Pobladora de Mórrope. (Foto: Luis Miranda)

Pobladora de Mórrope. (Foto: Luis Miranda)

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Mórrope, uno de los últimos pueblos que aún conservan el legado de la cultura prehispánica mochica, desarrollada en la desértica costa norte de Perú y cuna de personajes históricos como el Señor de Sipán, ha salido a la luz en un libro de fotografías publicado por el periodista Luis Miranda.

“Murrup-último pueblo mochica” reúne 85 fotos tomadas en los últimos 3 años por Miranda, un conocido reportero de la televisión peruana, a pobladores de Mórrope, en la región Lambayeque, y que han sido publicadas con el patrocinio de la Fundación BBVA Continental.

El periodista afirmó a Efe que asumió el proyecto como un reto “porque había escuchado historias de los mismos morropanos, que habían sufrido mucha discriminación, porque es una raza indígena en medio de la cultura criolla de Chiclayo”, la capital de Lambayeque.

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“Mi primer objetivo fue demostrar que la gente de mórrope era linda tal cual” indicó antes de señalar que su registro muestra a “la gente en su hábitat” y también algunas imágenes a la usanza de sus antepasados mochica, para remarcar el legado étnico.

Este es tan evidente que incluso sus pobladores fueron llamados para representar las imágenes de la corte del Señor de Sipán, el dignatario mochica comparado con el faraón Tutankamón tras ser descubierto en 1987 por el arqueólogo Walter Alva, quien escribe uno de los textos introductorios del libro de Miranda.

(Foto: Luis Miranda)

El nombre de Mórrope proviene de una leyenda sobre una iguana mítica conocida como “Murrup” y Miranda remarca que sus pobladores “se sienten desde hace varios años respaldados por investigaciones de ADN, que indican que son descendientes de los mochicas”.

“En Mórrope se concentra la mayor cantidad de factores étnicos, es una raza indígena costeña, diferente a la raza andina”, explicó antes de decir que se pueden encontrar otras evidencias como un templo cristiano construido con tecnología mochica en el siglo XVI.

A pesar de que las haciendas “devastaron todo lo que fue la cultura mochica, ya que se saquearon las huacas sistemáticamente, como si fueran minas” aún la zona es “la más rica de Perú en oro”.

“En el bosque de Pomac se ha encontrado el 70 % del oro arqueológico del Perú, de ahí sale el Señor de Sicán (excavado entre 1991 y 1992), que es el hallazgo con la mayor cantidad de oro de Sudamérica”, remarcó.

Los morropanos conservan costumbres que van desde la preparación de “un cebiche ancestral” que, a diferencia del famoso potaje peruano preparado con limón, cocina el pescado con “una chicha muy fuerte”, hasta la de tostar la cancha (maíz seco) en arena caliente.

Mantienen también los cultivos del algodón nativo, que se salvó de la extinción gracias a que crecía en las aldeas morropanas, y son conocidos por sus curanderos y sus creencias vinculadas “con la luna y los cabellos”, además de encargarse de cultivar las calabazas que se envían a Piura y Huancayo para la elaboración de los famosos “mates burilados (grabados)”.

Una de las pérdidas más notables ha sido, sin embargo, la del idioma mochica, que se extinguió a inicios del siglo XX, aunque sus palabras aún designan muchos nombres y topónimos del norte peruano.

“La desaparición de ese idioma fue causa directa del racismo, de ver todo lo autóctono como inferior”, lamentó Miranda quien reveló que en Mórrope perviven “algunas frasecitas que podrían indicarnos algo del idioma, como la manera de llamar a los animales”.

En medio de la buena acogida que ha tenido su trabajo, Miranda destacó que “se está cumpliendo la meta, que era hacer visible a Mórrope”, un pueblo que “nadie sabía dónde quedaba”.

El también autor del libro de crónicas “El pintor de Lavoes” (2009), destacó que la fotografía ha sido “una inquietud (que tuvo) desde muy joven” y agradeció a Mórrope por haberle “dado una oportunidad” de desarrollar ese aspecto de su trabajo.

“Mórrope es un pueblo de gente muy sacrificada, que cuando no hay trabajo viaja muy lejos pero siempre regresa, se casan entre ellos, es gente muy pegada a la tierra, como el desierto, silenciosa, tímida”, concluyó.

(Fuente: EFE)