(Foto: AMC)

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Si el recurso de la secuencia de sueño fue aprovechado en anteriores ocasiones en The Walking Dead, en What Happened and What’s Going On, noveno episodio de la quinta temporada de la serie, alcanzó su máxima exposición.

En la segunda temporada vimos a Daryl (Norman Reedus) reencontrándose con Merle (Michael Rooker) tras caer por una colina y más adelante a Rick (Andrew Lincoln) conversando con unos ya fallecidos Shane (Jon Bernthal) y Lori (Sarah Wayne Callies), solo por citar unos ejemplos. Esta vez fue el turno de ingresar al cerebro apenas consciente de Tyreese (Chad Coleman), en un episodio que, para Darren Franich de Entertainment Weekly, mezcló perfectamente una serie de elementos visuales impresionistas con una narración cíclica para la declaración final de este personaje. Además, la melancolía embargó a los fans al recordar los acontecimientos del final de la primera mitad de esta temporada.

What Happened and What’s Going On arrancó con una serie de imágenes aparentemente no vinculadas con el propósito de confundir al espectador: una pala escavando en la tierra, el cuadro de una bonita casa, árboles en el camino desde la ventana de un coche, Maggie Greene (Lauren Cohan) y Noah (Tyler James Williams) llorando, las fotografías de unos hermanos gemelos y al padre Gabriel (Seth Gilliam) diciendo que “no miramos aquello que puede verse, sino que miramos lo que no puede verse, pues lo que puede verse es temporal, pero lo que no puede verse es eterno. Ya sabemos que si nuestro pequeño hogar terrenal es destruido tendremos un lugar con Dios, un hogar que no fue construido con manos y que es eterno en los cielos”. Esta frase de la Segunda carta a los corintios es particularmente precisa porque el grupo no tiene un techo para dormir hace tiempo. No por nada se ve, de paso, la prisión y Woodbury, dos refugios que ya quedaron en el pasado.

Superado este momento, Noah le explica a Rick que Beth (Emily Kinney) iba a acompañarlo hasta su refugio, fuera de Richmond, en Virginia. Si bien son 500 kilómetros, Rick está de acuerdo en probar suerte allí porque dicho campamento “tiene un muro, casas, 20 personas”. “Es un viaje largo, pero si funciona, es el último viaje largo que tenemos que hacer”. Rick es consciente de que los sobrevivientes necesitan estar en movimiento. “¿Y si ya no queda nada?”, pregunta Glenn (Steven Yeun) y Michonne (Danai Gurira) responde que “entonces buscaremos otro lugar”.

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El grupo vuelve a la carretera, siendo acompañado por una nueva secuencia llena de imágenes. Además de los sobrevivientes, se ve la silueta de un walker atrapado dentro de un automóvil accidentado, un esqueleto en el bosque, las vías del tren que llevan a Terminus y nuevamente la pala. El soundtrack compuesto por Bear McCreary no deja de escucharse y de repente aparecen Lizzie (Brighton Sharbino) y Mika (Kyla Kenedy), las dos niñas que murieron en la cuarta temporada. “Ahora es mejor”, dicen, mientras que un charco de sangre cae sobre el cuadro de una casa que se vio al principio.

Tras los créditos de The Walking Dead, Rick, Glenn, Tyreese, Michonne y Noah están llegando al refugio de la familia de este último. Rick se comunica por radio con Carol (Melissa McBride), quien se quedó al mando del resto de sobrevivientes, mientras que Noah, extrañamente, le dice a Tyreese que hacer el intercambio en el hospital con Dawn (Christine Woods) funcionó, pero “algo más pasó después”. No obstante, Tyreese menciona que “pasó como tenía que pasar, de la forma que iba a pasar”, como quien señala que ya no pueden hacer nada para cambiar las cosas. Beth y Dawn están muertas.

the walking dead temporada 6 episodio 6 rick grimes
(Foto: AMC)

En esa conversación, Tyreese recuerda a su padre, quien siempre insistía que sus hijos escuchen las noticias, “que era nuestro deber como habitantes del mundo, el mantenerse informado”.

“Cuando era pequeño y estaba en su auto siempre había esas historias en la radio, algo que pasa a 1.000 kilómetros de distancia o a la vuelta de la esquina. Algún tipo de horror que no podía siquiera entender, pero él no cambiaba de sintonía. Él no la apagaba. Solo seguía escuchando para enfrentarla, mantener tus ojos abiertos. Mi papá siempre le llamó a eso pagar el costo de vivir”, relata Tyreese para darnos una idea de quién era antes del apocalipsis zombi y su visón de la vida. En tanto, Glenn rompe un CD.

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Antes de llegar al refugio, el grupo estaciona su auto a un lado del camino junto a otros coches abandonados. En uno de ellos, lleno de agujeros de bala, está el walker atrapado de hace un rato y también se ve el esqueleto abandonado en el bosque. El equipo tropieza con un perímetro cercado con alambres y después con la entrada del refugio con restos del apocalipsis: carne, sangre y un reloj de pie tirado en la carretera.

