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Contradicción e inconsecuencia. Cuando se pensaba que iba hacer un deslinde claro con la actitud matonesca y abusiva del ministro de Trabajo, José Villena, en línea con la campaña de No Violencia contra la Mujer del Gobierno, la primera dama, Nadine Heredia, prefirió emitir un confuso mensaje sobre la agresión del alto funcionario a una empleada de Lan en el aeropuerto de Arequipa, el martes 27 de noviembre pasado.

“(El ministro) ha viajado nuevamente a Arequipa para pedir disculpas, sentirse arrepentido de este situación, evidentemente es una situación que nosotros no alentamos. Todos los ministros de Estado y las personas públicas debemos tener la mejor conducta, porque somos un ejemplo para las demás personas o por lo menos un referente”, empezó diciendo la esposa del presidente Ollanta Humala.

“Creo que hay lecciones que aprender de esta experiencia que nos ha pasado. Lo primero que hay decirle a las mujeres es que el gobierno del presidente Humala, las mujeres que los rodeamos estamos con la defensa no solamente de los derechos de la mujer sino también respaldándolas en cuanto tengan algún tipo de agresión, para que no solamente denuncien y si están seguras, no retiren la denuncia”, agregó.

Y cuando se pensaba que con esto estaba bajándole el dedo el ministro Villena, Heredia empezó a evadir a los periodistas que le preguntaban si el titular de Trabajo debía renunciar y no aferrarse al cargo como lo ha hecho hasta ahora.

“El ministro ha negado las agresiones físicas”, dijo escuetamente la primera dama, como para salir del paso, y cuando se le recordó que hay un parte médico y atestados policiales que confirman la agresión física, agregó que eso “tiene que empezar a dilucidarse”.

“En todo caso, él (Villena) tendrá que dar las explicaciones del caso en las instancias correspondientes. Entiendo que está corriendo una interpelación en el Congreso y él tendrá que asistir a esa interpelación”, concluyó en tono imperativo.