(Foto: AMC)

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Después de varias semanas preguntándonos si los protagonistas de The Walking Dead podrían adaptarse a la vida en la zona segura de Alexandría, la trama por fin respondió esa interrogante: no pueden… y eso es muy bueno.

Conquer, décimo sexto y último episodio de la quinta temporada de The Walking Dead, no llevó a una horda de walkers a la comunidad ni se cobró la vida de algunos de nuestros personajes favoritos. Solo dejó mucha expectativa, esperanza y temor para la sexta temporada, sin que eso quiera decir que el capítulo fuera malo.

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Apenas empezado, Conquer devolvió a la historia a Morgan (Lennie James), quien, a diferencia del resto de sobrevivientes, se convirtió en una persona que aprecia la vida, en una persona feliz y pacífica. Al menos eso es lo que aparenta después de tanto tiempo en la carretera. Morgan despierta en el asiento trasero de un automóvil para después prepararse unos fideos. Sin embargo, su atmósfera es afectada por un sujeto (Benedict Samuel) que tiene una marca en forma de ‘w’ en la frente.

Cuando Morgan le pregunta por el significado de la marca, este desconocido da una primera, pero ligera, explicación del mayor misterio de la quinta temporada de The Walking Dead. Según dice, los primeros pobladores de la zona donde se encuentran pusieron recompensas sobre las cabezas de los lobos e hicieron que los nativos cazaran a los animales. “No les tomo mucho tiempo para matarlos a todos, (pero) están de vuelta ahora”, relata antes de señalar que sus compañeros y él son los Wolves (Lobos). Ese es el significado de las ‘w’.

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Los Wolves es un grupo itinerante que asesina a quien se cruza en su camino y Morgan es su próxima víctima, pero el amigo de Rick (Andrew Lincoln) no está dispuesto a ser capturado. Cuando otro ‘lobo’ salta a escena, Morgan se defiende con una vara y los noquea a los dos. Sin embargo, para la mala suerte del mundo, no los mata, solo los encierra en un automóvil, aunque se asegura que sean rodeados por walkers.

En Alexandría, Rick despierta vendado y con Michonne (Danai Gurira) a su lado. Ella no está feliz por la actitud de su compañero de viaje, quien apuntó con una pistola a todo el mundo en el episodio anterior, porque necesitan quedarse en la comunidad, necesitan dejar de actuar como si siempre corrieran peligro. Sin embargo, ante la posibilidad de ser exiliado, Rick le confiesa a Michonne que quizá tendrán que matar a los residentes de la zona segura para apoderarse del lugar. Carol (Melissa McBride) interviene y dice que para eso solo necesitarán cuchillos, aunque oculta que fue ella quien robó las armas. Además, deja en claro que pude ser la más despiadada del grupo. “Dijiste que no querías tomar este lugar y ¿ahora no quieres mentir? Cariño, no puedes tener las dos cosas”, le dice Carol a Rick cuando se encuentran solos.

Poco después, Carol visita a Pete (Corey Brill), quien se encuentra con un pésimo de humor tras ser separado de su esposa, Jessie (Alexandra Breckenridge). Carol llega con una cazuela y un cuchillo para exigirle que revise el estado de Tara (Alanna Masterson). “Podría matarte ahora mismo, ¿quién va creer que lo hice porque no me gustas? Nadie”, dice Carol cuando saca su cuchillo y se lo pone en el cuello al médico. Sin embargo, cuando su vecina se marcha, Pete bota la cazuela y empieza a romper todos los muebles de la casa.

En el exterior, Daryl (Norman Reedus) y Aaron (Ross Marquand) siguen buscando nuevos reclutas para la comunidad. En ese marco, Aaron le cuenta a Daryl que en el pasado fueron exiliadas tres personas, dos hombres y una mujer, de la comunidad. Según dijo, los abandonaron lejos de Alexandría con un poco de comida y agua, pero sin armas. Mientras conversan, los reclutadores están tras los pasos de un hombre de poncho rojo que sabe cómo cuidarse de los mosquitos de la zona. Sin embargo, pierden su pista y más bien llegan a un almacén gigante de productos enlatados sin saber que están cerca de una trampa. Cuando abren uno de los tráileres de la fábrica, dejan escapar a una horda de walkers que tienen las mismas marcas en forma de ‘w’ en la frente. Daryl y Aaron tratan de escapar, pero terminan rodeados por decenas de zombis, refugiados en un automóvil, donde encuentran una nota que dice que unas personas malas están cerca, que no se queden.