La puerta está cerrada y Glenn escala por un lado, pero su respuesta es un no. Noah también sube y confirma que su hogar está en ruinas. Un walker es la única señal de movimiento, lo demás es desolación. ¿Qué pasó? No se sabe. Lo más seguro es que fueron los zombis, aunque en un muro está escrito “los lobos no están lejos”. Noah echa a correr, todavía cojeando tras los acontecimientos de Atlanta, y después se deja caer en llanto. Tyreese se queda con él, mientras que Rick y los demás se van a inspeccionar el lugar.

Michonne coge una camisa limpia y algunas bolsas de basura, mientras que Rick le confiesa a Glenn que aceptó venir a este lugar por Beth. “Ella quería traerlo de vuela a casa. Esto fue por ella y pudo haber sido para nosotros también”. Además, da a entender que lamenta haber asesinado a Dawn. “Ella no quiso hacerlo. Lo sabía. Lo vi, pero quería matarla. Recuerdo haberme preguntado si siquiera hubiera importado de una forma u otra. No tuvimos nada que hacer con lo de Beth”. No obstante, Glenn también tiene sus propias luchas internas. “Estaba pensando sobre el tipo en el contenedor. Allá en Terminus. Cómo hice que nos detuviéramos, (…) Si fuese ahora, no haría que nos detuviéramos”, dice Glenn para dar a entender que ahora comprende las crudas decisiones que a veces toma Rick.

La plática de Glenn y Rick es interrumpida por Michonne, quien dice que “necesitamos detenernos” y que pueden quedarse un tiempo en este refugio.

the walking dead temporada 6 episodio 6 michonne
(Foto: AMC)

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Mientras tanto, Tyreese trata de consolar a Noah, quien ha perdido a su madre y sus dos hermanos en este refugio, y le confiesa que “quise morir por lo que perdí, a quienes había perdido”, pero eligió vivir. “Estuve allí para Judith cuando me necesitó, la salvé, la traje de vuelta con su papá y eso no hubiese pasado si me hubiera dado por vencido. Si no hubiese elegido vivir…. Noah, esto no es el final”, dice Tyreese.

Noah se levanta y echa a correr a su casa, donde encuentra el cadáver de quien parece ser su madre. Tyreese lo deja y se va a examinar el lugar, descubriendo que hay un walker encerrado en un cuarto, pero lo deja pasar tal como hicieron con el zombi del coche accidentado. Tyreese ingresa a una habitación, encuentra a un niño muerto en una cama y después se queda viendo las fotos de este y su hermano gemelo. Sus grandes ojos miran con atención a los hermanos de su amigo cuando uno de estos lo muerde en un brazo. Solo la intervención de Noah, quien asesta un golpe letal a su hermano pequeño, impide que el walker acabe con Tyreese.

Noah se va a buscar ayuda, mientras que Tyreese se queda sangrando en el suelo, escuchando a un locutor radial que dice que al menos 68 ciudadanos han sido asesinados en cuatro ataques mortales a lo largo de la principal zona costera. El grupo ha continuado su campaña de violencia al azar, moviéndose por el campo sin restricciones, con las fuerzas militares en desorden. El mismo locutor relata que las poblaciones están siendo aterrorizadas de noche, pero que en defensa están asesinando a los atacantes con machetes e incluso les están prendiendo fuego. Obviamente, esta transmisión sobre el apocalipsis zombi solo está en la cabeza de Tyreese, quien en otro arrebato de alucinación ve a Martin (Chris Coy), el también fallecido miembro de Terminus, encarnando la culpabilidad de su conciencia.

Martin le recuerda que desde antes ya era hombre muerto porque es del tipo de persona que salva bebés. Además, le pregunta si “¿crees que Gareth hubiera sido capaz de seguirlos si hubieras puesto una bala en mi cerebro, decapitarme como lo hizo tu hermana?”. Para Martin, si Tyreese lo hubiese matado en su momento, los caníbales quizá no habrían atrapado a Bob (Lawrence Gilliard Jr.) ni estarían muertos. Del mismo modo, quizá habría cambiado la suerte de Beth y la suya. “La mierda del efecto dominó”, dice.

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No obstante, Bob también aparece en la habitación y le quita peso a su culpa al recordarle que fue mordido en el banco de comida. “Hombre, esas son patrañas. Salió de la forma que tenía que ser, de la forma que siempre debió suceder”, refiere Bob, siendo las mismas palabras que Tyreese usó al principio del episodio. De todos modos, Martin insiste en que si lo hubiese asesinado cuando lo tenía en la cabaña, “quizá la factura habría siso pagada” y el Gobernador (David Morrissey), quien también ‘revive’ esta vez, agrega que “la factura debe pagarse”.

