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No es un proyecto, es una realidad. El primer taxi marino que se desliza en el agua, fabricado por la firma francesa SeaBubbles, es uno de los íconos tecnológicos más importantes de nuestra era moderna.

La embarcación se desliza a 50 centímetros sobre el agua gracias a sus patines de hidroala en fibra de vidrio, y alcanza una velocidad de 18 kilómetros por hora. Además, posee un capacidad para albergar a cuatro pasajeros.

Lo más interesante de este novedoso vehículo es que no genera olas ni ruido y su motor de hidrógeno no produce dióxido de carbono (CO2). Esto quiere decir que no produce ningún tipo de contaminación acústica o ambiental, que lo convierte en un hito en el desarrollo de nuevas formas de transporte que no tengan impacto sobre el medio ambiente ni supongan una carga para la infraestructura urbana.

Por su parte, la multinacional suizo-sueca ABB provee un moderno software de monitoreo (Octopus) a través del cual los conductores del taxi acuático pueden reunir y analizar información sobre el clima, energía, variaciones de velocidad, profundidad del agua, viento y olas, con lo que puede ahorrarse hasta un 5% del consumo de energía.