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En esas circunstancias, Daryl le dice a Aaron que saldrá del vehículo e intentara distraerlos para que él pueda escapar. Sin embargo, Aaron no se lo permite y juntos deciden correr a la vez hasta la cerca más próxima. Cuando están a punto de saltar a una muerte segura, Morgan reaparece y los ayuda. Ya fuera de peligro, le enseña su mapa a Daryl, el que dejó Abraham (Michael Cudlitz) a Rick hace un tiempo. Daryl se da cuenta que se trata del tipo de los walkie-talkies, el amigo de Rick.

Mientras tanto, Glenn (Steven Yeun) recibe un disparo en el hombro. Después de conversar con Maggie (Lauren Cohan), quien promete hacer lo imposible para salvar a Rick del exilio, Glenn comete el error de seguir a Nicholas (Michael Traynor) por el bosque, cae en su trampa y recibe el disparo, pero Nicholas no puede encontrarlo después para rematarlo. Solo sigue su rastro de sangre hasta que Glenn salta sobre él y se enfrascan en una violenta pelea. Nicholas, haciendo valer su condición de cobarde, aprieta la herida de bala de su enemigo, quien grita de dolor. A los pocos segundos, los walkers ya están encima de ellos, en especial sobre Glenn.

De vuelta en Alexandría, Tara sigue viva, pero aún no despierta. Sin embargo, puede reconciliar en su inconsciencia a Abraham y Eugene (Josh McDermitt). El autodenominado ‘cobarde más grande del mundo’ le pide perdón por haber inventado la historia de la cura en Washington, pero al menos, explica, eso le dio un motivo a Abraham para seguir viviendo. En respuesta, el pelirrojo también le pide perdón por casi matarlo, pero Eugene le replica que eso “es total y absolutamente innecesario”.

Por su parte, Gabriel (Seth Gilliam) deja la comunidad para morir de una vez buena vez. Al ver a un walker, le dice “estoy listo”, pero al final no puede evitar vivir. Acaba con el zombi y después ultima a un tipo moribundo. Cumplido el trabajo, se queda llorando en el suelo.

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Pocas horas antes de la reunión que decidirá su suerte en Alexandría, Rick le confiesa a Michonne toda la verdad sobre las armas y le explica por qué le ocultó sus planes. En respuesta, Michonne le dice que lo golpeó para protegerlo de sí mismo y que siempre estará de su lado, aunque primero deben intentar arreglar las cosas. Si eso no funciona, ya pueden apoderar de la comunidad.

De vuelta en el bosque, Glenn reaparece, doblega a Nicholas y está a punto de volarle los sesos, pero decide perdonarle la vida y regresan juntos a Alexandría.

En tanto, Rick encuentra la puerta de la comunidad entreabierta y corre a cerrarla, pero unos walkers ya invadieron la zona segura. Mientras eso ocurre, la reunión empieza con los amigos de Rick defendiendo a su líder. Por ejemplo, Abraham dice que actualmente el mundo es un gran “océano de mierda” contra el que los residentes de Alexandría no saben lidiar. “Rick conoce esa mierda como la palma de su mano”, enfatiza.

Rick se encarga de los walkers que invadieron la comunidad y lleva uno de los cuerpos a la reunión para explicar su punto, que necesitan a alguien como él para sobrevivir no solo de los walkers, sino también del resto de personas que están fuera de las murallas. “Ellos nos van a cazar, nos van a utilizar, van a tratar de matarnos”, pero “vamos a matarlos, sobreviviremos, les voy a mostrar cómo”.

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“Yo estaba pensando, ¿a cuánto de ustedes tengo que matar para salvar sus vidas? Pero yo no voy a hacer eso. Ustedes van a cambiar”, añade.

Es entonces que Pete irrumpe en la reunión, borracho y furioso. Con la katana de Michonne en sus manos, degüella por accidente a Reg (Steve Coulter). Bañada en la sangre de esposo, Deanna (Tovah Feldshuh) decide que no puede exiliar a Rick y más bien le pide que mate al médico. El sheriff lo hace sin chistar.

Justo en ese momento, Morgan, Aaron y Daryl están en casa, pero los ojos del primero parecen decir que unirse al grupo de Rick no es una buena idea.

Al final, el hombre del poncho rojo reaparece en poder de los Wolves, quienes lo matan para después encerrarlo en el mismo almacén de los walkers de hace un rato. En ese marco, la cámara enfoca el automóvil en el que estuvieron encerrados Daryl y Aaron. A un lado de este dice que “los Lobos están cerca”.

DATOS ADICIONALES

- Tara despertó al final del episodio.

- Sasha (Sonequa Martin-Green) casi mata al padre Gabriel, quien acusó a todos los males al grupo de Rick, incluidos Tyreese (Chad Coleman) y Bob (Lawrence Gilliard Jr.), las personas que ella perdió.

- Los Wolves recogieron unas fotos de Rick que dejaron Daryl y Aaron. Pronto llegarán a la comunidad.

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