A la pareja de Claude Lanzmann la detuvo el régimen. (Foto: Getty Images)

A la pareja de Claude Lanzmann la detuvo el régimen. (Foto: Getty Images)

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El legendario documentalista francés Claude Lanzmann , a los 91 años, presentó en el Festival de Cine de Cannes su más reciente trabajo, Napalm, un relato de su historia de amor trunca con una enfermera de Corea del Norte en los años 50.

El realizador del monumental Shoa, el filme testimonial de víctimas y verdugos del Holocausto de nueve horas de duración estrenado en 1985, ha contado el episodio en su autobiografía, La liebre de la Patagonia.

En 1958, a cinco años del fin de la guerra de Corea, Claude Lanzmann viajó al país asiático por invitación del régimen como parte de una delegación de intelectuales occidentales. Para contrarrestar el agotamiento físico que sentía, al director lo atendió durante una semana una joven llamada Kim Kim-sun. Ella le inyectaba una dosis diaria de vitaminas.

Así surgió un amor estigmatizado por el régimen de Corea del Norte, que acosó a la pareja hasta detener a la muchacha.

“Era una belleza formidable y una gran profesional. Siempre recordaré el momento en que empezamos a besarnos, con una terrible violencia, sin saber nada el uno del otro. En otra vida, tal vez habría podido casarme con ella. Quién sabe…”, rememora Claude Lanzmann, citado por El País.

UNA CARTA, SESENTA AÑOS

A Claude Lanzmann le afligió siempre no haber vuelto a saber de ella más que por una carta de agradecimiento que le llegó a los pocos meses de la historia de amor y que hasta hoy conserva.

En 2015 retornó a Corea del Norte para grabar los cambios en la nación y abrir sus recuerdos personales. No quiso ver a aquella enfermera por conservarla en su memoria como la vio en 1958. El permiso se lo concedieron, siempre con un soldado vigilante del registro, porque dijo que rodaría un documental sobre el taekwondo.

“Había sido comunista durante la guerra y luchado junto al Partido Comunista contra las alemanes. Incluso maté a alguno. Pero ahora no puedo decir que sienta ninguna simpatía política. Regresé una primera vez en 2004, cincuenta años después de mi primer viaje, y lo que vi me pareció absolutamente terrible. Corea del Norte no es una democracia en ningún aspecto. Pero tampoco los odio. Para mí, no forman parte del eje del mal”, observa.

Acerca del contexto político en Europa, no cree “que estemos en una situación prehitleriana. En Francia no es lo que veo, al revés. No me da ningún miedo”. Lanzmann se encuentra en la posproducción de Las cuatro hermanas, sobre cuatro mujeres víctimas del Holocausto.