La tendencia de cifras de deforestación en Amazonía del Perú es creciente. (Foto: Getty Images)

La tendencia de cifras de deforestación en Amazonía del Perú es creciente. (Foto: Getty Images)

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En lo que va de este siglo, entre 2001 y 2015, la Amazonía del Perú ha sufrido la deforestación de más de 1 millón 800.000 hectáreas de bosques. La cifra, en un panorama de pérdidas en tendencia creciente y crítica para el medio ambiente, equivale a 2 millones 470.000 estadios de fútbol.

La cantidad de área verdes arrasada, según el Proyecto de Monitoreo de Amazonía Andina (MAAP, por sigla en inglés), basado en imágenes satelitales, representa el 2,5% de la existente en 2001.

El 80% de los eventos de pérdidas tienen impacto a pequeña escala, en zonas menores de cinco hectáreas; mientras que los de gran magnitud, superiores a 50 hectáreas, son una amenaza latente debido a nuevos proyectos agroindustriales que impactan en el medio ambiente.

Los factores principales de deforestación son la agricultura de pequeña o mediana escala, agricultura de gran escala, la minería aurífera, el uso de pasto para ganado, la construcción de carreteras, las carreteras forestales, el cultivo de coca, la represas hidroeléctricas y la explotación de hidrocarburos.

Hubo picos de disminución de bosques en los años 2005, 2009, y 2014. Este último tuvo el mayor nivel de pérdida forestal anual registrada (177.566 hectáreas), seguido por una ligera disminución en 2015 (156,462 hectáreas). El estimado preliminar de 2016 indica que el número continúa alto.

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Por distribución geográfica, se señalan ocho puntos críticos, situados en Huánuco, Ucayali, Madre de Dios, San Martín, donde dos áreas naturales protegidas, Tambopata y la reserva comunal El Sira, son vulnerables.

El MAAP publica estos datos en su segundo reporte general, que reúne informes difundidos entre abril de 2015 y noviembre de 2016.

¿CUÁLES SON LOS FACTORES?

Agricultura de pequeña o mediana escala

Aunque hay poca evidencia que demuestre que es la causa número uno, el impacto sumado de estas actividades, probablemente por agricultura o pasto para ganado, es el de mayor resonancia.

Los cultivos de palma aceitera, cacao, la papaya, maíz y arroz aceleran la deforestación.

Agricultura de gran escala

La deforestación agroindustrial, a gran escala, es una latente amenaza en la Amazonía peruana.

En el caso de la palma aceitera, dos empresas que son parte del Grupo Melka deforestaron cerca de 12.000 hectáreas en la región Ucayali entre el 2012 y el 2015. Con respecto al cacao, otra empresa del magnate Dennis Melka, United Cacao, deforestó 2.380 hectáreas en Loreto, entre el 2013 y el 2015. El empresario ha declarado que su meta es replicar el modelo de producción agroindustrial del sureste asiático en la Amazonía peruana.

Previamente a estos casos, entre el 2007 y el 2011, ocurrió la deforestación a causa de agricultura a gran escala de cerca de 7.000 hectáreas: por plantaciones de palma aceitera del Grupo Palmas, en el límite de Loreto y San Martín; y la deforestación adicional de 9.800 hectáreas por plantaciones de palma aceitera, en los alrededores de los proyectos del Grupo Palmas.

En contraste, la deforestación por agricultura a gran escala fue mínima entre el 2015 y el 2016. Sin embargo, United Cacao y el Grupo Palmas tienen planes de expansión que incluyen eliminar 20.000 hectáreas de bosque primario en Loreto.

Pasto para ganado

Este es un problema resaltante en la Amazonía centro del Perú. Después de uno o dos años, las marcas de la agricultura y el pasto para ganado aparecen muy diferentes en las imágenes satelitales, de esta forma es posible distinguir el impacto.

Gran parte de la deforestación en la parte norte de la Reserva Comunal El Sira se debe al pasto para ganado.

Por otro lado, el mantenimiento del pasto para ganado y la agricultura a pequeña escala son posiblemente los factores determinantes de los incendios que degradan la Amazonía durante la temporada seca intensa.

Minería aurífera

La minería aurífera ha deforestado alrededor de 50.000 hectáreas desde el 2000 hasta el 2012. Entre el 2013 y el 2016 destruyó 12.500 hectáreas. Gran parte de la deforestación reciente es ilegal, en zonas de amortiguamiento de áreas naturales protegidas.

Desde 2015, la invasión ilegal de minería aurífera a la Reserva Nacional Tambopata, una de las áreas naturales protegidas más importantes del país, se había expandido a más de 450 hectáreas hasta setiembre de 2016. Los mineros han modificado el cauce del río Malinowski, que determina el límite norte de la reserva, y también afecta a la zona de amortiguamiento, particularmente la conocida como La Pampa.