“Tienes que ganarte tu supervivencia. Me dijiste que harías lo que fuera que tuvieras que hacer para sobrevivir”, añade el Gobernador, pero Mika y Lizzie replican para darle ánimos. “Es mejor ahora”, aseguran, mientras que el Gobernador grita que “¡no es mejor ahora!” antes de convertirse en un walker. Tyreese lucha para salvarse y quizá consciente de que ya todo está perdido, pone el brazo lastimado en la boca del zombi mientras que con el otro coge una piedra con la que le destruye la cabeza.

the walking dead temporada 6 episodio 6 tyreese muerte
(Foto: AMC)

Sin saber los aprietos que atraviesa Tyreese, Michonne insiste en explorar el lugar con la intención de quedarse en el pueblo, pero Rick advierte que el lugar se encuentra en una mala posición. Está rodeado por un bosque, es decir, no hay una línea de visión, el mismo problema de la cárcel. Cuando comprueban el cerco, descubren que parte fue demolido por algún tipo de vehículo. Hay grandes marcas de neumático en la hierba y zombis descuartizados por todos lados. Al parecer, fueron cortados con una motosierra.

En esas circunstancias, Michonne aboga por retomar el plan inicial: ir a Washington, donde podría haber más personas y seguridad. “Estamos a 100 millas de distancia”, argumenta Michonne y Rick se muestra de acuerdo.

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De vuelta en la habitación se escucha que alguien canta “todo hombre tiene derecho a vivir, el amor es todo lo que tenemos que dar”, un viejo tema de Jimmy Cliff, titulado Struggling Man y cuya intención es el superar el luto. “Soy un hombre que lucha y tengo que salir adelante”, insiste la cantante. Se trata de Beth, quien todavía tiene cicatrices en la mejilla y un poco de sangre en la frente, por donde ingresó la bala. “Está bien, Tyreese, debes saber eso ya”, le dice Beth, mientras que Bob agrega que “está bien que no quieras ser parte de eso nunca más, Ty”, Martin que “no querías ser parte de eso, pero ser parte de eso es lo que estás haciendo” y las hermanas que “no tienes que hacerlo si no quieres. No lo hagas, es mejor ahora”. Todos hablan de que es tiempo de dejar de vivir.

“Me dijiste que debes ganarte la supervivencia. No tenías idea de lo que estabas hablando, ¿no? “, añade el Gobernador, quien recuerda el ingreso de Tyreese a Woodbury, pero que nunca se adaptó y que más bien llegó a perdonar a la mujer que asesinó a alguien que quería. Sin embargo, Tyreese se levanta y le dice que “sé quién soy”, un hombre que puede perdonar y que se aferra a su humanidad a pesar del fin de la sociedad.

“Yo sé quién soy . Yo sé lo que pasó y lo que está pasando. Lo sé. No me mostraste una mierda. Tú estás muerto. Todo lo que fuiste está muerto. Y esto no se ha acabado. La perdoné porque no se ha acabado. No se ha acabado. Esto no se ha acabado. No miré hacia otro lado. ¡Seguí escuchando las noticias! Así podría hacer lo que podría para ayudar. Yo no me doy por vencido. ¿Me escuchas? ¡Yo no me doy por vencido! Las personas como yo quieren vivir y nadie tiene que morir hoy”, replica Tyreese al Gobernador, la máxima expresión de sus fantasmas. Tyreese habla de la vida en sí y de la humanidad.

Apenas terminado su discurso, cae y su sangre se vierte sobre el cuadro de la casa. Lizzie y Mika toman su mano y a los pocos segundos se transforman en Rick, quien está a la espera de que Michonne corte su brazo infectado. Después lo llevan consigo, pero la entrada está invadida por los zombis. Desde los ojos de Tyreese, vemos cómo Noah trata de mantenerlo con vida, mientras que Michonne ataca a los walkers con su espada, Glenn con un bate de beisbol y Rick con su pistola. Todo en cámara lenta. Llegan a su automóvil, pero al principio no arranca. Cuando Rick por fin logra sacarlo del barro, estrella el vehículo contra la parte trasera de un camión, dejando escapar los torsos de varios walkers que caen en la parte delantera del auto. ¿Quién hizo esto?

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Ya en el camino, Rick le avisa a Carol que deben estar listos para cauterizar la herida de Tyreese, mientras que en la radio se escucha acerca de problemas de canibalismo en los campos de refugiados, de la quema de prisiones, de la mutilación generalizada de niños y jóvenes madres, aunque no sabemos si Tyreese está alucinando sobre cosas que vio en el pasado o es una premonición de lo que vendrá.

Tyreese pide que apaguen la radio y Bob, quien aparece en el asiento del pasajero, le pregunta si está seguro, si es tiempo de marcharse. Beth conduce el auto y le asegura que “es mejor ahora”, mientras que Lizzie y Mika le sonríen. Tyreese se echa a un lado, mira hacia el sol y la luz poco a poco se transforma en oscuridad.

El automóvil se detiene y salen los cincos, aunque solo cuatro con vida. No vemos cuando evitan que Tyreese se convierta en un walker, sino al grupo resignado y frustrado. Después tiene lugar su funeral, el del principio del episodio. No era el de Beth. El padre Gabriel termina su discurso prometiendo que ahora Tyreese tiene su casa en los cielos.

Sasha (Sonequa Martin-Green) recoge la pala y la deja caer. Perdió a su hermano. Rick la recoge y lanza tierra sobre su amigo.

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