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FOTOS. Como una “invasión de terroristas extranjeros que han escuchado el llamado de ISIS a ir a Filipinas si encuentran dificultades para dirigirse a Irak o Siria”, ha sido calificada por las autoridades locales, la crisis en Marawi, una ciudad sumida en el caos desde que el Grupo Maute, leal a los yihadistas de Estado Islámico sembrara el terror con un ataque el martes pasado.

Rodrigo Duterte declaró la Ley Marcial en Marawi, capital de la provincia de Lanao del Sur en Mindanao, donde los yihadistas quemaron la comisaría, un colegio, una cárcel y una iglesia, en un intento de proclamar un califato para ISIS.

Sin embargo, Duterte ha desplegado al Ejército filipino que se enfrenta a los terroristas en las calles de la ciudad. “Seguimos intentado despejar la ciudad lo antes posible, por lo que siguen los combates esporádicos”, declaró portavoz de las Fuerzas Armadas filipinas, Restituto Padilla.

Los habitantes de Marawi han sido trasladados en parte a las cercanas localidades de Iligan y Cagayan de Oro en busca de seguridad y acceso a servicios básicos.