(Foto: Deutsche Welle)

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Ucrania pasa por una volátil crisis política a la vez que sufre un estado de emergencia económica. Mientras las reservas internacionales en Kiev llegan a niveles mínimos, la deuda pública del país sigue aumentando.

La crisis política de Ucrania ha llevado al país al borde del abismo económico. El último problema se dio durante el fin de semana, cuando la agencia de calificación de riesgo Standard and Poor (S&P) evaluó la fiabilidad de crédito de Kiev a CCC, una calificación apenas por encima del estado de insolvencia.

La moneda de Ucrania, la grivna, ha perdido más del 10 por ciento de su valor contra el euro desde el comienzo del año. Entretanto, las reservas internacionales se agotan rápidamente. En consecuencia, la deuda pública de Ucrania se ha disparado, porque una buena parte de los préstamos concedidos se dieron en monedas extranjeras.

De mal en peor

“El estado de bancarrota es muy posible”, dice Theocharis Grigoriadis, economista del Instituto de Europa del Este de la Universidad de Berlín en entrevista con DW.

Según el experto, la amenaza de bancarrota fue lo que hizo que el expresidente ucraniano Viktor Yanukovich rechazara el acuerdo de asociación con la UE el pasado año, y en lugar de ello aceptara un préstamo multimillonario de Moscú.

“En aquel momento se temía una bancarrota, y Rusia era el único país que podía ofrecer una solución rápida”, explica Grigoriadis. “También se trata de una acción lógica del presidente ruso: así, Ucrania es dependiente de Rusia”, añade.

No obstante, tras la destitución del expresidente Yanukovich, el ministro de economía ruso Anton Siluanov anunció que Moscú no continuaría con el siguiente pago del paquete de ayuda para Ucrania al menos hasta que la situación política del país se estabilizara.

Así, con las reservas internacionales bajo mínimos, Ucrania pronto tendrá problemas para pagar por bienes importados, según Thomas Baumann, director del departamento de Europa del Este en la Asociación de Cámaras de Comercio Alemanas: “A Ucrania solo le quedan fondos para pagar por sus importaciones para menos de dos meses”, declaró Baumann para DW. “Esto significa que solo durante las próximas seis semanas Kiev seguirá importando bienes para satisfacer las necesidades del país”.

Gran potencial

En realidad, a pesar de la crisis actual, Ucrania tiene gran potencial económico. El país es rico en materias primas tales como el mineral de hierro, magnesio, manganeso, níquel y mercurio. Asimismo, Ucrania es uno de los mayores exportadores de cereales del mundo.

“Ucrania es un país con una fuerte orientación hacia la agricultura”, dice Grigoriadis. La agricultura es predominante en el centro y oeste del país, mientras que la industria pesada y la minería se concentran en el este. Pero ambas partes del estado se enfrentan a un problema común: “Ucrania no tiene una gran infraestructura industrial”, dice Grigoriadis.

Por ello, las compañías extranjeras a menudo se encuentran con dificultades a la hora de invertir en el país de Europa del Este. La corrupción y las operaciones de dudosa legalidad son parte del día a día. Además, una buena parte de la infraestructura que existe data de la era soviética. Aún así, el país tiene un papel importante para las empresas alemanas: 8 por ciento de las importaciones en Ucrania provienen de Alemania, y más de 2.000 compañías alemanas trabajan activamente en Ucrania, según cálculos de Thomas Baumann.

Según Grigoriandis, “la crisis económica supone una oportunidad para la Unión Europea para demostrar su compromiso a largo plazo con Ucrania, y que con ello las voces a favor de Europa en el país se vean apoyadas”. La UE, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y, si es posible, Rusia deberían sentarse alrededor de una mesa y desarrollar un plan para Ucrania, según el experto de la Universidad de Berlín. En el pasado, Yankunóvich rechazó préstamos del FMIU porque tenían como requisito estrictas reformas económicas. “Para cumplir con las condiciones del FMI, Ucrania necesita un nuevo gobierno”, dice Baumann.

El país debe solucionar su crisis política para poder hacer frente por fin a sus problemas económicos, y va a tener que ser un proceso rápido. (Fuente: Deutsche Welle )