Muchas personas son afectadas por infartos ocasionados por una alimentación desordenada y la ausencia de ejercicio. (Foto: Pixabay)

Muchas personas son afectadas por infartos ocasionados por una alimentación desordenada y la ausencia de ejercicio. (Foto: Pixabay)

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Las afecciones cardíacas son la principal causa de mortalidad en todo el mundo y el Perú no es ajeno a esta realidad. Nuestro país no es ajeno a esta problemática. De acuerdo a especialistas del Hospital Nacional Dos de Mayo, las enfermedades cardiovasculares representan la segunda causa de muerte y su prevalencia es cada vez más alta. Se estima que para el 2025 las dolencias cardíacas serán la primera causa de pérdidas humanas.

Dentro de los males cardiovasculares se encuentran el ataque y paro cardíaco, a menudo se usan indistintamente, pero no son lo mismo. Si bien es cierto que están conectados, también ocurren independiente el uno del otro; entonces, ¿en qué se diferencian?

El ataque cardíaco se produce cuando se bloquea el flujo de sangre hacia el corazón, es decir, no ingresa el oxígeno para el funcionamiento correcto del órgano más importante del cuerpo. Entre los síntomas más comunes están el dolor u opresión en el pecho, dificultad para respirar, mareo, transpiración y pérdida de consciencia son algunos de los indicios del cuadro cardiovascular, según expertos de Cleveland Clinic.

Por su parte, el paro cardíaco ocurre cuando el corazón deja de latir inesperadamente. Cuando esto sucede, el suministro de sangre al cerebro y al resto del cuerpo también se detiene. Al ser una emergencia médica, el paro cardíaco generalmente provoca la muerte de no tratarse en los siguientes minutos. Del mismo modo, los signos que pueden presentarse son colapso súbito, ausencia de pulso y falta de respiración.

Investigadores de Cleveland Clinic, indican que la mayoría de personas que presentan un paro cardíaco pueden sentir que su corazón se acelera o presentar mareos. Sin embargo, más de la mitad de los que han experimentado este mal, no advierten síntomas.

Es importante tener en cuenta que, así como no hay dos personas iguales, no hay dos ataques cardíacos similares. Asimismo, para alguien que ha padecido de un ataque cardiaco, las señales de un siguiente ataque podrían presentarse de manera distinta.