El politólogo considera que el equipo de gestión municipal era muy novato. (Foto: Facebook.com/MuniLima)

El politólogo considera que el equipo de gestión municipal era muy novato. (Foto: Facebook.com/MuniLima)

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Por José Miguel Silva @jomisilvamerino

Desde aquella tarde en que se aprobaron las 400 mil firmas para la consulta hasta hoy, a tres días del proceso, ¿esperabas que la campaña se desarrolle como ocurrió?
Creo que sí. A pesar de que Villarán empezó muy atrás, ella tenía mucho campo para crecer, además por su contrincante. En un comienzo, las opiniones a favor de sacarla eran casi el 70%. Era claro que salía. Sin embargo, ese porcentaje estaba muy distorsionado porque no había hecho campaña y había comunicado muy mal. Creo que el voto duro del Sí no era mayor al 60%, sino más bien estaba cercano al 45% o, máximo, al 50%. Luego ya viene Favre y se pusieron las pilas. Otro tema es el de los revocadores, un grupo disperso, sin intereses articulados por una figura en particular. Todos están contra Villarán pero no necesariamente a favor de alguien.

Aunque la gente pueda pensar que sí están a favor de Castañeda…
Puede ser, pero ellos mismos en su organización no han dicho eso. Por un momento los del Apra tomaron la posta, en otro momento los de Castañeda, luego Marco Tulio. Fueron rotando voceros muchas veces. Su reacción no fue buena ante la arremetida del No.

Si bien hoy Villarán reconoce que hay insatisfacción de la población, al comienzo todos tildaban a los que querían sacarla como ‘corruptos’, ‘turbios’ o, por lo menos, malintencionados. ¿Fue un error grande esta estigmatización del electorado contrario al No?
A ver, la lucha contra la corrupción no es un error, pero hacer eso tu caballito de batalla en la gestión municipal sí está mal, no es político. Cuando Villarán asumió, mandó a la batalla a Marisa Glave por el caso Comunicore. Gastaron tiempo enfrentándose y ganándose enemigos. Si bien es importante investigar ese caso, tampoco puede ser tu bandera municipal porque a la gente no le interesaba mucho. Ese tema afectó algo nomás a Castañeda, pero su aprobación como alcalde fue impresionante. Creo que el fuerte de Villarán debió ser “continuaremos lo bueno”, dejando como una línea paralela la lucha contra la corrupción.

Tuvieron que pasar casi dos años para que Villarán cambie a un gerente y fue dentro de una campaña para revocarla. ¿Mantener a un mismo equipo por tanto tiempo le ha traído costos?
Su equipo era muy novato en la gestión municipal. Venían de las ONG más que todo. A mí me parece valioso que se haya apostado por ellos para foguearlos en el sector público. Ahora ves a Glave como una figura relevante por sí misma. En dos años se ha ganado mucho con esta decisión pero también el costo ha sido alto. Si pones en la balanza: “Yo como alcalde quiero foguearlos y así se equivoquen los mantengo” y, además, abres otros frentes luchando contra otras fuerzas políticas, estás tratando de ganar muchas batallas, para finalmente perder la guerra.

¿Cuál ha sido el actor político que ha influido más, para bien o para mal, en esta campaña de revocatoria?
Para mal del Sí, Marco Tulio Gutiérrez. Una vez que logró las firmas se convirtió en la cara visible de la revocatoria. A medida que logró más exposición mediática, se convirtió en un señor que cometía varios errores. Si tienes una entrevista a la semana, cometes un error, pero si sales los siete días, vas a cometer varias fallas. La gente se fue dando cuenta de cómo piensa él.

¿No consideras que sus errores se quedan en las redes sociales?
Algunos podrían pensar eso, pero yo creo que sí hay cierto salto de las redes sociales a la opinión pública. No creo que sean solo algo de A y B, sino que más bien son algo más vertical de lo que se podría pensar. A veces, lo de las redes rebota en los diarios y tiene otro alcance.

Un mes y medio después de que se consiguieron las 400 mil firmas, desde el municipio había un deseo de patear el tablero. Zegarra se quejaba y acusaba al Jurado de imparcial. ¿A qué se debió esta actitud?, ¿quizás faltaba un jefe de campaña o un Favre que los ordene?
Sí faltaba algo. A pesar de que el reclamo era válido, no había por qué no pelear la consulta. Lo que pasa es que no tenían idea de cómo hacerlo. Tenían tanta desorientación como en el Sí, aunque en esa postura estaban arriba porque Villarán le caía mal al 60% de los limeños. Como dice Carlos Meléndez, esta ha sido una de las peores campañas que hemos presenciado. Por un lado, Fuerza Social, a la cual no se le puede llamar partido político en sí, contra un conjunto de actores políticos que actuaban: Mulder, el Apra, Alan García que no salía y Castañeda sin entrar del todo. Era una lucha enredada de masas.

Has trabajado con encuestas. Tener un menú casi semanal de cinco sondeos diferentes sobre la revocatoria. ¿Es o no una forma de querer manejar la opinión pública?
No creo que sean una forma de manejar. Las encuestas tienen un lado positivo porque brindan información para poder votar. El 60% vs 40% (de las primeras encuestas) inicial no era real. Muchas de esas personas, más en el 60% estaban indecisos. Los sondeos proveen información principalmente a los indecisos, que ahí sí podrían cambiar su opinión. En ese sentido, sí podría haber una influencia pero no es nada maquiavélico.

