(Video: Deutsche Welle)

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Este martes (4.11.2014) el Banco Central Europeo se convirtió en el Supervisor Bancario Europeo, luego de una revisión a los 120 bancos más grandes de la eurozona. Francia y Alemania por fin se pusieron de acuerdo.

Seguramente el verano de 2012 no fue fácil para la canciller Angela Merkel. Con la llegada al poder de Francois Hollande se esfumó la armonía franco-alemana respecto a la crisis del euro. Para Hollande la única solución eran los eurobonos, repudiados por el gobierno alemán.

Francia se alió con Italia y España, donde una bancarrota amenazaba por primera vez a una de las grandes economías en la eurozona. Durante mucho tiempo los problemas bancarios en España se habían encubierto a causa de una supervisión deficiente. En los mercados financieros comenzaron a subir las apuestas en contra del euro. Pero Merkel se mantuvo firme: No habrá eurobonos mientras ella viva.

En la cumbre de la UE en junio de 2012 ya no se hablaba de eurobonos, una medida que convierte la deuda pública de un país en una deuda comunitaria de la eurozona. Ahora se hablaba de una unión bancaria. Ésta tendría el objetivo de romper el círculo vicioso entre la crisis financiera y bancaria. Ahora la supervisión de todos los bancos de la eurozona se llevaría a cabo a un mismo nivel. Para muchos economistas alemanes este método no es más que el mismo que se aplicaría con los eurobonos, sólo que con un nombre distinto. La prueba para ellos fue la decisión de que el nuevo mecanismo de rescate ESM podría socorrer directamente a los bancos en cuanto el BCE se hiciera cargo de la supervisión bancaria. En otras palabras: son los contribuyentes europeos quienes asumen las deudas de los bancos en crisis.

El desarrollo del sistema de unión bancaria confirmó las preocupaciones de los economistas. En septiembre de 2012 el entonces presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, presentó el plan para la fundación de la unión bancaria, el cual fue respaldado por Francia. De acuerdo con ello el BCE debía comenzar con la supervisión de los bancos que solicitasen apoyo del ESM a principios de 2013. En julio del mismo año el BCE debía ya supervisar los 6000 bancos de la eurozona. Este evidentemente irrealizable plan fue rechazado por el gobierno alemán.

Conflicto de intereses

Los economistas alemanes se preguntan además, si el BCE es la instancia adecuada para supervisar los bancos. “Para empezar ése no es un mandato que le corresponda al BCE. Los contratos europeos dicen que el BCE sólo puede supervisar a los bancos en casos muy especiales, pero no de manera general”, dice Thomas Hartmann-Wendels, profesor de economía de la Universidad de Colonia.

Además habría un conflicto de intereses entre la política monetaria y la supervisión de bancos, dijo Hartmann-Wendels en entrevista con la Deutsche Welle. ¿Puede el BCE recomendarle el cierre a un banco en crisis si esto pone en peligro la estabilidad financiera? ¿Va a elevar el tipo de interés oficial, en caso de un riesgo de inflación, a sabiendas de que aquello podría poner en riesgo los bancos bajo su jurisdicción?

El gobierno alemán también reflexiona sobre estos problemas e instó a que se separen estas dos áreas dentro del BCE. El ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble se refirió a esta separación como una “muralla china” necesaria entre la política monetaria y la supervisión de bancos. En cuanto al aprovechamiento del dinero del ESM, Schäuble no quiso saber más sobre las decisiones de la cumbre en verano de 2012. Según su punto de vista, el ESM no se puede hacer responsable de las crisis del pasado, sino sólo de problemas futuros. Así se esfumó el sueño madrileño de renovar la banca española con fondos europeos.

Alemania sin prisas

Sin embargo, siguió el estira y afloja en el tema de la supervisión de bancos. Mientras Francia ejercía presión, Alemania parecía tomarse su tiempo. La fecha inicial para la supervisión de bancos por parte del BCE se pospuso una y otra vez. Finalmente hace un año se acordó que sería el 4 de noviembre de 2014.

La dirección de la supervisión de bancos correrá a cargo de la francesa Daniele Nouy. Alemania, por su parte, impuso su voluntad de que el BCE no vigile los 6000 bancos de la eurozona, sino que sólo asuma responsabilidad por los 120 bancos más grandes. Eso significa, que las cajas de ahorro y los bancos populares continuarán bajo supervisión nacional. Elke König, directora de la Autoridad Federal de Supervisión Financiera en Alemania (BaFin), considera que la supervisión del BCE tendrá grandes repercusiones en su institución: “trabajaremos en una red en la que los empleados del BCE son responsables de esos bancos”, dijo König en entrevista con la DW.

En otras palabras: en el mejor de los casos el BCE y las instituciones de supervisión nacional trabajarán de la mano. Así, los problemas bancarios no podrán ser ignorados. Sin embargo, también König duda que el BCE sea un supervisor estricto. Ejemplo para ello es un programa que beneficia a los bancos que ofrecen préstamos a la economía real. Eso significa, que por un lado los bancos deben perdonar a las empresas riesgosas, pero por el otro están obligados a reducir los riesgos en sus balances financieros. En caso de duda, el supervisor podría incluso hacerse de la vista gorda.

A largo plazo esto podría significar que el BCE posiblemente deje de supervisar a los bancos de la UE, opina la directora de BaFin.

(Fuente: Deutsche Welle )