Mel Greig y Michael Christian se mostraron muy arrepentidos en una entrevista televisiva. (Reuters)

Mel Greig y Michael Christian se mostraron muy arrepentidos en una entrevista televisiva. (Reuters)

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La locutora australiana que hizo una llamada falsa al hospital de Londres donde estaba ingresada la princesa Catalina, dijo hoy entre sollozos que “no dejaba de pensar” en la enfermera del establecimiento fallecida tras la broma.

“Desgraciadamente recuerdo muy bien ese momento, ya que no dejo de pensar en ello desde que ocurrió”, dijo Mel Greig en la televisión, en referencia a la muerte de Jacintha Saldanha, la enfermera del hospital Enrique VII que pasó la llamada de la locutora a uno de sus colegas.

La locutora se hizo pasar por la reina de Inglaterra para sonsacar detalles sobre el embarazo de Catalina, la duquesa de Cambridge, que estaba ingresada en el hospital por hiperémesis gravídica.

Saldanha, de 46 años y madre de dos niños, fue hallada muerta pocos días después. La prensa británica afirma que se suicidó.

“Y recuerdo que mi primera pregunta fue: ¿es madre de familia?”, agregó la locutora en sus primeras declaraciones tras la muerte de la enfermera.

Greig y su colega Michael Christian, ambos presentadores en la radio 2Day FM, llamaron al hospital haciéndose pasar por la reina Isabel II y el príncipe Carlos.

“Se me cruzó por la cabeza que lo único que quería era ponerme en contacto con ellos, darles un fuerte abrazo y pedirles perdón. Espero que estén bien, de verdad”, agregó Greig en otra entrevista televisiva, refiriéndose a los familiares de la difunta.

Christian también dijo estar muy mal. “Hecho polvo, acongojado y obviamente (…) con profunda compasión por su familia y amigos”, afirmó.

Agregó que se había intentado realizar “tan solo una simple, inofensiva y divertida llamada” telefónica.

“Se hacen llamadas en broma todos los días (…). Nadie podía imaginar que iba a pasar algo así”, estimó.

Responsables de Southern Cross Austereo, el grupo propietario de la radio 2Day FM, celebraron ayer una reunión de urgencia para examinar la carta de Lord Simon Glenarthur, presidente del hospital donde era atendida la princesa Catalina, que consideró la broma “perfectamente lamentable”.