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Por Javier Bedía

Los conductores que caen no se quejan. No les siguen manos a sus espaldas o para levantarlos de un tropiezo. En otras circunstancias, pongamos que frente a sus padres, piensa su profesora, las lágrimas serían una reacción automática. Al timón de bicicletas de balance, diseñadas para dominar el equilibrio, los niños también copian a los adultos en las pistas. Hay un lío de tránsito: alguien se adelanta, rompe filas, dos le reclaman; uno toma el papel de perseguidor, a la par en infracciones, el otro protesta sin romper la hilera. La escena, a escala y a futuro, es resuelta por un instructor del taller con alumnos de inicial y primer grado del colegio nacional Alfonso Ugarte.

Con juegos a dos ruedas se allana hoy la ruta hacia mañana. Es la consigna de las dinámicas dirigidas por Lotte Bech, arquitecta y embajadora del ciclismo en Dinamarca, un país modelo de protección al medio ambiente. El cambio de paradigmas se construye con diversión y palmas, sobre bicicletas sin pedales.

“Este tipo de métodos genera habilidades y capacidades en los niños, ayuda a desarrollar su fuerza, balance, equilibrio y velocidad, eso les da confianza y seguridad, sin que nadie los ayude, porque en ningún momento se coge a los niños. Eso le queda para toda la vida, le da fortaleza al niño de forma independiente”, explica Nilton López, fundador y director ejecutivo del colectivo Cicloaxión.

Los chicos, muchos por primera vez sobre una bicicleta, se impulsan con sus pies en el suelo detrás de burbujas, por franjas delimitadas con tiza en el patio, sortean obstáculos. Juegos que los hacen uno con su vehículo.

En el congestionado San Isidro, donde se ubica la escuela que acoge el programa de incentivo del medio de transporte sostenible, cada día se cuentan 524 mil viajes en auto, de los cuales 170 mil son trayectos cortos, dentro del distrito y desde o hacia uno de los siete colindantes, de acuerdo a cifras de la Subgerencia de Movilidad Urbana del municipio local. Se mide en seis kilómetros o se cuenta en treinta minutos. A esos desplazamientos apuntan los convencidos con las burbujas que persigue, montada, muchos por primera vez, la próxima generación que movilizará al Perú.

Cuando José Norberto Gutiérrez nació, hace 31 años, el fútbol y el ciclismo eran los deportes más populares en su país. El efecto de los campeones mundiales de Colombia en los años 70. Cruzando a otro siglo y otra tierra, el tumultuoso puente Atocongo, San Juan de Miraflores, en el cono sur de Lima, es la parte pesada de los 25 kilómetros de su trayecto de Villa María del Triunfo hacia el Centro de Lima. Una hora a su ritmo. Hoy se detuvo al 70% del camino para trabajar con los escolares. Guiándolos es enérgico y risueño, y efectivo para solucionar altercados de tráfico.

“Si lo leemos, vemos en un video o aquí, no es tan significativo, pero cuando lo vivimos, es otra cosa. Vemos a los niños disfrutando de la bicicleta, y así lo vemos nosotros, entendiendo que la bicicleta es el modo de transporte más económico, más saludable, más autosostenible, más dinámico, más ameno”, enumera el integrante del equipo de promoción de la Subgerencia de Transporte no Motorizado de la Municipalidad de Lima.

El diseño de las dinámicas se divide, a grandes rasgos, entre las dirigidas a la coordinación psicomotriz; la interacción con los espacios y otros conductores; las de aprendizaje de normas de circulación, de forma que se promueve el respeto a los peatones y la seguridad desde el principio de la cadena de tránsito.

Detenida en un cruce de la avenida Javier Prado, Rita Albrizio se pregunta cuándo los policías de tránsito darán más importancia al…tránsito de peatones. Por qué no son los carros los que esperan. La sensación de ser nada en las calles, que quiere desterrar desde sus raíces, como instructora y activa, en familia, ciclista de Perú Bike. Una impresión y una misión tan duras como la Panamericana Sur despegando del llano en Nazca, hasta Cusco, su primera ruta larga, extraordinariamente larga, con destino de altura, reto cumplido recientemente a sus 51 años. Diez días, 1.113 kilómetros, picos de 4.000 metros sobre el nivel del mar.

Una mañana como esta, invierno, principios de agosto, huelga de maestros que disminuye el número de participantes a unos cincuenta en el plantel del área metropolitana, en las provincias de la sierra limeña, llamémosle Oyón o Canta, hay niños que ya no caminan dos, tres, más horas para llegar a clases. Nancy Cenzano, del programa Rutas Solidarias del Ministerio de Educación, hoy en el llano, privilegiado para el pedaleo, promueve la movilidad en zonas rurales. La geografía, la capital, el continente varían; los ánimos son idénticos.