Hablemos de Susana Villarán, una persona que entró en campaña sin chance alguna. Luego a Kouri lo sacaron y Lourdes Flores tuvo su ‘potoaudio’. Nuestra alcaldesa llegó al cargo e incluso llegó a soñar con la reelección. No obstante, hace un mes ha dicho que no volverá a postular, ¿cuánto ha cambiado ella como política en estos dos años?
En realidad, no ha cambiado mucho ella. Los que han cambiado son Glave y Zegarra. Para mí, Villarán sigue pensando que la política se resuelve con buenas intenciones y no con negociación como es la política realmente.

No sé si haya muchos casos de políticos que abandonan esa arena por decisión personal. Si ella pierde el domingo, podría irse a su casa para siempre…
¿Desde hace cuándo no tenemos un alcalde que no ha sido reelegido? Andrade, Castañeda, Belmont. Ahora esta señora no es que no sea reelegida, sino que puede ser expulsada antes. ¿Qué signo es ese para la ciudad? Me parece una exacerbación de la rendición de cuentas. Hay una campaña que dice “¿Para qué sacarla si ya en un año se va?”. Esto creo que puede ser efectivo.

No sé si Lima es más insegura que hace dos años, pero hoy se le recrimina a Villarán ese tema, por el cual Castañeda tampoco hizo mucho. ¿Cuánto pegó esto de culpar a la alcaldesa de todos los males de Lima?
Desde el comienzo hubo esta broma de #HagaAlgoSeñoraVillaran. Al comienzo, los revocadores fueron muy efectivos al cambiar su imagen de ‘tía Regia’ a ociosa, a #LadyVaga o ineficiente. Ese cambio duró varios meses.

¿Influyó mucho la prensa en esta campaña, o ya no como en el pasado?
Yo creo que sí. Y sobre todo porque algunas de las cosas dieron mucho en el blanco. La Herradura, el río llevándose el muro de contención de Vía Parque Rímac. La prensa lo rebotó y quedó en la cabeza.

Pero también está la otra prensa, ¿no? Los que se la jugaron por Villarán y el No…
Es cierto, pero eso fue más al final de la campaña. Al comienzo era todo errores de la alcaldesa. Ahí también el área de Comunicaciones de la Municipalidad de Lima debió haber hecho algo. Les estaban ganando la batalla de la opinión pública. Si ves que te eligieron el 40%, hay una mayoría que no creyó en ti. Algo debo de hacer para convencerlos. Me tendría que haber dado cuenta que estos señores son efectivos en ponerme ‘chapas’. ¿Qué mejor para un revocador que #LadyVaga se haya convertido en un apodo masivo? Esto hizo mucho daño al oficialismo porque calzó con la identidad popular y como respuesta no hubo nada.

Si supuestamente Humala tuvo su gran transformación y está en la derecha, Susana Villarán queda sola en la izquierda peruana. ¿Cuánto pierde este sector de la política luego del 17 de marzo?
Lamentablemente, cuando los políticos ganan tienden a magnificar su éxito. Villarán ya pecó de eso. Ganó con el 40% y se puso a pensar en una reelección. Espero que este proceso les haya dado una dosis de realidad. Si ganan, lo harán con un 51%, y les queda un alto porcentaje que no los quiere. Espero no se descuiden.

Si ganan no les espera un año y medio de primavera…
Para nada. Así ganen los del No, tendrán un alto porcentaje de gente en su contra. Si Villarán, en algún momento, vuelve a pensar en la reelección debe darse cuenta de los que no la apoyan. Al comienzo, ella los veía en un plan de gestión ‘civilizadora’ y no es así, pues. Hay que balancear el plan de acción.

En cada encuesta donde se menciona un posible triunfo de la revocación siempre Castañeda aparece liderando solo las encuestas para regresar. Tampoco es que él haya comprado la prensa como lo hizo Fujimori, sin embargo, ¿por qué logró este efecto arrollador en la opinión pública?
Ensayando una respuesta, si bien mucha gente le critica lo de ‘Mudo’, él ha usado esto como una herramienta política. Esta imagen de eficiencia se construye. ¿Cómo la gente percibe un líder eficiente? Como alguien que haga obras y no hable mucho. El tipo aparecía siempre con su casquito y así lo recuerda la gente. ¿Cuándo has visto con casco a Villarán? En realidad, son gestos que finalmente son parte de cómo se construye una imagen, más allá de que esta sea cierta o falsa, terminan siendo ciertas en sus consecuencias, el 70% de aprobación.

Villarán intentó ‘ponerse el casco’ en los últimos meses…
Para que una persona valore a un líder eficiente tiene que creerle y, en cierta manera, caerle bien. Si te cae mal, así comience a hacer cosas, vas a pensar que lo hace solo por cumplir. Castañeda no era carismático, pero tampoco caía mal. La gente lo veía inaugurar obras. La otra señora fue tildada de vaga y ahora que empezó a hacer obras muchos piensan ‘solo trabajas porque estás contra las cuerdas’.

Finalmente, ¿cuál es el peso de Favre en esta campaña, o es que solo se podrá medir luego del domingo 17 de marzo?
La campaña estaba siendo muy sucia y negativa. Metiendo los famosos ‘memes’, te cambia el espíritu de la misma. ¿Quién no se ha reído con uno? El proceso pasó a ser festivo y gracioso. Como mensaje, además, el símbolo de los brazos cruzados es poderoso. Parece una ‘cruzada’, como que ‘vamos a remontar el partido’. Finalmente, Favre escondió a Villarán. Eso fue vital porque como ella tenía una imagen negativa, entonces podías construir la campaña sobre bases nuevas y positivas. Favre acertó y más porque estoy seguro que Villarán no quería eso. La alcaldesa quería salir adelante y luchar a lo Mel Gibson en Corazón Valiente, pero su asesor tuvo el tacto de decirle: “tú como líder no funcionas, así que ponte al costado”.