Por información sobre Plancarte se ofrecía 10 millones de pesos. (Foto: Difusión)

Por información sobre Plancarte se ofrecía 10 millones de pesos. (Foto: Difusión)

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El Gobierno de México confirmó la muerte de Enrique ‘Kike’ Plancarte, el segundo cabecilla de los Caballeros Templarios, un grupo criminal que opera en el estado de Michoacán. Él fue abatido en una operación en la que participaron al menos 200 agentes en el estado de Querétaro, informó el diario Milenio.

Las fuerzas del orden participaron de una acción que se prolongó por 24 horas para ubicar al peligroso capo y esta incluyó el registro y allanamiento de decenas de viviendas del municipio de Colón. Plancarte se habría resistido al arresto, por lo que empezó un enfrentamiento.

‘Kike’ fue identificado por la Procuraduría de la República como una de las cabezas de los Caballeros Templarios, cuyo líder –aún prófugo– es Servando Gómez, conocido como ‘La Tuta’. “Es capaz de asesinar sólo porque quien le leía las cartas del tarot le revelaba que supuestamente alguien lo traicionaba”, señaló el Gobierno mexicano sobre este último.

En tanto, Plancarte estuvo acusado por delitos contra la salud, secuestro, homicidio y robo, además de crimen organizado. La Procuraduría ofrecía por su captura o información para hallarlo una recompensa de 10 millones de pesos.

En tanto, José Manuel Mireles, fundador de las autodefensas de Michoacán, exigió que el Gobierno haga una prueba de ADN al cuerpo del hombre abatido para confirmar si es Plancarte. “Nosotros somos los que estamos exigiendo la verificación, porque esa gente (gobierno) tiene la costumbre de resucitar”, indicó en MVS Radio.

Plancarte, de 43 años, era sindicado como uno de los principales responsables del traslado de droga a Estados Unidos. “Actúa como enlace para la conservación de mercados y rutas y de contención a la estructura Golfo/Zetas”, destacó un informe de la Procuraduría en 2010.

En 2011, ‘Kike’ y ‘La Tuta’ se separaron de la Familia Michoacana para formar su propia organización, que tiene tintes religiosos y predica un código con reglas y principios obligatorios para todos sus miembros. Ellos se consideran una orden elegida para proteger un Estado libre y laico.