“Yo pienso que para mi país la bicicleta significa todo. Dinamarca es uno de los mejores países del mundo para vivir, y creo que en gran parte es por la bicicleta. Es un gran ejemplo para otros países en desarrollo, como estilo de vida, para movilizarse con calidad de vida. Es obvio que las ciudades de Latinoamérica deben hacer lo mismo. Los chicos son los mismos en todos lados, dales una bicicleta y verás su alegría”, destaca la veterana urbanista europea. En tres horas no rebaja la energía de su ronda permanente de fotógrafa. Habla de estadísticas de 45% de escolares que llegan a sus aulas pedaleando, con cimas del 80%. “En Copenhague las autoridades te dicen gracias por ir a trabajar en bicicleta”, añade.

A Nilton se le pinchó la llanta esta mañana, la segunda vez en menos de 24 horas. Si una es señal inusual, la primera del año, notó anoche de regreso de la oficina, dos le recuerdan una ley popular que formula que atraemos aquello en lo que pensamos fijamente. Fue en el cruce de Emancipación con Tacna, a mitad de su camino de San Martín de Porres a San Isidro. Catorce kilómetros en treinta y siete minutos; una hora en micro. En pocos minutos reemplazó la cámara por una nueva, de su botiquín, la agujereada la parchará en su casa, al completar la vuelta. El ciclo de otro día, veinte años desde que cambió, durante su carrera de estudiante, los tres motores por ida, el dinero de los pasajes, el tiempo de espera, la comodidad azarosa y la dependencia de terceros, el transporte a combustible, por su bicicleta.

“A partir de la movilidad en bicicleta, podemos disminuir la presión del tránsito. Se está incentivando el uso de la bicicleta para atender, principalmente los viajes cortos, que consideramos que tranquilamente pueden migrar a la bicicleta. Tiene que ser política nacional, necesitamos trabajar con los distritos colindantes. Es un cambio de paradigmas, de comportamiento, cultural, generacional”, sostiene Javier Flores, subgerente de Movilidad Urbana de la Municipalidad de San Isidro.

Enclave financiero, punto de comercios y zona residencial, en su distrito los indicadores de uso de autos particulares son elevados en relación al promedio de la capital. Mientras en toda Lima el 15% de personas usa este transporte, aquí lo hace el 37%. El término medio de 6% que toma taxi se convierte en 18%. El problema, señala, es de gestión de tránsito.

¿El cambio lo harán los chicos de aquí a veinte años? “No deberíamos esperar tanto tiempo para que empiece el cambio. Un kilómetro de vía para el tren eléctrico equivale a mil de ciclovías. ¿Por dónde empezamos? ¿Por construir una red de trenes?”, inquiere

Empezar por la modificación cultural y de sensibilidad en los años de formación, reza Nilton. Que más ciclistas, niños y adultos, tomen la calle, pide José, para que se comprenda, en una relación cultural fracturada entre conductores de autos y quienes van en vehículos no motorizados, que estos existen.

“Ellos decidirán qué tipo de ciudad quieren para superar barreras, disfrutar, compartirla, cuidarla. La *bicicleta nos permite estar en contacto con todo y todos, en un auto nos aislamos, de alguna forma; con la bicicleta les enseñamos a disfrutar la ciudad y compartir con los demás, algo que hemos perdido, muchos piensan de forma individual y no buscan el encuentro, nosotros estamos generando encuentro, ciudadanía, hábitos saludables, calidad de vida”, recalca Nilton.

Una bicicleta de balance fue el regalo perfecto para su hija antes de que aprendiera a caminar. A ella, de seis años, y su hermano, heredero del vehículo, cuando le llegue el tiempo a sus dos años, los llevará a montar con iguales responsabilidades y dosis de confianza.

Una persona tiene que dejar de ser vulnerable en la ciudad, por eso trabajo en esto, sería contradictorio con lo que yo profeso si no dejara que disfruten la ciudad. Lo primero que haré es salir con ella, para que conozca, sepa cómo andar, prevenir; cuando vea que tenga las capacidades, saldrá sola”, planifica. Se caerán, se accidentarán, vaticina. Aprenderán a pararse solos.

DATO

Lima será la sede del Foro Mundial de la Bicicleta (FMB) del 22 al 26 de febrero de 2018.