Perros abandonados en USA tienen un tren para pasear gracias a un abuelo de 80 años
Curiosidades | A la mayoría de niños les encanta pasar el fin de semana en los juegos mecánicos, disfrutar del gusanito o subir a las sillas voladoras pero, ¿un perro puede pasarla bien a bordo de un tren? Esta es la historia de Eugene Bostick, un abuelo de 80 años que decidió construir uno para regalarle un momento inolvidable a todos los canes abandonados de Fort Worth, Texas, Estados Unidos (USA).
Este hombre retirado se propuso darles un poco de alegría y enseñarles a pasarla bien dejando atrás la tristeza por haber sido dejados en la calle o por no tener una familia. Él puso manos a la obra y armó el vehículo que es toda una sensación, como se puede ver en diversos videos compartidos en YouTube.
La historia data desde hace unos años, cuando Eugene Bostick construyó el trencito color azul con 10 asientos para que cada perro pueda pasear cómodo y seguro. Los vecinos de Fort Worth quedaron encantados con el espectáculo que veían a diario, pues las mascotas iban felices deleitando a niños y adultos.
“Vi a un tipo con un tractor que lo ató a varios carros para transportar rocas y pensé… ‘Podría hacer un tren para perros’. Soy bueno soldando así que tomé barriles de plástico, les puse ruedas y los uní”, aseguró en una entrevista con ‘The Dodo’.
Eugene Bostick tomó la decisión luego de ver cómo diversos vehículos pasaban por su establo y abandonaban a los perros, dejándolos en el campo. El abuelo los alimentaba y construyó también un hogar para que no pasen frío, pero les faltaba una cuota de diversión.
“Cuando los cachorros me escuchan tocar la bocina, saben que es momento de subir al tractor y se emocionan. Se suben solos y están listos para salir (…) Los perros se divierten y lo disfrutan”, agregó indicando que el paseo en el trencito de perros se realiza de una a dos veces por semana.
La historia de Eugene Bostick, el abuelo más amado por los perros en Estados Unidos, se volvió viral en 2015 y desde ese momento es una leyenda en su pueblo donde todos le toman fotos cuando sale a pasear con los nueve animales que rescató. Él decidió dedicar lo que le quede de vida a llenarlos de cariño.