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Jackie Chan es una de las estrellas más queridas de las películas de acción, que se ganó su fama haciendo él mismo sus escenas de riesgo; sin embargo, en sus memorias tituladas ‘Never Grow Up’ (Nunca crezcas traducido al español) el actor y artemarcialista es inusualmente franco sobre sus fallas y debilidades.

En el libro, que fue inicialmente publicado en 2015 y traducido al inglés por primera vez para su lanzamiento en Estados Unidos, Jackie Chan habla sobre sus errores del pasado y ahonda sobre sus experiencias con la bebida, las apuestas, sus encuentros con prostitutas y los problemas en su matrimonio.

Por ejemplo, en un extracto recogido por el diario South China Morning Post, Jackie Chan recuerda cómo el “salir y beber cada noche” empezó a “corroer” su profesionalismo, en lo que describe como una fase conocida como “un trago antes del almuerzo, otro trago después del almuerzo”, incluso llegando a manejar sus lujosos autos ebrio en más de una ocasión.

“Si me necesitaban en el estudio a las siete de la mañana, yo llegaba al mediodía […] Aparecía usando lentes oscuros, muy apático. ¿Por qué los lentes oscuros? Para ocultar el hecho de que mi cara estaba hinchada por pasar toda la noche bebiendo”, indicó Jackie Chan en la controversial publicación.

Pero sus relatos no se detuvieron ahí, ya que también contó que al inicio de su carrera como doble de riesgo, lo poco que ganaba lo gastaba en “beber, apostar y mujeres” como el resto de sus compañeros y recordó cómo se convirtió en cliente regular de una prostituta conocida como ‘Número Nueve’.

“Recuerdo la primera vez que fui a un club. Era muy tímido pero actuaba como si fuera alguien importante. La muchacha que me servía – la conocía como Número Nueve – era hermosa, con una gran personalidad. En mi segunda visita, simplemente pregunté, ‘¿Está aquí Número Nueve?’ y así fue cada vez que iba”, recordó.

“Cada noche, Número Nueve y yo nos apretujábamos en su pequeño y oscuro cubículo, con el cielo raso debajo de nosotros. El lugar no era a prueba de sonido, por lo que podíamos escuchar claramente todo a nuestro alrededor. A veces me percataba cuando la gente trataba de vernos a través de la puerta pero ese pequeño cubículo era como un paraíso para mí”, dijo.

En otro extracto, Jackie Chan habla sobre un episodio de violencia doméstica con su esposa Joan Lin tras una discusión, en la que las cosas se salieron de control y llegaron a tornarse físicas tras la intervención de su hijo Jaycee, que acabó llevándose la peor parte del conflicto de pareja que atravesaba.

“Joan [Lin, esposa de Jackie Chan] y yo estábamos discutiendo. Llegamos a un impasse, y me fui azotando la puerta. Salí a buscar al [productor] Leonard Ho. Él me aconsejó por largo tiempo y finalmente me dijo, ‘¿Qué estás haciendo? No hay necesidad de esto. Regresa a casa, para que ambas se disculpen’”, escribió.

“Cuando llegué, Joan estaba en el sofá, riendo y conversando con una amiga. Eso me enfureció […] Justo cuando iba a decirle algo al respecto, Jaycee se apareció y me apuntó con sus manos como si fueran pistolas, gritando ‘¡Bang! ¡Bang!’, como si estuviera disparándome para vengar a su madre”, agregó.

“Luego me arrancó las llaves de la mano y las arrojó al suelo. Cuando me agaché a recogerlas, ¡me pateó la mano! Estaba furioso. Lo levanté con una mano y lo lancé a través de la habitación, estrellándose contra un sofá”, se lamenta Jackie Chan en este extracto recogido por el citado diario chino.

El actor de la recordada trilogía de Rush Hour también se confiesa sobre su infidelidad con Elaine Ng Yi Lei, elegida Miss Asia en 1990. “En 1999, cometí un grave error. La noticia de mi aventura que acabó con el nacimiento de una niña estalló como una bomba. Quería llamar a Joan pero no sabía qué decirle. No iba a ser capaz de explicárselo”, precisó.

Si bien no vuelve a mencionar más a su hija Etta Ng Chok Lam, de 19 años, que recientemente se casó con su novia Andi Autumn y lo celebró de una peculiar forma, dejando un mensaje a sus padres a quienes considera como “homófobos”, Jackie Chan ahonda más en otros temas como el despilfarro que hacía con su meteórico ascenso a la fama.

“Por un tiempo, mientras me acostumbraba a mi fama, tenía cierto resentimiento hacia mi pasado. Cuando era un humilde artemarcialista, a menudo caminaba hacia la zona hotelera de la península para mirar el horizonte y me sentía pequeño, como si no mereciera poner un pie en ese lugar”, manifestó.

“Un día tomé HK$500,000 (más de US$60,000 al tipo de cambio actual) en efectivo y llevé a todo mi equipo de dobles de riesgo a una lujosa tienda de relojes, donde tras irrumpir dije: ‘Muéstreme sus 10 relojes más caros. ¿Esos son? ¿Con la mayor cantidad de diamantes? Bien, me llevaré siete de ellos. No hay necesidad de envolverlos. Los llevaremos puestos. ¡Y pagaré en efectivo”, contó.

“Y con eso, simplemente me di la vuelta y salí de la tienda. Siete relojes, uno para cada día de la semana”, señaló el actor, cuyas confesiones han sido bien recibidas e incluso muchos lo felicitan por mostrarse muy abierto a estos delicados temas, los cuales muchos prefieren ocultar a la opinión pública.