Donald Trump insiste en normalizar relaciones con Moscú, a pesar de pruebas de inteligencia de intento de injerencia en elecciones. (Getty Images).

Donald Trump insiste en normalizar relaciones con Moscú, a pesar de pruebas de inteligencia de intento de injerencia en elecciones. (Getty Images).

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El paso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por la cumbre del G20 y la reunión con su homólogo de Rusia, Vládimir Putin, solo sirvieron para avivar las suspicacias por la insistencia de la Casa Blanca de normalizar relaciones con Moscú y alejarse del resto del mundo, en especial del tradicional aliado europeo.

Trump presumió hoy de la buena acogida que recibió en el G20 de Hamburgo, pero el mandatario se paseó por la cumbre con apretones de manos incómodos, sin conseguir una llamada de atención a Corea del Norte y a su aliado chino en el comunicado final y dedicando una amplia franja de tiempo a la bilateral con Putin, un adversario estadounidense.

La reunión con Putin, prevista para media hora pero que sobrepasó las dos horas, marcó el paso por Hamburgo, ya que Estados Unidos se quedó en solitario fuera de las declaraciones a favor de la lucha del cambio climático o libertad comercial y no tomó la voz cantante.

Donald Trump recurrió de nuevo a Twitter para dar su versión oficial de los hechos, desentonando con portavoces como la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, quien hoy aseguró que el presidente le dijo que, como apuntan las agencias de inteligencia, saben que Rusia intentó interferir en la campaña electoral del año pasado y que eso debía “acabar”.

Pero en opinión de Trump en Twitter – considerado su canal más sincero -, es momento de “avanzar” en una relación “constructiva” con Rusia después de haber “presionado duramente” a Putin sobre si promovió una operación de desinformación y ciberataques para influir en el resultado de las elecciones, algo que el líder de Rusia negó “vehementemente”.

Trump tras reunión con Putin: es hora de trabajar ‘‘constructivamente’‘ con Rusia

Según fuentes consultadas por The New York Times, Trump efectivamente abrió su reunión con Vladimir Putin con el asunto, pero no le acusó ni expuso pruebas de ello – o habló de consecuencias – y se limitó a zanjar: “voy a poner punto a esto ¿Lo hiciste tú o no?”.

De acuerdo con el diario, el secretario de Estado, Rex Tillerson, el único alto funcionario en temas de exteriores permitido en la reunión, se quedó anonadado tras aconsejar a Donald Trump ser duro con Putin en ese asunto en este primer cara a cara.

Trump recordó hoy en Twitter que su opinión sobre el asunto de la injerencia rusa, que el Congreso y un fiscal especial investigan por si pudiera haber contado con la colaboración de miembros de la campaña del republicano, es bien conocida.

El presidente ha restado hierro a la posibilidad de que Rusia instigara ciberataques para perjudicar a la candidata demócrata, Hillary Clinton, desde antes de ser investido y ha tildado todo de una “caza de brujas” y falsedades.

El combativo Corey Lewandosky, exdirector de campaña de Donald Trump, aseguró hoy en Fox News que la polémica de la trama rusa está “oficialmente muerta”, ya que Putin negó su responsabilidad y “no hay mucho más que hacer”.

Pero los republicanos cada vez desentonan más con el presidente y hoy el senador conservador Lindsey Graham aseguró en NBC que su intención es que el Congreso apruebe nuevas sanciones contra Rusia por su interferencia en las elecciones.

Y advirtió: “hay que mandar un claro mensaje a Rusia de que pagarán un precio por coartar la democracia”.

Mientras tanto, el G20 sirvió para que Rusia y China se propusieran como contrapunto a un Estados Unidos que Europa, aliado tradicional, no sabe cómo tratar y que ha abandonado el consenso de los países desarrollados y emergentes en cambio climático o promoción del comercio para adoptar una actitud de llanero solitario.

Tanto es así, que Trump se levantó durante el plenario ocupado por los otros 19 líderes mundiales para acudir a reuniones bilaterales y dejó las discusiones en manos de su hija mayor Ivanka, que no es miembro del gabinete y se limitó a guardar silencio.

Los demócratas siguen centrados en el escándalo de la injerencia rusa, aunque el líder de la minoría de esta bancada en el Senado, Chuck Schumer, opinó en términos más generales sobre la extremadamente consecuente salida de EE.UU. del escenario mundial con Trump: “muchas cosas pasaron en la cumbre, pero en general fue un trago vergonzoso para nuestro país y nuestros ideales”.

Fuente: EFE