(Foto: EFE)

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El discurso del escritor Graham Moore al ganar la estatuilla al mejor guión adaptado por The Imitation Game fue uno de los momentos más emotivos de los premios Óscar 2015, pero el guionista tuvo que aclarar cierto malentendido.

Cuando subió al escenario, Moore recordó a Alan Turing (Benedict Cumberbatch), el matemático que descifró el código Enigma de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial y cuya vida es retratada en la cinta dirigida por Morten Tyldum. A pesar de haber ayudado a los aliados a ganar la guerra, Turing fue procesado por ser homosexual y a los 41 años se quitó la vida.

‘‘Alan Turing nunca llegó a pararse en un escenario como este ni a mirar todas estas caras desconcertantemente atractivas”, indicó.

En su discurso, Graham Moore confesó que a los 16 años intentó suicidarse porque “me sentía raro, me sentía diferente y me sentía como no perteneciera”.

“Quiero aprovechar este momento para dirigirme a ese niño ahí afuera que siente que no encaja en ninguna parte. Sí encajas. Sigue siendo raro. Sigue siendo diferente, y entonces, cuando sea tu turno y estés en mi lugar, pasa el mensaje”, agregó.

Graham Moore premios oscar 2015
(Foto: EFE)

VIDEO: Óscar 2015: El conmovedor discurso del guionista Graham Moore

Tras escuchar estas palabras muchos medios asumieron que el guionista era gay debido a su conexión con Alan Turing, pero en el Baile de los Gobernadores, después de la ceremonia, aclaró a BuzzFeed que no es homosexual y que en realidad hablaba de la depresión.

“No soy gay, pero nunca antes había hablado públicamente sobre la depresión ni nada de eso”, señaló antes de apuntar que The Imitation Game aborda este problema, “que es una de las cosas que atrajo tanto de Alan Turing”.

“Creo que todos nos sentimos como bichos raros por diferentes razones. Alan tuvo su parte y yo la mía propia y eso es lo que siempre me conmovió tanto en su historia”, añadió.

Graham Moore reconoció que había ensayado su discurso, pero no tenía cada palabra planeada y quizá por eso se emocionó casi hasta el llanto.

“Fue extraño llegar al escenario y decir las cosas que he estado imaginando en la ducha y delante de los espejos. Pienso que cada uno practica su discurso de aceptación del Óscar con una botella de champú y he hecho mi parte justa de ello. Es muy surrealista ser capaz de hacerlo en la vida real”, finalizó.

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