Daniela, una víctima de sus propios miedos (Foto: Sin senos sí hay paraíso / Telemundo)

Daniela, una víctima de sus propios miedos (Foto: Sin senos sí hay paraíso / Telemundo)

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CUIDADO, SPOILER. Tal como fue sugerido al comenzar la tercera temporada de Sin senos sí hay paraíso, Daniela Barrera (Johanna Fadul) murió tras cortarse las venas durante una crisis emocional por perder el concurso Señorita Risaralda ante Catalina Marín (Carolina Gaitán).

Si bien la Diabla (Majida Issa) la llevó lo más rápido que pudo al hospital, su hija no resistió y simplemente dejó de existir sin que nadie pudiese creer lo que ocurría, ni siquiera su madre.

De hecho, a pesar del anuncio de los médicos, la Diabla se resistió a aceptar la muerte de su hija y con la ayuda de uno de sus hombres se llevó su cuerpo a casa, aunque no sin antes dejar una detective abatida y pánico general en el centro de salud.

En su hogar, con el cuerpo sin vida de su hija sobre una cama, la Diabla le hablaba con la esperanza de que todavía la oiga. Le decía que ya venía otro doctor y que se recuperaría. Sin embargo, la realidad fue otra.

Daniela murió. De cierta forma, las maldades que cometió sola o con su madre le pasaron factura y hoy solo queda decirle adiós. Es más, tras su muerte, la tercera temporada de Sin senos sí hay paraíso salta ocho meses en el futuro y agita bastante las cosas, ya sin Daniela en la ecuación.

Por ejemplo, la Diabla, tras perder a su hija, le paga a una pareja para que le entreguen a su hijo por nacer y hasta el final del segundo episodio, la villana parecía cerca de conseguirlo, quizá en un intento de llenar el vacío dejado por Daniela. Eso sí, antes mata al padre biológico de la criatura y probablemente hará lo propio con la madre.

De otro lado, por la misma fecha, Mariana (Stephania Duque) alumbra a su hija, a la que llama Catalina como su madre y tía, aunque insiste en que el padre es Hernán Darío (Juan Pablo Urrego), el novio de Catalina Marín, por más que los tiempos sugieran que el verdadero progenitor de la niña es el Titi (Gregorio Pernía), quien, dicho sea de paso, está buscando la forma de contactar con Catalina La Grande (Carmen Villalobos).

Acerca de Catalina, Santiago (Roberto Manrique), aprovechando la felicidad de la familia por el nacimiento de la pequeña Catalina, intenta acercarse una vez más a su todavía esposa, pero Catalina no puede perdonarle lo ocurrido, no puede perdonarle que no la haya esperado y que se fuera con otra mujer cuando fue secuestrada. No obstante, no hay tiempo para desazón. Catalina se entera que Martín (Juan Alfonso Baptista) escapó de prisión en México y que probablemente viaje a Colombia para vengarse de ella.

ADEMÁS…

  • Como han pasado ocho meses, Albeiro (Fabián Ríos) está cada vez más raro, víctima del embrujo que lo ata a la Diabla. En el capítulo, Jota (Francisco Bolívar) y Vanessa (Stefanía Gómez) lo visitan con la esperanza de que acepte ser el padrino de su hija, pero él los rechaza tras enterarse que Catalina Santana será la madrina. Albeiro la odia. Y a Hilda (Catherine Siachoque) también. Cree que ellas lo embrujaron.
  • El Titi está a punto de iniciar negocios con Villa (Juan Ángel Esparza), el nuevo capo más importante de la droga en México, y por tal motivo, pide a Dayana (Elianis Garrido) que lo atienda muy bien o que consiga a alguien que lo haga.
  • Villa es también responsable de la escapatoria de Martín de prisión, aunque lo saca solo para ser informado de todo, absolutamente todo, sobre la TEA y sus agentes. Eso sí, ya libre, Martín se las ingenia para que Villa lo lleve a Colombia y para que después le otorgue su libertad. Solo entonces irá tras Catalina, a quien culpa de haberlo encerrado en prisión.
  • Tal como se sospechaba, la Diabla es VIH positivo. El contagio de la primera temporada de Sin senos sí hay paraíso fue confirmado cuando la Diabla intentaba donar sangre a su hija, aunque ya era demasiado tarde. Además, la antagonista escapó antes de recibir su diagnóstico.
  • Catalina teme por su hija y por su nieta. Cree que la maldición podría alcanzarlas ahora y comparte su miedo con Santiago, aunque él se ríe de lo que oye. Aún así, promete ayudarla si encuentra a la bruja que hace tiempo leyó la mano de su amiga Paola (María Alejandra Pinzón).