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Las viviendas sociales de Irán, el “proyecto estrella” del anterior presidente, Mahmud Ahmadineyad, fueron las más dañadas por el terremoto del pasado domingo, lo que ha provocado las críticas de los damnificados por el sismo e incluso del Gobierno del actual mandatario, Hasan Rohaní.

El megaproyecto Maskan Mehr, del ultraconservador Ahmadineyad, nació como una solución a los problemas de vivienda de las clases desfavorecidas, pero se ha convertido en su propia tumba.

“Las casas que hizo la gente permanecen intactas en (la localidad de) Sarpul Zahab y aquellas levantadas por el Gobierno están destruidas”, dijo Rohaní en una reunión del Ejecutivo esta semana, al denunciar “corrupción en la construcción” de esos edificios.

También el primer vicepresidente, Eshaq Yahanguirí, afirmó que la mayoría de las viviendas destruidas eran de Maskan Mehr y ordenó que se investiguen las razones de su vulnerabilidad ante el sismo, de 7,3 grados en la escala Richter y que causó más de 430 muertos y 10.000 heridos.

El objetivo de este controvertido proyecto, ideado en 2007 por Ahmadineyad, era levantar 17 nuevas ciudades y alrededor de 1,5 millones de unidades residenciales para familias con pocos recursos que no tenían acceso al mercado inmobiliario por los altos precios.

A los constructores se le ofreció terrenos gratis para que construyeran viviendas baratas, mientras que el sector bancario se encargó de dar préstamos por miles de millones de dólares a bajo interés a los solicitantes.

Este esquema se torció cuando debido a la galopante inflación los constructores vieron que el proyecto no era rentable. La propia población no mostró tampoco el interés que se presuponía, ya que las viviendas se construían en zonas remotas y sin infraestructuras.

Según un veterano constructor e ingeniero de Teherán, que prefirió guardar el anonimato, en este proyecto a gran escala los materiales empleados fueron de mala calidad.

Tampoco se hizo un estudio correcto del terreno en el que se iba a construir para comprobar si tenía capacidad para soportar edificios altos. Los requisitos para su selección se basaron principalmente en el bajo precio, explicó a Efe.

El ingeniero agregó que el Gobierno pagó lo acordado, pero hubo corrupción y los constructores optaron por reducir costes contratando a trabajadores poco profesionales.

Maskan Mehr no se completó durante los ochos años de gobierno de Ahmadineyad (2005-2013) y Rohaní, pese a mostrarse contrario al proyecto, prometió completarlo.

No obstante, el presidente aseguró que Maskan Mehr era uno de los mayores obstáculos para la recuperación económica del país y uno de los responsables de que la inflación se hubiera disparado al 40 % al final de la época de Ahmadineyad (en la actualidad es del 10 %).

Por su parte, el ministro de Carreteras y Desarrollo Urbano, Abás Ajundi, denunció la falta de planificación del proyecto y de infraestructuras en las zonas elegidas para su construcción, sin transporte, hospitales, escuelas o parques.

En enero de 2017, el Parlamento iraní adjudicó unos 14.000 millones de dólares para finalizar las fases pendientes de Maskan Mehr pero decidió que no se construirían nuevas casas siguiendo este esquema.

El proyecto ha vuelto a mostrar sus deficiencias durante el reciente terremoto. Efe pudo constatar en Sarpul Zahab, la población más dañada de la provincia de Kermanshah, que los edificios de Maskan Mehr acabaron hechos escombros.

De una de esas viviendas, en la que se estaba celebrando un cumpleaños, los equipos de rescate sacaron los cuerpos sin vida de más de 30 jóvenes, según los vecinos.

“Los ricos se construyeron casas en el centro de la ciudad y no les ha pasado nada a sus apartamentos. Yo me he quedado sin mi hogar y debo todavía dinero a mis familiares y amigos”, se lamentó el obrero Morteza Eskandari.

Algunos de sus habitantes explicaron a Efe que estaban felices por ser finalmente propietarios de una casa y de que el Gobierno hubiera construido esas viviendas para la gente con menos recursos, unos sueños que ahora se han desmoronado como los edificios de Maskan Mehr.

(Fuente: EFE / Marina Villén)