servidor central, y cada plano contiene cientos de subarchivos. A veces se acumulaban tantos que se borraban con un comando especial (algo como el “Ctrl + Alt + Supr”). Y resulta que alguien lo ejecutó en el directorio raíz.

Un día de 1998, el director técnico de Toy Story, Oren Jacob, se hallaba con otros miembros del equipo analizando unos errores del personaje Woody cuando al actualizar se dieron cuenta de que cada vez había menos y menos archivos. Consultaron otros directorios y vieron como Buzz, el Señor cara de papa y todos los personajes del film iban desapareciendo mientras el sistema eliminaba todo.

En un momento de pánico, llamaron a la sala de servidores y ordenaron desenchufarlo todo. Evidentemente, a los técnicos que cuidaban de un servidor con cientos de clientes no aceptaron la orden a la primera. Tras unos minutos de espanto, lo consiguieron y poco a poco todos los ordenadores de la empresa se colgaban cuando dejaban de recibir información, se supo en Facebook.

Un comando introducido de forma equivocada borró el 90% de la película. (Toy Story / Facebook)
Un comando introducido de forma equivocada borró el 90% de la película. (Toy Story / Facebook)

Cuando, varias horas después lograron encender de nuevo la máquina, solo quedaba un 10% de la película de Woody y Buzz. Oren Jacob, director técnico de Toy Story, contó recientemente la historia al sitio web The Next Web y de inmediato se hizo viral a través de la conocida red social Facebook. Allí la historia ha sido bastante compartida y comentada entre los millones de cibernautas.

Ya habían tenido problemas similares, pero la copia de seguridad siempre los salvó. En ese momento, Pixar guardaba sus copias de seguridad en un sistema de cintas. El problema es que no habían comprobado su estado, como debía hacerse. Como no lo habían hecho como es debido nadie se había percatado de que la cinta había llegado al límite y no había seguido guardando información.

Aún así en Pixar todavía no sabían de esto. Cargaron la copia de seguridad y comprobaron que faltaba el trabajo de una semana, pero todo lo demás parecía estar bien. Entonces comenzaron a pasar cosas raras. Como la versión restaurada tenía errores, el nuevo trabajo acumulaba nuevos. La cascada era cada vez más grande y se dieron cuenta de que aquello no tenía salvación.

Pero hubo una última esperanza. Galyn Susman, la supervisora del departamento técnico, había dado a luz unos meses antes y había estado trabajando desde casa. Para ello le habían instalado un ordenador con una copia de Toy Story que iba actualizando mediante una conexión a Internet, según se ha sabido en la historia viral **difundida a través de la red social **Facebook.

Desesperados, fueron a su casa y se llevaron el ordenador, protegido con mantas. A su llegada a Pixar ocho personas esperaban para llevar la máquina hasta los servidores. Sudaron frío mientras arrancaba, el momento más crítico y donde más errores podían ocurrir. Pero arrancó y la última actualización era de dos semanas antes. Todo parecía estar en orden, pero no se confiaron.

Trabajaron todo el fin de semana en turnos de 10 o 12 personas para comprobar que todo funcionaba, entre pizzas, galletas y sándwiches que una tienda cercana les daba gratis viendo su nivel de agobio. Pero todo funcionaba y Toy Story volvía a la vida. El final es conocido: la película fue todo un éxito y recaudó cerca de 245 millones de dólares.