(Foto: EFE)

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Al director Salvador del Solar el cine que le gusta hacer es el que le conmueve como espectador, asegura a Efe. Y eso es lo que ha buscado en su ópera prima, “Magallanes”, nominada al Goya 2016 a mejor filme iberoamericano con una historia violenta en el fondo y pausada en la forma.

Con una larga carrera como actor – debutó en televisión en 1997 -, Salvador Del Solar se sentía atraído por la experiencia de dirigir teatro, pero no estaba cómodo con una gramática más audiovisual y ese fue uno de los principales desafíos a la hora de poner en pie su ópera prima como realizador.

Empezó escribiendo un guión para explorar el lenguaje audiovisual y, con el apoyo del director Aldo Salvini, se lanzó a dirigir “Magallanes” tras haber trabajado varios años en la historia como guionista.

“Mi vocación es hacer un cine que podamos considerar nuestro”, asegura Del Solar a Efe en una entrevista telefónica antes de viajar a Madrid para asistir este sábado a la gala de los Goya 2016.

Y eso es lo que hace en su película, en la que narra la historia de un exmilitar, Magallanes – al que interpreta el mexicano Damián Alcázar -, quien 20 años después de la guerra contra el grupo maoísta Sendero Luminoso se reencuentra con Celina (Magaly Solier), una mujer que con apenas 14 años sufrió abusos de miembros del Ejército.

Una historia muy peruana pero al mismo tiempo universal porque muchos países han pasado por situaciones similares, además de que el centro de la película no es el conflicto sino sus efectos tanto en las víctimas como en los victimarios.

“Sabía que tratábamos un tema que tocaría la sensibilidad del público de nuestro país y más allá, pero no pensábamos que podría tener una respuesta así”, asegura sobre un filme que ha ganado el Colón de Oro del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva (España) o el Especial del Jurado de Ópera Prima del Festival de La Habana.

Ahora espera con ilusión la gala de los Goya, nominación que fue una “sorpresa lindísima”, pero insiste en que lo más satisfactorio es la respuesta de la gente y que haya abierto un debate en Perú.

“Es importante entender que de manera casual, un par de décadas después, mi generación se encuentra lista para hablar de un tema en el que los políticos no han tenido ningún éxito en el diálogo”, explica el director Salvador Del Solar.

Cita la obra teatral “La cautiva”, con el cadáver de una niña que habla de lo que le pasó frente a los soldados, o los libros “Los rendidos”, escrito por el hijo de dos senderistas, y “La distancia que nos separa”, de Renato Cisneros, hijo del exgeneral Luis Federico ‘El Gaucho’ Cisneros.

Es la cultura la que ha ofrecido el espacio necesario para el debate y para servir de espejo de una realidad que no siempre es complaciente.

Y ese impacto es lo que busca Salvador Del Solar con sus películas, aunque asegura que “no necesariamente siempre desde el punto de vista social o político”.

A la catarsis también se llega con historias de investigación psicológica o con comedias. “El cine que me cuestiona, que me maravilla, puede ser una comedia, el género es algo secundario”, precisa el realizador.

Lo que se necesita es encontrar la voz de cada uno y eso es lo que está intentando lograr el cine latinoamericano, al que el director peruano defiende con pasión.

“El cine iberoamericano es una gran potencia” pero “viaja muy mal”, apunta.

Destacó así iniciativas como los iberoamericanos Premios Platino, las coproducciones o la participación de talentos de distintos países en proyectos.

Es el caso de la película “Magallanes”, en la que trabajan el mexicano Diego Alcázar, la peruana Magaly Solier y el argentino Federico Luppi.

“Estoy muy orgulloso de todos los que hemos conformado este equipo y en deuda con quienes se animaron a subirse al proyecto”, afirma Del Solar, para quien la culminación sería llevarse el Goya a la mejor película iberoamericana.

Junto a “Magallanes” optan a ese Goya “El clan”, del argentino Pablo Trapero; “La once”, de la chilena Maite Alberdi, y “Vestido de novia”, de la cubana Marilyn Solaya.

(Fuente: EFE)