Asimismo, en las cabeceras del río Malinowski se ha extendido hacia la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja Sonene.

En contraste con la preocupante situación en la Reserva Nacional Tambopata, hemos registrado que la deforestación por minería aurífera ha sido controlada en la Reserva Comunal Amarakaeri, un área natural protegida coadministrada por comunidades indígenas y el Sernanp. Tras una invasión de 11 hectáreas en 2014 a inicios de 2015, se detuvieron los intentos de ganar terreno en la zona.

A la par que en Madre de Dios, la deforestación por minería aurífera también crece en las regiones adyacentes de Cusco y Puno.

En la Amazonía norte y centro del Perú, surgen otros pequeños frentes de minería aurífera. El Gobierno peruano ha sido eficiente en la Reserva Comunal El Sira (MAAP #45). Más al norte, en la región Amazonas, se registró impacto en uno de los afluentes del río Santiago y un área remota de la Cordillera del Cóndor, en la frontera con Ecuador.

Carreteras

Está bien documentado que las carreteras son uno los más importantes drivers de deforestación en la *Amazonía, particularmente por posibilitar el acceso humano a lo que previamente fueron áreas remotas. A menudo, su impacto es indirecto, dado que la mayoría de la deforestación está asociada a otras actividades como la agricultura, pasto para ganado y minería aurífera, favorecidas por su proximidad a estas vías.

Se ha documentado el inicio de un proyecto de construcción de una carretera controversial que atravesaría la zona de amortiguamiento de dos áreas naturales protegidas importantes: la Reserva Comunal Amarakaeri y el Parque Nacional del Manu.

Carreteras forestales

Son una de las causas principales de degradación de bosque, pues facilitan la extracción forestal selectiva de valiosas especies maderables en áreas remotas. Por las carreteras forestales se llega a áreas de explotación concretas.

Uno de los recientes avances principales en el monitoreo de bosques tropicales es la habilidad de identificar rápidamente la construcción de nuevas carreteras forestales. Es difícil detectar la tala ilegal con imágenes de satélite, pues los taladores en la Amazonía a menudo extraen algunas pocas especies de alto valor económico y por ello no generan deforestación.

Actualmente, a pesar de las dificultades para detectar la tala selectiva, se ubican carreteras que nos permiten rastrear su área de extracción.

Destaca la reciente expansión de carreteras forestales, incluyendo la construcción de 1.134 km entre 2013 y 2015 en la Amazonía centro peruana. Aproximadamente un tercio de estas carreteras se encuentra en las zonas de amortiguamiento de los Parques Nacionales Cordillera Azul y Sierra del Divisor.

También identificamos la construcción de 83 km adicionales de carreteras forestales durante el 2016, entre estas una vía que continua expandiéndose en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Cordillera Azul.

Otro hallazgo importante es la velocidad de construcción de carreteras forestales. En varios casos, registramos un avance de hasta 5 kilómetros por semana.

Determinar la legalidad de estas carreteras es complejo, en parte debido a las diversas instituciones en sus diferentes niveles de gobierno involucradas en el proceso de autorización. Gran parte de estas carreteras se encuentran cerca de concesiones maderables y de comunidades nativas, quienes pueden haber obtenido derechos de tala de la autoridad forestal correspondiente, en muchos casos, por el gobierno regional.

Cultivo de coca

De acuerdo a un reciente reporte de las Naciones Unidas, la cobertura de cultivos de coca en el Perú en 2015 (40.300 hectáreas) fue la más baja registrada desde 2001, un en declive desde 2011 (62.500 hectáreas).

Actualmente, hay 13 zonas principales de cultivo de coca en el Perú, pero parece que solo unas cuántas están causando deforestación. Las más resaltantes son dos áreas en Puno y en los alrededores del Parque Nacional Bahuaja Sonene. Asimismo, varias zonas de Cusco y Loreto.

Represas hidroeléctricas

Aunque existe un amplio portafolio de nuevos proyectos potenciales de represas hidroeléctricas en la Amazonía peruana, muchos de estos no han llegado todavía a su fase de implementación. Por lo tanto, la pérdida de bosque por represas no es un problema actual, pero podría rápidamente cambiar en el futuro si estos proyectos son ejecutados. Se documenta la pérdida de 36.100 hectáreas de bosque asociadas a las inundaciones por dos represas en el río Madeira en Brasil.

Hidrocarburos (petróleo y gas)

No se han detectado aún eventos importantes de deforestación vinculados a hidrocarburos. Así como con las represas, esto podría cambiar en el futuro si es que los precios del petróleo y del gas se elevan, y si los numerosos proyectos potenciales de la Amazonía se ven en la posición de pasar a su siguiente fase, particularmente si se construye carreteras de acceso.